Relacionan los medicamentos para el TDAH con la muerte repentina en niños

Pero estos eventos sin explicación son extremadamente poco comunes, según encuentra un estudio

LUNES, 15 de junio (HealthDay News/Dr. Tango) -- Los medicamentos estimulantes corrientemente recetados para tratar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) se asocian a un mayor riesgo de muerte repentina, pero esas muertes siguen siendo poco comunes, según encuentra una investigación reciente.

Los niños y adolescentes que toman medicamentos estimulantes para el TDAH eran siete veces más propensos a morir repentinamente que sus compañeros, según encontró el estudio.

"Lo que encontramos, para nuestra sorpresa, es que aunque se saquen los factores que confunden, la asociación entre el uso de estimulantes y la muerte repentina seguía siendo significativa", afirmó la autora del estudio, Madelyn Gould, profesora de epidemiología clínica en psiquiatría de la Universidad de Columbia y del Instituto psiquiátrico del estado de Nueva York en esa ciudad. "Estoy segura de que la asociación es real y significativa, pero muy poco común. No deseo que nuestros hallazgos modifiquen los patrones de receta ni que un padre cambie en su aceptación del uso de medicamentos estimulantes si son necesarios, pero los médicos deben monitorizar a los pacientes con cualquier fármaco nuevo que se dé a una persona joven".

Los resultados del estudio aparecieron en la edición en línea del 15 de junio de la revista American Journal of Psychiatry.

Hasta 2.5 millones de niños estadounidenses toman medicamentos estimulantes para el TDAH, tales como anfetamina, dextroanfetamina (Adderall), metanfetamina o metilfenidato (Ritalin), según un editorial de la misma edición.

A principios de los 90, varios informes de muertes repentinas y sin explicación en niños que tomaban estos fármacos comenzaron a generar preocupación. Pero la rareza de tales muertes las hicieron un tema de estudio difícil. En 2006, la Administración de Alimentos y Drogas (FDA) de los EE. UU. requirió que la información de receta de esos medicamentos advirtiera a los médicos que no debían indicar esos fármacos a los niños que tuvieran cualquier anormalidad cardiaca conocida. La información actual de receta también sugiere a los médicos que soliciten antecedentes familiares completos de problemas cardiacos y muertes repentinas, así como realizar un examen físico antes de iniciar estos medicamentos en los niños.

Gould aseguró que la FDA se puso en contacto con ella y con sus colegas para intentar evaluar la verdadera prevalencia de este problema.

Los investigadores evaluaron datos de mortalidad de 1985 a 1996, y encontraron 564 casos de muerte repentina que ocurrió en niños entre los siete y los 19 años y los compararon con los de 564 niños que habían resultado muertos como pasajeros de accidentes vehiculares.

Luego de descartar factores como antecedentes conocidos de problemas cardiacos, causas conocidas de muerte como asma o muerte accidental y otras afecciones como anemia falciforme o parálisis cerebral, Gould y colegas encontraron apenas diez muertes repentinas sin explicación entre niños que tomaban fármacos estimulantes.

Cuando compararon a esos diez niños con controles emparejados por edad que habían muerto en accidentes de coche, encontraron que las probabilidades de muerte repentina eran 7.4 veces mayores entre los niños que tomaban medicamentos estimulantes.

"Los estimulantes aumentan la presión arterial y ha habido informes de que cambian el ritmo cardiaco", señaló Gould.

"Este informe es bastante útil", aseguró uno de los autores del editorial acompañante, el Dr. Benedetto Vitiello, psiquiatra y jefe de la rama de tratamiento de intervención de niños y adolescentes del Instituto Nacional de Salud Mental de EE. UU. "Suena la alarma para que todo el mundo preste más atención y para que el uso de estos fármacos no sea tan casual".

Muchos adolescentes, e incluso algunos adultos, las toman para usos no aprobados, tales como mejorar la concentración y aumentar el rendimiento laboral o escolar.

"Necesitamos tener pendiente que aunque estos medicamentos son de uso común, siguen teniendo un potencial de eventos adversos. No debemos tomarlos a la ligera", advirtió Vitiello.

El Dr. Diego Chaves-Gnecco, pediatra del desarrollo y conductual del Hospital pediátrico de Pittsburgh, estuvo de acuerdo con Vitiello.

"Ningún medicamento está libre de efectos secundarios. Siempre que recetamos un fármaco, necesitamos equilibrar sus beneficios y riesgos", enfatizó.

En el caso de los medicamentos estimulantes, dijo que los médicos deben seguir las directrices recién adoptadas y crear antecedentes personales y familiares completos antes de recetarlos. Si surge cualquier inquietud, el niño debe ser referido a un EKG (una prueba de la tasa cardiaca) o una evaluación de un cardiólogo pediátrico antes de recetar un medicamento.

Si el niño ha estado tomando estimulantes por un tiempo, es probable que no haya causa de preocupación, dijo Gould. Los padres no deben interrumpir abruptamente los medicamentos de sus hijos, concurrieron los tres expertos. Si está preocupado, llame al médico que emitió la receta y discuta los riesgos y beneficios potenciales de los fármacos, porque con frecuencia los beneficios sobrepasan a los riesgos.

"El punto más importante es asegurarse de que todos estén bien informados y de que se haya realizado una evaluación a conciencia", aconsejó Chaves-Gnecco.

Más información

El sitio web KidsHealth de la Nemours Foundation tiene más información sobre los medicamentos estimulantes.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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