Demasiados pacientes, muy pocos ventiladores: cómo afrontan la COVID-19 los hospitales de EE. UU.

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LUNES, 30 de marzo de 2020 (HealthDay News) -- Ante la escasez en ciernes de ventiladores que salvan vidas, los hospitales de EE. UU. se apresuran a encontrar soluciones, y se planifican para lo peor.

Las unidades de cuidados intensivos de los hospitales asediados de Nueva York y otras ciudades están adoptando el método de que todos los que puedan ayuden, al reclutar a médicos de varias especialidades para que ayuden a gestionar la afluencia de pacientes gravemente enfermos de COVID-19.

También están encontrando formas de rellenar otra laguna esencial: unos suministros limitados de ventiladores, que son máquinas que proveen apoyo para la respiración a los pacientes que sufren dificultades respiratorias.

La semana pasada, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. aprobó oficialmente una alternativa a los ventiladores estándar: las máquinas de anestesia. El equipo, que normalmente se usa para dormir a los pacientes quirúrgicos, se puede ajustar para que provea oxígeno a los pacientes de la UCI.

"Las máquinas de anestesia son ventiladores. Solo son un poco distintas", explicó el Dr. Lewis Kaplan, presidente de la Sociedad de Medicina de Cuidados Críticos (Society of Critical Care Medicine, SCCM).

Es un uso perfecto para el equipo, que ahora espera inactivo mientras se cancelan las cirugías electivas, señaló Kaplan.

Además, añadió, las máquinas de anestesia están disponibles fuera de las paredes de los hospitales: en los centros quirúrgicos independientes, las escuelas de medicina y los laboratorios farmacéuticos.

"Estamos buscando en todos los sitios", aseguró Kaplan, especialista en cuidados críticos de la Universidad de Pensilvania y del Centro Médico de la VA, en Filadelfia.

Actualmente, Estados Unidos tiene unos 200,000 ventiladores, estima la SCCM. Muchos ya se están usando, o son unos modelos más antiguos y básicos que los hospitales tienen a mano. Esa cifra también incluye a las reservas de emergencia del gobierno federal.

Los expertos han estado advirtiendo que los suministros se quedan cortos respecto a la demanda prevista. En un seminario web reciente convocado por la Asociación Americana de Hospitales (American Hospital Association), un investigador proyectó que 960,000 estadounidenses podrían necesitar ventiladores antes de que la pandemia llegue a su fin.

En el estado de Nueva York, el epicentro del brote en el país, el gobernador Andrew Cuomo ha dicho repetidas veces que sus hospitales necesitan al menos 30,000 ventiladores más. Se están preparando para que los casos alcancen su máximo en tres semanas, cuando se proyecta que quizá necesiten 40,000 ventiladores.

Pero los ventiladores no son lo único que escasea, advirtió Kaplan. Hay muy pocos proveedores de atención de la salud entrenados en su operación, un trabajo que en general realizan los médicos, los enfermeros y terapeutas respiratorios de las UCI, que cuentan con un entrenamiento especializado.

Los hospitales están pidiendo que otros especialistas con entrenamiento en cuidados críticos ayuden, dijo Kaplan, entre ellos los pulmonólogos y los anestesiólogos.

"Muchos de nuestros médicos están libres de las cirugías electivas, y están listos para ayudar", aseguró la Dra. Mary Dale Peterson, presidenta de la Academia Americana de Anestesiólogos (American Society of Anesthesiologists, ASA).

La SCCM aconseja a los hospitales que prueben planes de personal "estratificados", en que los médicos de las UCI funjan de líderes de equipos que supervisen a varios médicos que no sean de UCI con entrenamiento en cuidados críticos, que, a su vez, supervisen a un conjunto de proveedores de otro tipo.

El estado de Nueva York aprobó el jueves otra táctica, que es controversial: permitir a dos pacientes compartir un ventilador. El Hospital NewYork-Presbyterian, de la ciudad de Nueva York dijo que había "implementado una estrategia que, en pacientes cuidadosamente seleccionados bajo las condiciones adecuadas, permite que un solo ventilador mecánico soporte del todo a dos pacientes de forma simultánea".

Pero la ASA, la SCCM y otros grupos desaconsejaron rápidamente la práctica, y afirman que pone en peligro la seguridad de los pacientes.

Peterson apuntó que no es posible gestionar por completo las necesidades de los pacientes individuales cuando comparten un ventilador. El mayor riesgo sería si uno sufre un deterioro rápido, y el balance de oxígeno se dirige al otro.

En medio de todos esto, los hospitales también se planifican para lo peor: racionar los ventiladores para los pacientes con más probabilidades de sobrevivir.

Arthur Caplan es director de la división de ética médica de Langone Health de la NYU, en la ciudad de Nueva York. Comentó que el centro médico, al igual que otros, está creando políticas para hacerlo de forma justa.

"En primer lugar, intentamos salvar la mayoría de las vidas", apuntó Caplan. Enfatizó que la edad, por sí misma, no sería un factor decisivo, pero que la condición general y la esperanza de vida de los pacientes son consideraciones importantes.

En un editorial que se publicó la semana pasada en la revista New England Journal of Medicine, un grupo de destacados bioéticos presentó recomendaciones para la adjudicación justa de "los recursos escasos". Uno dijo que es "justificable" sacar a un paciente con un mal pronóstico de un ventilador para intentar salvar a uno que tenga más probabilidades de sobrevivir.

Caplan se mostró de acuerdo en que esas situaciones podrían ocurrir.

Según los reportes, algunos estados, entre ellos Nueva York, Nueva Jersey y Pensilvania, están actualizando o creando directrices para el racionamiento de los ventiladores. Pero Caplan predijo que llegarán "tarde", ya que los centros médicos decidirán sus propias políticas.

La meta es la justicia, en lugar de una situación en que se atienda primero a quien llegue primero, según Caplan.

"Es bueno que lo estemos pensando con cuidado", aseguró. "Es importante que la gente sepa que no se basa en la edad ni los ingresos. [Los ventiladores] no se usarán en los ricos o en los famosos".

"Desearía que no tuviéramos que planificar un racionamiento", añadió Caplan. "Pero es así".

A pesar de la gravedad de la pandemia, todo el mundo se mostró de acuerdo en que el público general puede hacer una diferencia esencial para ralentizar la sobrecarga de los hospitales.

"Tómese el distanciamiento social en serio", aconsejó Peterson. "Es un problema de oferta y demanda, y debemos hacer todo lo que podamos para mitigar la propagación de la enfermedad".

Más información

Para las actualizaciones más recientes sobre COVID-19, visite los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2020, HealthDay

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