Muchos estadounidenses llorarán las muertes debidas al coronavirus de sus padres y abuelos

unhappy hispanic family
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MIÉRCOLES, 8 de abril de 2020 (HealthDay News) -- A medida que las muertes por el coronavirus siguen aumentando, los investigadores están dirigiendo la atención a otro estrago de la pandemia: las muchas personas que entrarán en luto en un momento de aislamiento social.

Perder a un ser querido es un evento traumático en cualquier momento. Pero los expertos señalan que la crisis en curso presenta unas dificultades únicas para las personas que están de luto, desde lo repentina que han sido las pérdidas hasta los cambios sociales que están ocurriendo.

Y un inmenso número de personas estarán afectadas durante los próximos meses.

"Será un choque de mortalidad que EE. UU. nunca había experimentado", aseguró Emily Smith-Greenaway, profesora asistente de sociología de la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles.

Greenaway y su colaborador Ashton Verdery publicaron hace poco un análisis que estima el número de estadounidenses que podrían perder a uno de sus padres o abuelos en la pandemia. Las cifras son desalentadoras. Si, por ejemplo, se confirmara que un 10 por ciento de los estadounidenses blancos y negros están infectados, esto podría al final significar más de 500,000 fallecimientos, dejando a unos 3.5 millones de personas sin sus padres o abuelos.

Greenaway advirtió que las cifras son pronósticos, lo que implica necesariamente suposiciones sobre el futuro. El "modelo" más reciente que citó la Casa Blanca estima que poco menos de 82,000 estadounidenses podrían fallecer de COVID-19 hasta principios de agosto.

Pero la conclusión, comentó Greenaway, es que la pandemia acabará con muchas vidas, y que esas muertes tendrán "un efecto de onda en las familias".

¿Cómo será? Basándose en la investigación existente, es probable que muchas personas tengan dificultades para afrontar su pérdida.

"Los factores de riesgo de un luto complicado y prolongado casi parecen un guion de lo que está sucediendo ahora", comentó Robert Neimeyer, psicólogo y director del Instituto de Pérdida y Transición de Portland, en Oregón.

Explicó que una de las cosas que ayuda a las personas a afrontar la muerte de un ser querido es estar con ese ser querido al final: sentarse en una silla al lado de la cama durante horas, sostener sus manos, expresar su amor, pedir perdón.

"Ahora mismo, nos niegan esas cosas", lamentó Neimeyer.

El distanciamiento social también significa que no hay funerales, ni abrazos de la familia y los amigos, los rituales y conexiones humanas básicas que ayudan a las personas afligidas a sobrellevarlo.

"Cuando no se puede tener algo que se parezca a un funeral", dijo Neimeyer, "puede sentirse como que se está deshonrando al ser querido".

Y no solo las personas que pierden a un ser querido por la COVID-19 están siendo afectadas, anotó. Cualquiera que esté pasando por un duelo ahora podría tener dificultades.

Es un panorama sombrío, pero tanto Neimeyer como Greenaway dijeron que es importante prepararse.

Las personas no son impotentes ante la situación, aseguró Neimeyer. "Tendremos que ser creativos respecto a las formas de mitigar el impacto".

A corto plazo, planteó, las familias que estén recluidas aún pueden "construir un ritual para honrar a su ser querido", algo tan sencillo como encender una vela y hablar sobre los recuerdos. Con las videoconferencias, pueden incluir a familiares y amigos.

George Bonanno es profesor de psicología clínica en el Colegio de Maestros de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York. Se mostró de acuerdo en que los rituales que las personas tienen sobre la muerte son vitales, y que crear una semblanza "virtual" de ellos podría ayudar.

Pero Bonanno apuntó que la pandemia también está creando una abarcadora sensación de pérdida: trabajos perdidos, seguridad perdida, libertad perdida, la pérdida de las conexiones sociales cotidianas que conforman las vidas de las personas. Y es probable que esto haga que la muerte de un ser querido sea incluso más dura, apuntó.

Un motivo es que todo el mundo está experimentando estas cosas a la vez, apuntó Neimeyer. Entonces, en un momento en que una persona afligida necesita apoyo, es probable que los amigos y los familiares también estén teniendo dificultades.

Pero esto no significa que no deba pedir ayuda. "Podemos seguir comunicándonos, y hacerlo con empatía por lo que les está sucediendo a los demás, y compasión por nosotros mismos", aseguró Neimeyer.

¿Qué le puede decir a una persona que esté de luto? "Puede ser difícil", admitió Bonanno. "Pero en general, las personas necesitan que les pregunten cómo están. Necesitan escuchar que está pensando en ellas, y que está ahí para ellas".

Y aunque procesar el dolor es necesario, también lo son las distracciones, dijo Neimeyer.

Una de las grandes dificultades actuales es que las distracciones típicas, como el trabajo, la vida social y las rutinas diarias, se han trastocado.

Pero las conexiones virtuales podrían rellenar esa laguna, sobre todo el tiempo que se pasa con los amigos. En un estudio, Bonanno encontró que tanto en Estados Unidos como en China, los padres y los cónyuges procesaban el duelo con menos frecuencia con los amigos que con los familiares o cuando estaban solos.

"Quizá se deba en parte a que, con los amigos, queremos sentirnos normales", dijo Bonanno.

De hecho, es importante hacer descansos del dolor y hablar sobre cosas ordinarias, planteó. "Permitirse las distracciones es adecuado. Es necesario", añadió Bonanno.

Más información

Mental Health America ofrece más información sobre el duelo y el luto.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2020, HealthDay

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