El miedo a la COVID evita que los estadounidenses acudan a citas vitales al médico

ambulance at emergency room
ambulance at emergency room

MIÉRCOLES, 17 de junio de 2020 (HealthDay News) -- Una ruptura de apéndice es una emergencia médica que un cirujano general, colega de la Dra. Jacqueline Fincher, no había tratado en más de 15 años en su pequeño pueblo de Thomson, Georgia.

Esto se debe a que las señales y síntomas de la apendicitis son tan bien conocidos que casi todo el mundo acude al hospital mucho antes de que un apéndice inflamado tenga la oportunidad de reventar.

Pero entonces llegó la COVID-19.

"En el mes de marzo, atendió dos", comentó Fincher, presidenta del Colegio Americano de Médicos (American College of Physicians). "Se debe a que las personas tenían miedo de ir al médico o a la sala de emergencias. Esperaban en casa y se enfermaban de gravedad, y al final acababan yendo a la sala de emergencias y presentando un curso mucho más difícil".

Aunque Estados Unidos está saliendo del confinamiento, a los estadounidenses les preocupa que muchas personas sigan teniendo demasiado miedo a contraer la COVID-19 como para obtener la atención médica que necesitan para evitar que una enfermedad grave se convierta en una emergencia médica.

Más de la mitad de los participantes en una encuesta reciente (un 54 por ciento) dijeron que les preocupa que su salud o la salud de un ser querido esté en riesgo debido a que han retrasado el tratamiento para los problemas médicos, encontraron los investigadores, de la Universidad de Fairleigh Dickinson, en Nueva Jersey.

Además, más de una cuarta parte (un 27 por ciento) dijeron que no irán al consultorio de un médico excepto para las emergencias, hasta que haya disponible una vacuna o un tratamiento para la COVID-19.

"Si los individuos no buscan atención médica cuando deben, significa que quizá no se estén vacunando. Significa que quizá tengan una afección que no se esté tratando, o tal vez necesiten un ajusto de sus medicamentos", señaló Julie Kalabalik-Hoganson, presidenta de práctica farmacéutica de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Salud de la Fairleigh Dickinson, en Florham Park, Nueva Jersey. "Tiene muchas implicaciones que nos preocupan".

No hay duda de que la pandemia provocó un grave revés financiero en los consultorios médicos.

En abril, el uso de los servicios de atención de salud se redujo en un 68 por ciento, con una reducción del 48 por ciento en los ingresos en comparación con el mismo periodo el año anterior, según un nuevo informe de FAIR Health, una organización sin fines de lucro que examina la economía del sector de la salud.

La telesalud ofreció un salvavidas financiero muy necesario a muchos médicos, señala el informe de FAIR Health.

Fincher se mostró de acuerdo, y anotó que la respuesta a la pandemia provocó que las restricciones reguladoras de la telemedicina se relajaran, e hizo que muchas aseguradoras pagaran las mismas tarifas por las citas de telesalud que por una cita regular en un consultorio.

"Fue un salvavidas, sin duda", aseguró Fincher. "Se expandió. Todo el mundo adoptó la telesalud con mucha rapidez".

Alrededor de una cuarta parte de las personas que participaron en la encuesta de Fairleigh Dickinson dijeron que habían usado las videoconferencias en línea para ver a un médico o a un profesional de la salud desde el inicio de la pandemia, y casi tres cuartas partes dijeron que la experiencia era igual o mejor que una visita médica en persona.

Es probable que la telesalud ayudara al bienestar de muchas personas confinadas que gestionaban afecciones médicas crónicas como la hipertensión, el enfisema y la diabetes, planteó Fincher.

Los médicos han monitorizado la salud de las personas haciendo que revisaran sus propios marcadores, usando versiones para el hogar de los dispositivos utilizados por los expertos médicos, apuntó Fincher.

En estos días, las personas usan glucómetros para medir el azúcar en la sangre, termómetros, oxímetros de pulso para medir el oxígeno en el cuerpo y otros dispositivos de forma regular en casa, para transmitir sus números al médico.

"Un monitor de la presión arterial y una báscula hacen mucho por ayudarnos a monitorizar su salud y darle seguimiento fuera del consultorio", dijo Fincher. "Esos dispositivos son muy útiles para nosotros, como médicos, para monitorizar cosas clave que evitan que tenga que ir al hospital o a la sala de emergencias. Podemos retrasar, hasta cierto punto, su consulta médica crónica durante esta extraña época de pandemia".

Pero para la telemedicina es difícil capturar todo lo que un médico puede observar en persona, aseguró el Dr. Gary LeRoy, presidente de la Academia Estadounidense de Médicos de Familia (American Academy of Family Physicians).

"Comienzo el examen y la evaluación de mis pacientes desde que los veo entrar al consultorio", observando cómo se mueven, cómo se sientan, cómo están vestidos, y qué tan alertas parecen, comentó LeRoy, médico de familia en Dayton, Ohio. "A veces es mi primera pista de que algo anda mal con su situación".

La reapertura de EE. UU. ha conducido a que muchos se apresuren a ir al consultorio del médico, apuntó.

"Nuestros pacientes desean con ansiedad volver en persona, en lugar de usar una pantalla o un teléfono", indicó LeRoy. "Mi práctica personal ha cambiado del todo, en el sentido de que ahora la inmensa mayoría de mis visitas de pacientes son en persona".

Pero sigue habiendo muchos que simplemente tienen demasiado miedo a la COVID-19 como para resolver sus problemas de salud. La nueva encuesta concuerda con una encuesta de salud poblacional de la Kaiser Family Foundation de mayo, en que más o menos la mitad de los adultos dijeron que ellos o un familiar había pospuesto o cancelado la atención médica debido a la pandemia.

Los médicos deben seguir promoviendo las precauciones que han tomado para prevenir la transmisión de la COVID-19 en sus consultorios, dijo Fincher.

Por ejemplo, la práctica de Fincher abre una clínica de enfermedades respiratorias agudas cada tarde, en una tienda de campaña detrás del consultorio. Las personas con síntomas de COVID-19 pueden ser tratadas sin entrar al consultorio.

"Tomamos todo su historial médico mientras están sentados en nuestro parqueo, y entonces los llevamos a la tienda y los examinamos", describió Fincher.

Las máscaras son obligatorias en los consultorios, y cada sala de examen se limpia rigurosamente entre pacientes.

Algunos pacientes se muestran renuentes. "Les pregunto si van al supermercado", señaló Fincher. "La mayoría de las veces dicen que sí, y les digo que puedo prometerles que mi consultorio es mucho más seguro que el supermercado".

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen más información sobre la COVID-19.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2020, HealthDay

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