¿La sangre de los supervivientes puede ayudar a los pacientes a luchar contra la COVID-19? Unos ensayos podrían determinarlo

Domenico Piccininni
Domenico PiccininniDomenico Piccininni donating blood
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MIÉRCOLES, 13 de mayo de 2020 (HealthDay News) -- ¿El plasma en sangre obtenido de personas que se han recuperado de la COVID-19 podría ayudar a prevenir las infecciones con el nuevo coronavirus o aliviar los síntomas en los que ya están infectados?

Dos grupos de investigadores se proponen averiguarlo.

Un ensayo clínico, de médicos de la Facultad de Medicina Grossman de la NYU, el Sistema de Salud Montefiore y el Colegio de Medicina Albert Einstein, en la ciudad de Nueva York, intentará determinar si el "plasma de convaleciente" inyectado en los pacientes hospitalizados con COVID-19 puede protegerlos de una enfermedad grave o de que requieran un ventilador.

Por otra parte, investigadores de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore, están listos para iniciar dos nuevos estudios que observarán el uso del plasma en los trabajadores de la atención de la salud y los que estén enfermos con COVID-19 en casa.

La Dra. Corita Grudzen, vicepresidenta de investigación del departamento de medicina de emergencias de Langone Health de la NYU, escribió el protocolo del estudio de la ciudad de Nueva York.

"Lo que esperamos observar es si el plasma de convaleciente, usado en esta etapa tan temprana de la enfermedad, previene que los pacientes fallezcan, que se pongan en ventiladores mecánicos, o que tengan cualquier tipo de resultado malo", comentó Grudzen en una entrevista de HealthDay Live.

La táctica es "una especie de medida provisional en el sentido de que, cuando no se tiene una vacuna, es algo que se puede usar en una infección nueva para la cual no contamos con fármacos conocidos u otras terapias o biológicos que sepamos que puedan funcionar contra la enfermedad", explicó Grudzen.

Domenico Piccininni, un superviviente a la COVID-19 de 50 años, donó su plasma a finales de abril al Hospital de Northside, en Atlanta. Espera que sus anticuerpos puedan ayudar a reiniciar los sistemas inmunitarios de las personas gravemente enfermas con el coronavirus.

"Mi esposa me ofreció como voluntario", contó en medio de risas. "Nunca había donado sangre antes. Pero tenemos cinco hijos, y si alguno estuviera mal, esperaría que alguien lo ayudara. Aunque uno se sienta nervioso, hay que pensar en el prójimo. ¿Cómo se puede no pensar en salvar una vida si uno puede hacerlo?".

¿Qué es exactamente el plasma sanguíneo?

"El plasma sanguíneo es la parte líquida de la sangre", explicó el Dr. Arturo Casadevall, presidente del departamento de microbiología molecular e inmunología de la Hopkins, e investigador principal de los dos estudios de la Hopkins.

Caracterizado por su tono amarillento, el plasma contiene tanto glóbulos rojos como glóbulos blancos, además de las plaquetas incoloras que el cuerpo utiliza para coagular y controlar el sangrado de las heridas o cortadas.

"Y [también] es el lugar donde se encuentran los anticuerpos", anotó Casadevall. "Los anticuerpos flotan en el líquido".

En la terapia de plasma, explicó, "se toman los anticuerpos que otra persona creó cuando se recuperó y se transfieren a una nueva persona. La otra persona los recibe ya listos, y puede usarlos de inmediato".

Casadevall apuntó que la práctica de extraer plasma de convaleciente de los supervivientes de una enfermedad y administrárselo a los pacientes como medida preventiva o como tratamiento tiene un "largo historial" en la medicina.

"Se ha usado durante 120 años", aseguró. "El primer Premio Nobel se concedió por su uso. Es así de antiguo".

Grudzen también anotó que el plasma de convalecientes tiene un largo historial en la medicina, pero añadió que "no carece de daños potenciales".

El plasma de convaleciente no carece de peligros

Los dos principales peligros son que el paciente contraiga una enfermedad infecciosa, aunque el análisis de la sangre ayuda a reducir esa posibilidad, o que el sistema inmunitario de un paciente reaccione de forma negativa al plasma inyectado de otra persona. Grudzen anotó que, "sobre todo en las personas mayores, es un poco más riesgoso".

Y Casadevall advirtió que la terapia con plasma todavía debe ser evaluada en la COVID-19 para ver si funciona contra este virus en específico, "simplemente porque se trata de un organismo nuevo".

Con ese objetivo, la Hopkins está a punto de iniciar dos investigaciones simultáneas sobre el plasma en la COVID-19. La financiación provendrá de Bloomberg Philanthropies, el estado de Maryland y la Hopkins.

"El primer ensayo se enfoca en intentar usar el plasma en poblaciones de alto riesgo", anotó. Esa investigación incluirá a los trabajadores de la atención de la salud en primera línea de la pandemia y a los residentes de hogares de ancianos, con un mínimo de 150 participantes.

"El segundo ensayo se enfoca en personas que están enfermas en casa", dijo Casadevall. "Sabemos que la mayoría de las personas se recuperan. La mayoría de las personas que están enfermas hoy están en casa, esperando recuperarse. Pero también sabemos que una fracción de ellas empeorará", añadió.

"La pregunta es si podemos intervenir en casa. ¿Se les puede dar una unidad de plasma cuando están enfermos pero todavía no tienen dificultades respiratorias, y prevenir que tengan que ir al hospital?", preguntó.

Casadevall reconoció que su equipo no será el primero en explorar el potencial del plasma de convaleciente. De hecho, anotó que 7,200 pacientes con COVID-19 ya han sido tratados con plasma de convaleciente en hospitales a lo largo de Estados Unidos.

Cada equipo de investigación se dirigirá a grupos distintos

En el ensayo de la ciudad de Nueva York, los investigadores esperan inscribir a 300 pacientes hospitalizados, de a partir de 18 años, en siete hospitales. El ensayo se enfocará en los pacientes que estén suficientemente enfermos como para ser hospitalizados, pero no tan enfermos como para haberse trasladado a la unidad de cuidados intensivos o para requerir un ventilador.

"Teníamos muchas ganas de evaluarlo en pacientes hospitalizados", aseguró Grudzen. Pero "sabemos que cuanto antes, mejor", añadió.

Al contrario, ambos estudios de la Hopkins se realizarán en la comunidad, fuera del ámbito hospitalario. Y ambos buscarán proveer datos sólidos para demostrar que la terapia con plasma de convaleciente de verdad puede funcionar contra la COVID-19.

Esto significa que los estudios serán ensayos aleatorios y controlados, en que algunos de los pacientes de cada estudio recibirán plasma con anticuerpos de COVID-19 mientras que otros recibirán plasma regular sin anticuerpos (un placebo).

Respecto a qué se considerará como un éxito, Casadevall aseguró que los ensayos tienen unas metas relativamente simples. Por un lado, ¿puede el plasma de convaleciente prevenir la enfermedad?, y por el otro, ¿evita que los individuos empeoren? Prevé resultados firmes en ambos frentes en unos dos meses.

Grudzen anotó que aunque al principio de la pandemia no había suficiente plasma de convaleciente, "[ahora] hay bastante plasma para todos los pacientes que lo necesiten".

Más información

Aprenda más sobre la pandemia de COVID-19 en el Centro de Recursos para el Coronavirus Johns Hopkins.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2020, HealthDay

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