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El riesgo de suicidio se cuadruplica tras un diagnóstico de cáncer de pulmón

Los médicos y los seres queridos deben estar atentos al distrés y a la depresión, plantea un especialista en cáncer

MARTES, 23 de mayo de 2017 (HealthDay News) -- Las personas con un cáncer de pulmón tienen un riesgo de suicidio sorprendentemente más alto de lo normal, encuentra un nuevo estudio.

Aunque un diagnóstico de cáncer en sí aumenta de forma significativa el riesgo de suicidio, el estudio encontró que un diagnóstico de cáncer de pulmón aumentaba las probabilidades de suicidio en más de cuatro veces, en comparación con las personas de la población general.

"Un diagnóstico de cáncer es un diagnóstico abrumador para los pacientes, psicológica y emocionalmente", explicó el autor principal del estudio, el Dr. Jeffrey Port.

"Para los pacientes es un diagnóstico muy difícil de manejar, y hay una tasa más alta de suicidio", añadió.

Port es profesor de cirugía cardiotorácica en el Centro Médico Weill Cornell, en la ciudad de Nueva York.

El estudio incluyó datos de más de tres millones de pacientes en un periodo de 40 años. Los diagnósticos de cáncer se vincularon con más de 6,600 suicidios. Aunque el estudio no se diseñó para probar una relación causal directa, los investigadores encontraron que el cáncer se asoció con un riesgo de suicidio del doble.

Entre los pacientes con cáncer de pulmón, ciertos grupos eran mucho más propensos a suicidarse. Esos grupos incluían a los asiáticos, a las personas cuyo cáncer se había propagado a otras áreas del cuerpo (metastásico), a los pacientes que rehúsan la cirugía, a los pacientes mayores, a los pacientes viudos y a los hombres.

Port cree que el riesgo de suicidio es tan alto por varios motivos. En primer lugar, la mayoría de personas consideran al cáncer como un diagnóstico devastador con muy pocas esperanzas.

En segundo lugar, el cáncer de pulmón es una enfermedad que muchos creen que es el resultado de fumar, de forma que hay un nivel tremendo de culpa.

En tercer lugar, muchos pacientes con cáncer de pulmón tienen otros problemas médicos debido a fumar, como la enfermedad cardiaca. Entonces, se sienten abrumados y se convencen de que sus cuerpos no pueden manejar el tratamiento, plantearon los autores del estudio.

Y por último, a diferencia del cáncer de mama, del cáncer de próstata y de otros tipos de cáncer que cuentan con una gran red de apoyo disponible para los supervivientes, el cáncer de pulmón no tiene tantos supervivientes, y por tanto los grupos de respaldo, las marchas y la solidaridad están limitados.

El Dr. Jorge Gómez, profesor asistente de medicina en el Hospital Mount Sinai en la ciudad de Nueva York, dijo que estudios similares han encontrado que el riesgo de suicidio es más alto al principio del tratamiento para el cáncer, entre los primeros seis meses y un año tras el diagnóstico.

"El suicidio que ocurre a principios de tratamiento es provocado sobre todo por el estrés, la depresión, la ansiedad y la desesperanza", dijo Gómez, que también es vocero de la Asociación Americana del Pulmón (American Lung Association). "También hay pacientes que piensan en el suicidio al final, cuando están sufriendo mucho".

Gómez enfatizó que es importante que los familiares, amigos o cuidadores observen las señales de advertencia para que la depresión se pueda tratar de inmediato.

"Esté atento a las señales de depresión, los cambios en el estado de ánimo, el aumento en el sueño, la reducción en el apetito, y un ánimo más bajo", advirtió Gómez. "Asegúrese de que el paciente o el cuidador hable con el médico al respecto y pida que se aborde si no se está abordando".

Aunque el enfoque del nuevo estudio es el suicidio, Port espera que la investigación ilumine otro problema más común para los pacientes diagnosticados con cáncer de pulmón: la forma en que los niveles altos de distrés, ansiedad y depresión asociados con este diagnóstico afectan al tratamiento.

Los médicos saben que muchos pacientes con cáncer de pulmón "tienen ansiedad y estrés, y esto afecta a su tratamiento", dijo Port. "Esos pacientes tienen más dificultades para poder gestionar su dolor, seguir el plan y en última instancia incluso tomar decisiones sobre su propio tratamiento. El diagnóstico conlleva mucha ansiedad y estrés que de verdad afectan al tratamiento de la enfermedad".

En la práctica de Gómez hay trabajadores sociales asignados especialmente para trabajar con los pacientes con cáncer de pulmón, lo que ayuda a combatir este problema.

"Tenemos un programa de evaluación bastante robusto", explicó Gómez. El distrés, la depresión y la ideación suicida se evalúan en todos los pacientes nuevos. Si se identifican pacientes con esos problemas, son atendidos por un trabajador social de cáncer de pulmón el mismo día, señaló.

A Port le gustaría ver que se implemente este programa en más unidades de oncología del país.

"Debemos reconocer que nuestros pacientes tienen un riesgo más alto y entonces intervenir", señaló. "La intervención puede conllevar desde acercarnos a nuestros pacientes para asegurar que comprendan su plan de tratamiento y se estén manteniendo al día con el mismo, hasta remitirlos a otros especialistas en el campo, como psiquiatras y psicólogos. Pero el principio es reconocer que hay un problema".

El estudio fue presentado el martes en la reunión anual de la Sociedad Torácica Americana (American Thoracic Society), en Washington, D.C. Los hallazgos presentados en reuniones generalmente se consideran preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.

Más información

Para más información sobre el cáncer de pulmón, visite la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society).


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2017, HealthDay

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