MIÉRCOLES, 18 de octubre de 2017 (HealthDay News) -- No es un secreto que nos encantan nuestros smartphones y otros dispositivos electrónicos para permanecer conectado.
Quizá en demasía.
Según un estudio sobre el uso de los teléfonos celulares realizado por una compañía de seguridad móvil, un 63 por ciento de las mujeres y un 73 por ciento de los hombres de 18 a 34 años de edad no pueden pasar ni una hora sin revisar sus teléfonos.
Y una investigación publicada en la revista en línea First Monday encontró que cuando los estudiantes universitarios hacían una pausa en los medios sociales, algunos no podían encontrar sustitutos para el lugar que éstos ocupaban en sus vidas. Muchos tenían la sensación de que se estaban perdiendo de algo cuando no estaban conectados.
Pero toda esa conectividad tiene un precio. En primer lugar, el tiempo que pasamos con los dispositivos podría ser tiempo que se le quita al ejercicio. Como otras conductas sedentarias, esto puede reducir el nivel de aptitud física.
Una investigación realizada por la Universidad de Harvard sugiere que estar disponible las 24 horas al día, los 7 días a la semana para los mensajes de texto y los correos electrónicos podría en realidad hacer que uno sea menos productivo en el trabajo y que esté menos satisfecho con la vida personal. De hecho, los resultados de la encuesta "Estrés en EE. UU." de la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association) encontraron que las personas que revisan su correo electrónico, mensajes de texto y medios sociales "con frecuencia" o "constantemente" dijeron que se sentían desconectadas de sus familias, incluso cuando están juntos.
Y usar dispositivos electrónicos (como los teléfonos celulares, las tabletas y las computadoras portátiles) de forma regular a altas horas de la noche se ha vinculado con trastornos del sueño, estrés e incluso síntomas de depresión. Y el riesgo aumenta si también se usa el teléfono celular de forma empedernida.
¿Cuál es la respuesta?
Desconectarse: hacer descansos regulares de los dispositivos y fijar límites en cuanto a qué tan disponible uno está. La necesidad de desconexión es tan fuerte que incluso hay un día nacional de desconexión, desde la puesta del sol del primer viernes de marzo hasta la puesta del sol del día siguiente.
Pero no hay que esperar hasta entonces. Pruebe a apagar sus aparatos electrónicos una hora antes de noche, y a designar algunas horas para estar desconectado cada fin de semana. Quizá al principio resulte difícil, pero igual que cualquier otro hábito, uno se acostumbra con el tiempo.
Según la Asociación Americana de Psicología, esos periodos de tranquilidad le ayudarán a relajarse, a reflexionar y a ser incluso más creativo.
Más información
Visite el sitio web del día nacional de la desconexión para obtener ideas sobre cómo liberarse de los dispositivos electrónicos en el día a día.
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