Expertos minimizan riesgos de analgésicos de venta sin fórmula médica

Se necesita mucho más estudio para determinar los graves peligros para el corazón

VIERNES 22 de abril (HealthDay News/HispaniCare) -- Una nueva investigación sobre fumadores noruegos presentada en una importante conferencia sobre el cáncer en EE.UU. esta semana halló que el uso a largo plazo de analgésicos sin receta aumenta los riesgos de ataque cardiaco y apoplejía.

Quizá.

A medida que el polvo se acumula en los nuevos informes, varios expertos consideran que los hallazgos plantean más preguntas que respuestas, y que ciertamente no existe una razón para descartar el uso de Advil, Motrin o Aleve.

"Se trata de un estudio retrospectivo pequeño, por lo que necesitamos juzgarlo teniendo eso en mente, en vez de hacer recomendaciones radicales", afirmó el coinvestigador del estudio, Dr. Andrew Dannenberg, director de prevención del cáncer del New York Presbyterian Hospital-Cornell de la ciudad de Nueva York.

Los estadounidenses que buscan analgésicos eficaces y seguros han vivido siete meses de angustia. Primero, en septiembre, el inhibidor de la cox-2 de venta bajo fórmula médica, Vioxx, fue retirado del mercado luego de que un importante estudio asociara su uso prolongado con un mayor riesgo cardiovascular. Posteriormente, a principios de este mes, la U.S. Food and Drug Administration retiró otro medicamento de la cox-2, Bextra, de los estantes de las farmacias, citando preocupaciones similares.

Un tercer inhibidor de la cox-2, Celebrex, permanece disponible para los consumidores en EE.UU., pero la FDA le ha obligado a llevar una etiqueta de advertencia en un recuadro negro que indica el potencial de riesgos cardiacos a largo plazo.

Los Cox-2, que se dirigen a una enzima específica, son un subconjunto de una clase mucho más amplia de analgésicos conocidos como medicamentos antiinflamatorios no esteroidales (AINES). Entre los AINES hallamos formas con o sin receta de ibuprofén (como Advil y Motrin), naproxén (Aleve) y aspirina.

La regulación de la FDA ahora aplica para todos estos medicamentos, los cuales deben llevar etiquetas de advertencia más contundentes respecto a que ellos también pueden constituir un riesgo a largo plazo para el corazón.

Sin embargo, hasta el lunes, cuando fue presentado el estudio noruego ante la reunión anual de la American Association for Cancer Research, había muy poca evidencia que respaldara estas preocupaciones.

Dannenberg y sus colegas en Noruega no se plantearon establecer los riesgos cardiovasculares de los AINES, indicó.

"El propósito de nuestro estudio era evaluar individuos que utilizaran los AINES tradicionales y observar si estaban o no protegidos contra el desarrollo de cánceres orales inducidos por el tabaco", explicó.

De hecho, su estudio sobre 908 fumadores noruegos halló que el uso diario de los AINES que no eran de la cox-2 como la aspirina, el ibuprofén o naproxén durante más de seis meses redujo el riesgo de cáncer oral en casi dos tercios en comparación con los no usuarios.

"Sin embargo, también notamos que, a pesar del riesgo reducido del cáncer de cavidad oral, no había una prolongación obvia de la vida" en este grupo de usuarios de AINES, destacó Dannenberg.

"Era extraño", agregó.

Investigando con mayor profundidad, los investigadores descubrieron que los usuarios de los AINES a largo plazo también hacían frente al doble de riesgo de morir a causa de problemas relacionados con el corazón, en comparación con los participantes que consumían un analgésico que no era del grupo de los AINES, el acetaminofén (Tylenol).

"Estos datos sugieren que el incremento del riesgo cardiovascular observado con los inhibidores de las cox-2 selectivos como Vioxx o Bextra no era el único, sino que se extendía a los AINES tradicionalmente utilizados" como el ibuprofén y el naproxén, explicó Dannenberg.

"Esto respalda la decisión de la FDA de extender la advertencia de recuadro negro a estos AINES tradicionales", agregó.

Aún así, Dannenberg señaló que los hallazgos de su equipo deberían tomarse como un grano de sal grande.

"Principalmente, este estudio es retrospectivo, no prospectivo", puntualizó. Los estudio retrospectivos, en los que los científicos analizan datos antiguos para observar patrones, no son nunca tan confiables como los ensayos prospectivos, en los que los investigadores son capaces de controlar y registrar los eventos a medida que se revelan.

Anotó además que los pacientes eran todos fumadores, "presumiblemente individuos que ya estaban en alto riesgo de enfermedades cardiovasculares. Estos resultados podrían no extenderse a no fumadores", indicó.

Otros expertos estuvieron de acuerdo en que el estudio tenía serias limitaciones.

"Por ejemplo, las personas que tienden a usar analgésicos a largo plazo, a menudo padecen otras enfermedades y problemas, lo que podría incrementar su riesgo de enfermedades vasculares", dijo el Dr. Philip Greenland, vocero de la American Heart Association y coautor de las directrices publicadas recientemente por la AHA sobre el uso de los AINES.

"Así que, ¿no es sorprendente que las personas que usan estos medicamentes estén también en mayor riesgo que las personas que no lo hacen?"

Greenland resaltó además que el estudio halló un ligero incremento del riesgo cardiovascular para los usuarios de la aspirina, un hallazgo que contradice al de ensayos más amplios y mejor controlados que sugieren que la aspirina protege el corazón.

Más información

Para saber más sobre los analgésicos, visite la Arthritis Foundation.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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