Algunas pruebas en la sala de emergencias elevan el riesgo de cáncer para algunos

Un estudio halla que demasiadas radiografías, escáneres por CT y pruebas de medicina nuclear conducen a la acumulación de radiación
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JUEVES 29 de mayo (HealthDay News/Dr. Tango) -- La acumulación a largo plazo de radiación por radiografías y escáneres reiterados en la sala de emergencias podría estar poniendo a algunos pacientes en mayor riesgo de cáncer, según sugiere una investigación reciente.

El problema son los procedimientos de pruebas de rutina, actualmente de uso extendido en hospitales de los EE.UU., que emiten un cierto grado de radiación ionizante. Esos procedimientos incluyen tanto las radiografías estándares como los escáneres por TC más sofisticados, así como las pruebas de medicina nuclear en las que se le da seguimiento a material radioactivo ingerido o inyectado en el organismo.

"No estamos tratando de decir de ninguna manera que en ningún momento las pruebas de diagnóstico no sean apropiadas", aseguró el Dr. Timothy Bullard, autor del estudio, director médico y médico practicante de la sala de emergencias del Centro médico regional de Orlando, Florida (ORMC). "Las pruebas de diagnóstico que estamos haciendo ahora realmente son fabulosas y tremendas en cuanto a sus capacidades. De todos modos, tenemos que ser conscientes de que esto también tiene riesgos potenciales. Y me parece que ni los médicos ni los pacientes se han enfocado en esta preocupación".

Bullard presentó su trabajo el jueves en la reunión anual de la Society for Academic Emergency Medicine en Washington D.C.

Los escáneres y las radiografías dependen de la radiación ionizante para lograr imágenes de diagnóstico en película o una computadora. Las imágenes por resonancia magnética (IRM) y las pruebas de ultrasonido no usan radiación, por lo que no fueron objeto de este estudio.

El problema, según sugirió Bullard, es que aunque ningún procedimiento individual expondrá a un paciente a cantidades innecesarias de radiación, los médicos de la sala de emergencias no contaban con una manera de medir la exposición acumulada de un paciente.

Para explorar las dimensiones potenciales del problema, los investigadores se unieron al Hospital de Washington de Washington D.C. para realizar el primer estudio en examinar la exposición acumulada a radiación ionizante en una sala de emergencias durante un periodo fijo de tiempo.

En este caso, Bullard y sus colegas se enfocaron en la exposición en cinco periodos de diagnóstico entre un grupo elegido aleatoriamente de pacientes que acudían a la sala de emergencias del ORMC y del hospital de Washington.

Los investigadores hallaron que la mayor parte de la exposición de los pacientes a la radiación provino de escáneres por TC y pruebas de medicina nuclear. Los pacientes alcanzaron una radiación acumulada de 40 milisieverts (mSV) durante el periodo de cinco años del estudio.

Por comparación, Bullars anotó que 200 mSV fue el nivel de exposición promedio observado en los supervivientes de las bombas de Hiroshima y Nagasaki en un radio de 2.5 km del epicentro de cada bomba. El diez por ciento de los pacientes del estudio alcanzó en promedio la mitad de esa cantidad, 100 mSV, durante los cinco años del estudio.

El equipo de investigación concluyó que esas cifras indican que si el grupo de pacientes con el que trabajaron se puede considerar representativo de la población general de pacientes que acuden a la sala de emergencia en los EE.UU., una porción significativa de ellos podría estar en mayor riesgo de desarrollar cáncer por exposición acumulada a la radiación para diagnóstico.

Bullard señaló que con respecto específicamente a la exposición a la radiación de los pacientes, en los EE.UU. no existen estándares federales firmes, límites ni recomendaciones.

"Existen estándares de exposición segura para quienes trabajan en sectores en los que se usa la radiación", anotó. "Pero en el pasado, los pacientes en sí no se consideraban típicamente como un problema porque se asumía que no estaban tan expuestos a la radiación. Me parece que eso ha cambiado".

Un estudio de la Universidad de Columbia publicado en el otoño pasado en la New England Journal of Medicine corrobora las percepciones y preocupaciones de Bullard. En él, los investigadores anotaron que la cantidad de escáneres por TC realizados en los EE.UU. ha aumentado vertiginosamente en las últimas décadas.

En la publicación, David J. Brenner, investigador líder, calculó que más de 62 millones de escáneres por TC se realizan actualmente cada año, cuando eran apenas 3 millones en 1980, a pesar de la observación de que más de la tercera parte de dichos escáneres en realidad no eran médicamente necesarios.

"Aún así, yo no llegaría a recomendar estándares para pacientes", aseguró Bullard. "Esto se debe a que la cantidad a la que debe someterse cada paciente depende de cada paciente. Algunos podrían necesitar muchas pruebas de diagnóstico y no se trata de ponerle límites a lo que se puede hacer para diagnosticar. Aún así, sí me parece que médicos y pacientes deben ser conscientes de los antecedentes de exposición. Y como médico, antes de ordenar una prueba de diagnóstico rutinaria, me pongo a pensar si realmente necesito esa respuesta y si hay alguna otra forma de obtenerla. El punto es saber si realmente es necesario".

Bullard y sus colegas sugirieron que la adopción de historias médicas electrónicas portátiles podría ayudar a ofrecer a los médicos una indicación clara y fácilmente accesible de exposición anterior del paciente a la radiación para que los médicos puedan tomar decisiones mejor informadas sobre pruebas futuras.

El Dr. James E. Winslow, profesor asistente del Centro médico bautista de Winston-Salem, Carolina del Norte, aseguró que el estudio actual menciona varios "aspectos interesantes".

"Hemos realizado nuestro propio estudio durante los primeros meses de 2006 entre 86 pacientes de trauma y estamos hallando niveles promedio de exposición de 41 mSV sólo durante las primeras 24 horas de hospitalización", dijo. "Para algunos, ciertamente, fue significativamente más que eso".

Winslow anotó que durante el curso de un año completo, un astronauta de la estación espacial estará expuesto a 174 mSV.

"Entonces, potencialmente estamos hablando de un problema enorme", señaló. "Me parece que los médicos deben tener en cuenta que las evaluaciones que ordenan sí implican una exposición significativa a la radiación.

Más información

Para detalles sobre pruebas de diagnóstico y exposición a la radiación, visite la Health Physics Society.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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