La mayoría de los pacientes con COVID-19 en ventiladores fallecieron, muestra un estudio de Nueva York

Hospital patient
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MIÉRCOLES, 22 de abril de 2020 (HealthDay News) -- El mayor análisis de pacientes hospitalizados con COVID-19 hasta la fecha encuentra que la mayoría no sobrevivieron tras ser colocados en un ventilador mecánico.

El estudio incluyó los expedientes de salud de 5,700 pacientes con COVID-19 hospitalizados entre el 1 de marzo y el 4 de abril en centros supervisados por Northwell Health, el sistema de salud más grande del estado de Nueva York.

Entre los 2,634 pacientes cuyos resultados se conocían, la tasa general de mortalidad fue de un 21 por ciento, pero aumentó a un 88 por ciento entre los que recibieron ventilación mecánica, reportó el Consorcio de Investigación sobre la COVID-19 de Northwell Health.

Los nuevos hallazgos "proveen una información inicial esencial sobre la respuesta de primera línea al brote de COVID-19 en Nueva York", señaló en un comunicado de prensa de Northwell Health el Dr. Kevin Tracey, presidente y director ejecutivo de los Institutos Feinstein de Investigación Médica.

Los hallazgos también reafirman la idea de que los ventiladores a veces podrían hacer más mal que bien a los pacientes que luchan por su vida contra la COVID-19 grave.

Los ventiladores mecánicos funcionan al llevar aire a los pulmones de los pacientes enfermos de gravedad que ya no pueden respirar de forma independiente. Hay que sedar a esos pacientes, y hay que introducirles un tubo por la garganta.

Al reconocer que pueden ocurrir complicaciones por el uso de los ventiladores, algunas unidades de cuidados intensivos (UCI) han comenzado a retrasar la administración de un ventilador a los pacientes con COVID-19 hasta el último momento posible, cuando de verdad se trata de una decisión de vida o muerte, comentó el Dr. Udit Chaddha, pulmonólogo intervencionista del Hospital Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.

"En un momento más temprano de la crisis había una tendencia a poner a las personas en ventiladores pronto, porque los pacientes deterioraban con rapidez", comentó Chaddha. "El algo que la mayoría hemos comenzado a dejar de hacer".

"Dejamos que estos pacientes toleren un poco más de hipoxia [deficiencia de oxígeno]. Les suministramos más oxígeno. No los intubamos hasta que de verdad tienen dificultades respiratorias", señaló Chaddha. "Si se hace de forma correcta, si pone a alguien en un ventilador cuando se debe poner en un ventilador y no de forma prematura, el ventilador es entonces la única opción".

En general, los ventiladores solo se usan cuando los pacientes están enfermos de gravedad, y los expertos creen que entre un 40 y un 50 por ciento de los pacientes fallecen tras someterse a ventilación, independientemente de la enfermedad subyacente.

Esos pacientes gravemente enfermos fallecen porque están tan enfermos con la COVID-19 que necesitaron un ventilador para permanecer con vida, no porque el ventilador les provoque daños letales, observó el Dr. Hassan Khouli, presidente de medicina de atención crítica de la Clínica Cleveland, en Ohio.

"Creo que, en su mayor parte, no está relacionado con el ventilador", dijo Khouli. "Mueren en el ventilador, pero no necesariamente mueren por estar en el ventilador".

Pero una tasa de mortalidad de un 88 por ciento es particularmente alta.

Los ventiladores tienen efectos secundarios. Como una máquina respira por ellos, los pacientes con frecuencia experimentan un debilitamiento del diafragma y de todos los demás músculos implicados en la inhalación del aire, explicó Chaddha.

"Cuando todos esos músculos se debilitan, respirar por su cuenta se dificulta cuando está listo para ser liberado del ventilador", dijo Chaddha.

Esos pacientes también están en riesgo de una lesión pulmonar aguda inducida por la ventilación mecánica, una afección provocada por una inflación excesiva de los pulmones durante la ventilación mecánica, apuntó Khouli.

Los médicos deben calcular de forma precisa la cantidad de aire a introducir en los pulmones de una persona con cada respiración mecánica, tomando en cuenta el hecho de que una gran parte del pulmón podría estar lleno de fluidos y ser incapaz de inflarse. "El nivel de volumen que hay que administrar usualmente sería más bajo", dijo Khouli.

"Si los parámetros no se gestionan bien, puede provocar un trauma adicional a los pulmones", aseguró Khouli.

Los pacientes con ventilación también tienen un riesgo más alto de infección, y muchos están en riesgo de complicaciones psicológicas, apuntó Chaddha. Una cuarta parte desarrollan un trastorno por estrés postraumático, y hasta la mitad podrían sufrir una depresión subsiguiente.

"No es algo benigno", advirtió Chaddha. "Hay muchos efectos secundarios. Y mientras más tiempo estén en el ventilador, más probable es que esas complicaciones ocurran".

Además de las estadísticas sobre los pacientes en ventiladores, el estudio de Nueva York también apuntó a varios factores que pueden contribuir a una enfermedad más grave en los pacientes con COVID-19.

El sexo pareció importar. La mayoría de los pacientes eran varones, y la mediana de edad era de 63 años. La tasa de mortalidad fue más alta entre los varones que en el sexo femenino.

Los investigadores también encontraron que la hipertensión (un 57 por ciento), la obesidad (un 41 por ciento) y la diabetes (un 34 por ciento) fueron los tipos más comunes de problemas de salud coexistentes en los pacientes con COVID-19.

Los pacientes con diabetes fueron más propensos a recibir ventilación mecánica invasiva, a recibir tratamiento en la UCI, o a desarrollar una enfermedad renal aguda, mostraron los hallazgos.

De los pacientes cuyos resultados se conocían, un 14 por ciento fueron tratados en la UCI, un 12 por ciento requirieron una ventilación mecánica invasiva, y un 3 por ciento recibieron terapia de reemplazo renal.

En la evaluación inicial, más o menos un tercio de los pacientes tenían fiebre, casi mil tenían una frecuencia respiratoria alta, y casi 1,600 recibieron oxígeno suplementario. En promedio, los pacientes fueron dados de alta tras cuatro días.

El estudio, que se publicó en la edición en línea del 22 de abril de la revista Journal of the American Medical Association, fue realizado por el Consorcio de Investigación sobre la COVID-19 de Northwell Health, con el apoyo de los Institutos Feinstein de Investigación Médica.

"Nueva York se ha convertido en el epicentro de esta epidemia. Los profesionales clínicos, los científicos, los estadísticos y los profesionales de laboratorio están trabajando sin descanso para ofrecer la mejor atención y consuelo posible a los miles de pacientes con COVID-19 en nuestros hospitales de Northwell", aseguró Karina Davidson, profesora y vicepresidenta sénior de los Institutos Feinstein.

"Mediante nuestro consorcio, compartiremos nuestra información clínica y científica a medida que evolucionamos en las formas de atender y tratar a los pacientes con COVID-19", anotó Davidson.

Tracey añadió que "estos estudios observacionales y los resultados de otros ensayos clínicos de los Institutos Feinstein mejorarán la atención de otros que se enfrentan a brotes de la COVID-19".

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen más información sobre la COVID-19.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2020, HealthDay

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