El 9 de septiembre ofrece lecciones para crisis futuras

Un estudio encontró que los trabajadores de la atención sanitaria se muestran vacilantes para responder a ciertas emergencias

DOMINGO 11 de septiembre (HealthDay News/HispaniCare) -- Cuatro años luego del ataque en el Pentágono y en el World Trade Center, los investigadores aún buscan respuestas sobre cómo los desastres como este afectan a la salud pública.

Un estudio reciente encontró que la habilidad y disposición de los trabajadores de la atención sanitaria para responder a los desastres varía según el tipo de evento.

El estudio, publicado en el Journal of Urban Health, también identificó barreras para la respuesta y, al hacerlo, señaló áreas que tienen que ser resueltas antes de que ocurran calamidades futuras.

Un segundo estudio sobre el que se informa en el mismo boletín encontró un pico en el número de ataques cardiacos sufridos por las personas que vivían y trabajaban cerca del World Trade Center en los dos meses siguientes al ataque.

"Información como esta es muy importante a medida que comenzamos a desarrollar una infraestructura que pueda responder a eventos sanitarios catastróficos", afirmó el Dr. Matthew Boulton, profesor asociado de epidemiología y director de la iniciativa de preparación para el bioterrorismo de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Michigan. "Tenemos que pensar en los individuos mismos que forman el núcleo de esa respuesta".

"Nadie había llevado anteriormente a cabo un estudio sistemático sobre el tema en el que se intentara cuantificar estos problemas", añadió Boulton, quien es también el director médico del departamento de salud de Michigan, un puesto que ha ocupado por alrededor de siete años.

Unas 3,000 personas perdieron la vida en los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, incluidas casi 2,600 que murieron en el World Trade Center de la ciudad de Nueva York y 125 que perdieron sus vidas en el Pentágono en Washington, D.C., además e los 265 pasajeros de los cuatro aviones (incluido un vuelo que se estrelló en Somerset County, Pensilvania.). Durante los días y semanas que siguieron, una nube de polvo y toxinas potenciales llenó el área cerca del bajo Manhattan mientras los trabajadores luchaban las 24 horas en operaciones de rescate y limpieza.

Los riesgos a los que se sometieron tanto los trabajadores de rescate como los de atención sanitaria se convirtieron en la base de una demanda de $1,000 millones presentada por 800 trabajadores de la "Zona Cero" hace casi exactamente un año contra los propietarios del World Trade Center. La demanda alega que los propietarios del edificio expusieron a esos trabajadores a condiciones tóxicas.

"En general, hay un alto nivel de disposición, pero estas personas son como todo el mundo. Se preocupan por sus familias, especialmente cuando encaran desastres a gran escala como [el huracán] Katrina", apuntó Boulton.

En el estudio, se pidió a más de 6,400 trabajadores sanitarios de 47 hospitales, centros de salud comunitaria e instalaciones de atención a largo plazo en el área metropolitana de la ciudad de Nueva York que llenaran encuestas de 23 ítems.

Las encuestas planteaban siete escenarios de desastres hipotéticos, incluidos clima severo, una epidemia de viruela, un ataque terrorista con químicos, un desastre ambiental, un incidente con una cantidad masiva de heridos, un ataque con una bomba "sucia", y una epidemia de SARS. En cada categoría, los respondientes indicaban si estarían "dispuestos", "no dispuestos" o "no estaban seguros"; y si "podrían", "no podrían" o "no estaban seguros", cuando se trataba de responder al evento.

Los trabajadores de atención sanitaria informaron en mayor número que podrían reportarse a trabajar para un incidente con una cantidad masiva de heridos (83 por ciento), desastre ambiental (81 por ciento) y evento químico (71 por ciento). Contestaron con mayor frecuencia que no podrían durante una epidemia de viruela (69 por ciento), un evento radiológico 64 por ciento, una epidemia de SARS (64 por ciento) o durante una tormenta severa (49 por ciento). Se citaron varias barreras para la posibilidad, incluidos problemas con el transporte, la atención a los niños, la atención a los ancianos y la atención a las mascotas.

Los trabajadores de la atención sanitaria estaban más dispuestos a trabajar durante una tormenta de nieve (80 por ciento), un incidente con una cantidad masiva de heridos (86 por ciento) y un desastre ambiental (84 por ciento), y menos dispuestos para una epidemia de SARS (48 por ciento), una bomba sucia (57 por ciento), una epidemia de viruela (61 por ciento) y un evento químico (68 por ciento). Las barreras para la disposición incluían el miedo en cuanto a la seguridad personal, la preocupación por la familia y problemas personales de salud.

Boulton vio surgir algunos de esos problemas durante la reciente epidemia de SARS. "Hubo trabajadores del sistema sanitario [canadiense] que estuvieron muy poco dispuestos a acudir por el riesgo de contraer SARS y que se preocupaban menos por ellos mismos que por transmitirlo a sus hijos y familias", explicó.

Más información

Para más información sobre las consecuencias sanitarias del colapso de las torres del World Trade Center, visite los National Institutes of Health.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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