La vida tras el reformatorio juvenil no es fácil, sobre todo para las minorías

Apenas uno de cada cinco varones trabajaba o estaba en la escuela a tiempo completo 12 años después, revela un estudio
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LUNES, 19 de diciembre de 2016 (HealthDay News) -- Muchas personas tienen dificultades para reencaminar sus vidas tras ser liberados de reformatorios juveniles, sobre todo las pertenecientes a minorías raciales y étnicas, muestra un nuevo estudio.

Los delincuentes juveniles tienen un riesgo alto de problemas en la adultez. Algunos de los motivos podrían incluir antecedentes de traumas y pérdidas significativas, un respaldo social o una orientación de parte de adultos limitados, y un éxito académico limitado, según la autora del estudio, Karen Abram, profesora asociada de psiquiatría y ciencias conductuales de la Universidad de Northwestern, en Chicago.

El estudio incluyó a más de 1,800 personas que habían estado en un reformatorio juvenil. Los investigadores les hicieron un seguimiento cinco y doce años más tarde. Observaron el logro educativo, la vida independiente, la falta de actividad criminal, la falta de abuso de sustancias, la responsabilidad como padres, las relaciones y la actividad remunerada.

Doce años después del reformatorio, apenas la mitad de los participantes tenían un diploma de secundaria o un equivalente. Apenas una quinta parte de los hombres y un tercio de las mujeres trabajaban o estudiaban a tiempo completo, encontró el estudio.

Los varones negros e hispanos tenían peores resultados que los blancos. Los hombres tuvieron peores resultados que las mujeres, reveló el estudio.

"La implicación en el sistema de justicia juvenil puede conducir a una espiral descendente que es difícil de revertir", señaló Abram en un comunicado de prensa de la universidad.

Un área de esperanza para las minorías es que los jóvenes negros e hispanos eran más propensos a abstenerse del abuso de drogas que los blancos, mostraron los hallazgos.

Linda Teplin, autora principal del estudio, dijo que muchos jóvenes de clase media y alta que se meten en problemas no sufren las mismas consecuencias que los pobres. Teplin es directora del Programa de Disparidades de Salud y Políticas Públicas de la Northwestern.

"Por ejemplo, las familias más ricas son más propensas a poder costear el tratamiento si sus hijos usan drogas. Así que quizá sus hijos nunca sean arrestados o encarcelados", dijo.

Los hallazgos sugieren que para que los jóvenes delincuentes tengan éxito, deben recibir ayuda no solo para renunciar al crimen, sino que se les dé la oportunidad de estabilidad social y empleo.

"Nuestros hallazgos resaltan la necesidad de abordar las desigualdades raciales y étnicas, porque ¿a quién se arresta y se detiene? A los niños pobres", lamentó Teplin. "Y de forma desproporcionada a las minorías raciales y étnicas".

El estudio aparece en la edición en línea del 19 de diciembre de la revista JAMA Pediatrics.

Más información

RAND Corp. ofrece más información sobre la delincuencia juvenil.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2016, HealthDay

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