Estudios sobre el tratamiento de la dificultad respiratoria se contradicen

Los expertos no se ponen de acuerdo en las respuestas que ofrece la investigación

MARTES 12 de febrero (HealthDay News/Dr. Tango) -- Dos estudios recientes intentan responder una de las preguntas más apremiantes de la medicina de cuidado crítico, ¿cuánta presión se debe aplicar para mantener abiertos los pulmones colapsados parcialmente de las personas que reciben tratamiento para una afección mortal conocida como síndrome de dificultad respiratoria aguda.

Lamentablemente, la pregunta no se ha respondido definitivamente. Dos expertos tienen puntos de vista distintos sobre lo que podrían significar los resultados, que no están bien definidos. Para uno, la respuesta de los estudios que se publican en la edición del 13 de febrero de la Journal of the American Medical Association es que una mayor presión espiratoria final positiva (PEFP) es mejor, aunque la cantidad exacta de presión se debe adaptar a cada persona. Otro más arguye que no hay pruebas del valor de una PEFP mayor.

Los resultados deberían afectar de alguna manera la práctica médica e impulsar a las unidades de cuidados intensivos hacia el uso de mayores niveles de PEFP, según las necesidades del paciente, aseguró el Dr. Derek C. Angus, presidente del departamento de medicina de cuidado crítico de la Universidad de Pittsburgh y autor de un editorial acompañante.

Los dos equipos de investigación, de Canadá y Francia, usaron técnicas distintas para determinar esas necesidades. "El estudio canadiense midió la PEFP según la lectura de lo oxigenado que estuviera el tejido pulmonar", explicó Agnus. "Los franceses se basaron en medidas más sofisticadas. Una era ligeramente más simple que la otra, aunque ambas estaban tratando de convertir una serie de principios en una fórmula para medir la PEFP, así que se termina con una medida distinta para cada persona.

Ninguna de las fórmulas tuvo efectos importantes sobre el índice de mortalidad. En el estudio francés sobre 767 personas tratadas por síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), la mortalidad hospitalaria fue de 39 por ciento entre los que recibieron tratamiento convencional con una PEFP relativamente baja y de 35.4 por ciento entre los que recibían PEFP mayores según los cálculos individuales. Las cifras comparables para las 983 personas tratadas por SDRA en el estudio canadiense fue de 40.4 por ciento para los que recibieron tratamiento convencional y de 36.4 por ciento para los que recibieron PEFP mayores según las características individuales.

"Aunque ninguno de los dos estudios cambió mucho la mortalidad general, ambos avanzaron en la dirección correcta", aseguró Agnus. "Hubo una tendencia hacia una menor mortalidad en ambos estudios [con mayor PEFP]. En ambos estudios, claramente hubo mejor oxigenación. Ambos redujeron también la necesidad de terapias de rescate, los últimos intentos por hacer cosas experimentales y a veces locas para mantener a los pacientes con vida".

Otro experto se mostró más cuidadoso.

"No me parece que los resultados del estudio canadienses sean suficientes para cambiar la práctica de manera sistemática", aseguró el Dr. Leonard C. Hudson, jefe de la división de medicina pulmonar y crítica de la Universidad de Washington.

SIn embargo, los investigadores canadienses no estuvieron de acuerdo.

Sus resultados sí apoyan un cambio hacia mayores niveles de PEFP, aseguró el Dr. Gordon H. Guyatt, profesor de medicina de la Universidad McMaster de Toronto y miembro del equipo de investigación canadiense.

"No está claro que un PEFP sea mejor en cuanto a un menor índice de mortalidad, pero es muy probable que un PEFP mayor es al menos algo igual de bueno", aseguró Guyatt. "Hay un tipo de tratamiento establecido con menos PEFP. Ahora hemos demostrado que una PEFP es al menos igual de buena y quizá mejor. Los médicos que prefieran usar mayor PEFP se pueden sentir tranquilos de hacerlo".

El SDRA se desarrolla en quienes sufren lesiones importantes o están críticamente afectadas por enfermedades como neumonía o enfermedades bacterianas. El fluido se acumula en los pulmones hasta que se dificulta más y más la respiración. En el tratamiento, se empuja aire hacia los pulmones. Una característica marcada de ambos estudios fue una continuación de la tendencia hacia cambios en el patrón de repsiración forzada, con una cantidad duplicada de respiraciones por minuto y un volumen pulmonar, la cantidad empujada a los pulmones en cada respiración, a la mitad.

Los nuevos estudios estaban dirigidos a terminar un debate sobre cuánta PEFP se debe aplicar al final de cada respiración, lo suficiente para evitar el colapso pulmonar, pero no tanto que dañe el tejido.

Para Hudson, el punto básico del estudio canadiense era el volumen pulmonar. "Para mí, lo que esto dice es que probablemente lo más importante de la protección pulmonar es asegurarse de que el volumen pulmonar sea bajo", aseguró. "Esto le permite usar un nivel de PEFP tan alto como desee".

Angus tuvo un punto de vista bastante diferentes y dijo que los niveles mayores de PEFP calculados era factores decisivos. "Es muy difícil argüir que deberíamos continuar haciendo lo que hemos estado haciendo", señaló Angus.

Más información

Para obtener más información sobre el SDRA, visite la U.S. National Library of Medicine.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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