Medicamento para el cáncer podría combatir la enfermedad pulmonar por esclerodermia

Sin embargo, expertos aseguran que los beneficios de Cytoxan no siempre podrían superar los riesgos

MIÉRCOLES 21 de junio (HealthDay News/HispaniCare) -- Un medicamento inmunosupresor utilizado principalmente para el tratamiento del cáncer también podría tener su función en el tratamiento de la enfermedad pulmonar relacionada con la esclerodermia.

Esa es la conclusión de un estudio reciente publicado en la edición del 22 de junio del New England Journal of Medicine que halló que el tratamiento con ciclofosfamida, un medicamento para el cáncer, podría mejorar ligeramente la función pulmonar y la calidad de vida de los pacientes de enfermedad pulmonar relacionada con la esclerodermia.

"La esclerodermia puede ser una enfermedad devastadora para la que no hay una terapia eficaz", aseguró el Dr. Donald Tashkin, profesor de medicina de la división de atención pulmonar y crítica de la Facultad de Medicina David Geffen de la Universidad de California en Los Ángeles.

Sin embargo, advirtió, "en nuestro estudio encontramos que el tratamiento activo con ciclofosfamida tenía un efecto significativo y favorable, tanto desde el punto de vista estadístico como clínico, sobre el desarrollo de la enfermedad".

La esclerodermia es una enfermedad autoinmune que causa cicatrización y engrosamiento de la piel. A veces también involucra otras partes del cuerpo, como los pulmones, el corazón y los riñones. Cerca de 300,000 estadounidenses tienen esclerodermia, según la Scleroderma Foundation. La tercera parte o menos de los afectados tienen una enfermedad extendida, mientras que las dos terceras partes restantes presentan principalmente síntomas en la piel.

Si la enfermedad afecta los pulmones y causa cicatrización, la respiración se dificulta porque los pulmones ya no pueden expandirse como deberían. Para medir la capacidad de respiración, los médicos utilizan un aparato que evalúa la capacidad vital forzada (CVF). Según en el estudio, en las personas que tienen una CVF inferior al 50 por ciento de la lectura esperada, el índice de mortalidad a diez años de enfermedad pulmonar relacionada con la esclerodermia es de cerca del 42 por ciento.

Una razón para que este índice de mortalidad sea tan alto es que no hay un tratamiento eficaz disponible. Las investigaciones y estudios de caso anteriores han sugerido que la ciclofosfamida (que se vende con el nombre de marca de Cytoxan) podría ser un medicamento efectivo para la enfermedad pulmonar por esclerodermia.

Para comprobar la hipótesis, Tashkin y sus colegas reclutaron a 158 pacientes de 13 centros de todos los EE.UU. Los valores de CVF al principio del estudio estuvieron entre 45 y 85 por ciento del valor preestablecido.

Se asignó aleatoriamente a los pacientes para que recibieran un año de tratamiento con ciclofosfamida o un placebo. Ciento cuarenta y cinco personas completaron al menos seis meses del ensayo.

Luego de 12 meses, el valor de CVF ajustado fue cercano al 3 por ciento mejor en el grupo de ciclofosfamida que en el del placebo. La capacidad pulmonar se redujo en 4 por ciento en el grupo del placebo, mientras que la del grupo tratado no cambió. Tashkin aseguró que los que recibieron tratamiento también informaron sobre una mejor calidad de vida que los del grupo del placebo.

Sin embargo, las noticias no son tan buenas porque la ciclofosfamida tiene efectos secundarios significativos. Puede afectar la médula ósea y la producción de plaquetas, aumentar el riesgo de infecciones graves como neumonía y causar sangrado en la vejiga. El uso prolongado del medicamento también se ha relacionado con mayor riesgo de cáncer de vejiga.

En un editorial relacionado, los Drs. Fernando Martinez y W. Joseph McCune del Sistema de salud de la Universidad de Michigan escribieron que la ciclofosfamida es "el agente inmunosupresor posiblemente más tóxico que se usa actualmente para tratar enfermedades autoinmunes".

Aún así, según Martinez, podría haber pacientes para los que los beneficios del medicamento superen los riesgos.

"Para aquellos pacientes que han demostrado claramente el progreso de la enfermedad o que tienen una enfermedad más grave, podría ser razonable comenzar a aplicar ciclofosfamida desde el principio", aseguró.

"Claramente, este estudio es positivo. Hay un beneficio claro, aunque no dramático, y existe el potencial de bastante toxicidad. La toxicidad a largo plazo sigue sin ser clara", aseguró Martinez.

Tashkin aseguró que estos hallazgos "sugieren que los beneficios del tratamiento superan los riesgos".

Martinez asegura que el medicamento, al igual que muchos otros, es uno sobre el que los pacientes y los médicos necesitan hablar para decidir caso por caso si el beneficio potencial hace que el riesgo valga la pena para ese paciente en particular.

En otro estudio publicado en la misma edición de la publicación, investigadores italianos informaron haber encontrado un marcador de la sangre relacionado con la esclerodermia que también podría tener un efecto causal. Este marcador es el factor de crecimiento derivado de las plaquetas (FCDP) y este hallazgo podría permitirle a los investigadores entender aún más los mecanismos que hay detrás de la enfermedad, que con el tiempo podrían conducir a terapias para tratar la esclerodermia.

Más información

Para saber más acerca de la esclerodermia, visite la Scleroderma Foundation.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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