Las heces congeladas son tan buenas como las frescas para el trasplante fecal, según un estudio

Utilizan muestras de heces empacadas para combatir las infecciones persistentes con C. difficile
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MARTES, 12 de enero de 2016 (HealthDay News) -- Unos investigadores afirman haber verificado la efectividad de una forma más rápida de librar a las personas de las infecciones recurrentes con C. difficile.

Un nuevo ensayo clínico reveló que las muestras de heces congeladas funcionan igual de bien que las muestras recién donadas para tratar una infección resistente con C. difficile a través de un procedimiento conocido como trasplante fecal.

Los médicos han utilizado muestras de heces congeladas para tratar la C. difficile durante un par de años, porque las muestras empacadas permiten un tratamiento mucho más fácil y rápido que identificar y evaluar a un donante de heces frescas, señaló la autora líder, la Dra. Christine Lee, directora del programa de residencia en microbiología de la Universidad de McMaster en Ontario, Canadá.

"La evaluación de un donante tarda entre una y dos semanas", dijo Lee. "Si una persona necesita un trasplante fecal de inmediato, eso no es posible".

El ensayo clínico mostró que los pacientes no pagan un precio por la comodidad que ofrece usar muestras de heces congeladas. "Las muestras congeladas no fueron inferiores a las muestras frescas. Fue equivalente", dijo Lee.

Los hallazgos del ensayo aparecen en la edición del 12 de enero de la revista Journal of the American Medical Association.

La Clostridium difficile, o C. difficile, es una bacteria oportunista que invade los intestinos de las personas cuyas bacterias intestinales han sido eliminadas por unas dosis altas de antibióticos. Si no se trata, con frecuencia provoca ataques de diarrea potencialmente letales, según los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU.

Los pacientes pueden tener dificultades con la C. difficile durante mucho tiempo, porque se convierte en parte de la microbiología de sus intestinos. Más de tres de cada cinco personas con la infección experimentan episodios repetitivos de diarrea mientras luchan contra la bacteria, según las notas de respaldo del estudio.

El trasplante fecal está emergiendo como el estándar de la atención para las personas que tienen C. difficile recurrente, explicó la Dra. Colleen Kelly, profesora asistente de gastroenterología del Grupo de Colaboración en Medicina de las Mujeres de la Facultad de Medicina Warren Alpert de la Universidad de Brown en Providence, Rhode Island.

Hasta nueve de cada 10 pacientes con C. difficile persistente se curan con un trasplante fecal, en que las heces de un donante sano se introducen en los intestinos de una persona a través de un enema o de una colonoscopia, explicó Kelly.

Pero encontrar un donante no es sencillo. Los donantes potenciales deben someterse a pruebas de enfermedades infecciosas como el VIH o la hepatitis, además de parásitos intestinales y otros gérmenes, dijeron Lee y Kelly. Esas pruebas requieren de un tiempo que un paciente con problemas graves de salud quizá no tenga.

Para resolver ese problema, se han creado un par de compañías con sede en EE. UU. que preparan y despachan muestras de heces congeladas de donantes preseleccionados, comentaron Lee y Kelly.

"Poder usar heces congeladas de verdad ha ampliado el trasplante fecal a un mayor número de pacientes", dijo Kelly.

Kelly anotó que tenía programado un trasplante fecal para dentro de más o menos una hora, y describió cómo utiliza una muestra congelada.

"Tengo un congelador con pequeñas botellas de heces congeladas", dijo Kelly. "Se descongelan en la nevera durante la noche, o a temperatura ambiente en un par de horas. Pasé por el laboratorio anoche y recogí una dosis, porque sabía que iba a hacer uno esta mañana, la metí en la nevera y ahora está lista para usarse".

En el ensayo clínico, Lee y sus colaboradores asignaron al azar a 232 pacientes con C. difficile a recibir un trasplante fecal fresco o congelado a través de un enema.

Hallaron que las muestras congeladas curaron al 83.5 por ciento de los pacientes en un plazo de 13 semanas, en comparación con alrededor del 85 por ciento de los pacientes tratados con muestras frescas.

Tampoco encontraron efectos secundarios graves con el trasplante fecal fresco ni con el congelado.

"Las personas se han preguntado si al introducir todos esos gérmenes en alguien se puede transmitir una infección u otra cosa", comentó Kelly. "Han mostrado que, por lo menos a corto plazo, el trasplante fecal parece seguro. Pero sin duda necesitamos datos a más largo plazo, y aparentemente los autores planifican seguir a estos pacientes por 10 años".

Kelly cree que el hecho de que los investigadores usaran enemas para trasplantar las muestras de heces fue una alternativa interesante a la colonoscopia, el procedimiento que su centro usa para los trasplantes fecales.

"Cualquiera puede administrar un enema", dijo. "No hay que ser un gastroenterólogo con un entrenamiento especial. Un enfermero puede administrar un enema. Esto facilita las cosas y reduce mucho el costo".

Sin embargo, Lee advirtió que este es un procedimiento médico que los pacientes no deben probar por su cuenta.

"No querría infectarse accidentalmente con hepatitis o VIH con una muestra de heces de un donante que no ha sido evaluado de forma adecuada", advirtió Lee.

Más información

Para más información sobre la C. difficile, visite la Academia Estadounidense de Médicos de Familia (American Academy of Family Physicians).


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2016, HealthDay

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