Para salvar una vida hay que volver a lo básico

A pesar de nuevos métodos y tecnologías, los expertos aseguran que la RCP es la mejor opción

DOMINGO, 23 de agosto (HealthDay News/Dr. Tango) -- Los médicos están acostumbrados a llevar a cabo una oleada de actividades para tratar de salvar la vida de una persona que ha sufrido un paro cardiaco, mediante abordaje vía intravenosa, intubación endotraqueal para facilitar la respiración o desfibrilación para reanimar el corazón.

Sin embargo, los estudios muestran que ninguna de estas técnicas avanzadas son mejores que la reanimación cardiopulmonar o RCP tradicional. Y lo que es más, estos estudios también encontraron que una versión truncada de RCP que opta por compresiones torácicas simples y sostenidas que prescinde de la respiración boca a boca aumenta las tasas de supervivencia de forma drástica.

"Se ha comprobado que esta técnica funciona, mientras los métodos más novedosos no han demostrado que mejoran la supervivencia", subrayó el Dr. Alex Garza, profesor asociado de medicina de emergencia del Centro Hospitalario de Washington y de la Facultad de medicina de la Universidad de Georgetown en Washington, D.C. "Simplemente eran cosas que pensábamos que ayudarían".

"Lo más importante ahora es volver atrás, a las compresiones torácicas y a proceder de forma sistemática", dijo.

Tanto la Cruz Roja Americana como la American Heart Association recomiendan las compresiones torácicas como una alternativa aceptable para los testigos de un paro cardiaco sin ningún entrenamiento en RCP.

Mediante la simplificación del proceso, esperan que más transeúntes se animen a realizar compresiones torácicas en personas que sufran un episodio cardiaco hasta que llegue la asistencia médica. La American Heart Association calcula que menos de un tercio de los que sufren un paro cardiaco en un lugar público reciben alguna forma de RCP.

A los transeúntes les preocupa simplemente "cometer un error, y olvidan muchos pasos", dijo el Dr. Marc Eckstein, profesor asociado de medicina de emergencia de la Facultad de medicina Keck de la Universidad del Sur de California y director médico del Departamento de Bomberos de Los Ángeles. "La respiración boca a boca es compleja y muchas personas están poco dispuestas a realizarla. Al llevar a cabo sólo la compresión, los resultados se comparan a los de una RCP completa, y se puede enseñar el procedimiento a una persona en cuestión de minutos".

Las compresiones se deben aplicar en el centro del pecho a un ritmo de cien compresiones por minuto; irónicamente, casi al mismo ritmo que la canción de los Bee Gees "Stayin' Alive" (permaneciendo vivo). Un estudio encontró que realizar las compresiones a la vez que se escuchaba esa canción mejoraba la técnica de RCP de los médicos y estudiantes de medicina.

"Cualquier persona que no tenga un entrenamiento formal en RCP, que se encuentre con alguien que haya sufrido un paro cardiaco, puede hacer un buen trabajo con las compresiones torácicas", dijo Garza.

Sin embargo, tanto Garza como Eckstein van más allá que la Cruz Roja Americana y la American Heart Association al afirmar que incluso los socorristas entrenados se deben centrar en las compresiones torácicas ininterrumpidas en lugar de combinar las compresiones con la respiración boca a boca u otros tratamientos.

Se necesitan muchas compresiones torácicas repetidas para aumentar la presión lo suficiente de modo que la sangre empiece a fluir hacia el tejido cardiaco, apuntó Garza. "Cuando llegue a la decimoquinta compresión, ha alcanzado el punto en que se realiza un buen trabajo, luego hay que parar para realizar la respiración boca a boca y empezar nuevamente desde cero", dijo.

Ambos médicos estudiaron lo que ocurre cuando los paramédicos cambian sus protocolos cardiacos para centrarse más en las compresiones torácicas, Garza en Kansas City y Eckstein en Los Ángeles. Encontraron que las tasas de supervivencia mejoraban cuando los paramédicos postergaban la intubación de los pacientes, la administración de medicamentos o la desfibrilación para realizar las compresiones repetidas.

La compresión torácica en la RCP es más valiosa que la desfibrilación porque con frecuencia los socorristas llegan demasiado tarde para realizar una desfibrilación efectiva, un procedimiento que se debe llevar a cabo dentro de los cinco minutos desde la ocurrencia del paro cardiaco, apuntó Garza.

"El problema es que la mayoría de los paramédicos no llegan dentro de los primeros cinco minutos", destacó. Para cuando llegan, los tejidos del cuerpo necesitan oxígeno y las células cardiacas carecen de energía. "Si la desfibrilación se lleva a cabo en ese momento, existen menos probabilidades de que sea exitosa", señaló Garza. "Es más probable que aparezca la línea horizontal".

Los aeropuertos y casinos tienen tasas de supervivencia de ataque cardiaco excelentes "porque siempre tienen un desfibrilador disponible a cinco minutos de distancia", señaló Garza. Los vigilantes de seguridad son entrenados en el uso de desfibriladores, y ambos espacios cuentan con un monitor de circuito cerrado excelente.

Si no hay un desfibrilador disponible, lo mejor que puede hacer un transeúnte es aplicar las compresiones torácicas, señalan los expertos. De esta forma, las reservas de oxígeno que aún hay en la sangre siguen circulando y alimentando los tejidos del cuerpo, para mantener el cuerpo y el cerebro de la persona con vida.

"Cuando el corazón se para, no es por falta de oxígeno en la sangre", dijo Eckstein. "Es un problema de bombeo. Hay que hacer que el oxígeno circule".

Más información

La Facultad de medicina de la Universidad de Washington tiene más información sobre la RCP.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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