Azotar a los niños en los glúteos aumenta la conducta sexual arriesgada y aberrante

Una revisión encontró que el castigo físico en la niñez se relaciona con las relaciones sexuales masoquistas y sin protección en la adultez

JUEVES 28 de febrero (HealthDay News/Dr. Tango) -- Los investigadores han descubierto otra consecuencia nociva de los azotes en los glúteos, conductas sexuales arriesgadas e incluso aberraciones sexuales, cuando los niños crecen.

"Esto añade otro efecto secundario negativo a los azotes", afirmó Murray Strauss, experto en el estudio del castigo físico que planeaba presentar este jueves los hallazgos de cuatro estudios en la Cumbre sobre la violencia y el abuso en las relaciones de la American Psychological Association en Bethesda, Maryland.

"Creo que es bastante potente", afirmó Elizabeth Gershoff, profesora asistente de la Facultad de trabajo social de la Universidad de Michigan. "Se da en varios estudios y distintas firmas de conducta sexual arriesgada o aberrante".

Strauss, autor de los cuatro estudios, espera que los hallazgos aumenten la concienciación entre los expertos en desarrollo infantil.

"Mi esperanza es convencer a mis colegas de que deberían incluirlo en sus libros de texto", dijo Strauss, codirector del Laboratorio de investigación familiar de la Universidad de New Hampshire en Durham. "Es sorprendente. Algo que le sucede a todos los niños estadounidenses recibe en promedio media página en los libros de texto sobre desarrollo infantil y ninguno llega a la conclusión de que los padres nunca deban azotar a sus hijos".

Incluso el reverenciado Dr. Spock, que está en contra de los azotes, nunca aconsejó explícitamente a los padres no hacerlo, añadió. En vez de ello, Spock aconsejaba "evitarlo si se podía".

Un metaanálisis de estudios sobre los azotes llevado a cabo por Gershoff encontró un acuerdo del 93 por ciento entre los estudios de que los azotes pueden llevar a problemas como conductas delincuentes y antisociales en la niñez, junto con agresión, conducta criminal y antisocial, y abuso conyugal o infantil en la adultez.

"Probablemente no hay nada más en cuanto al desarrollo infantil en que haya un acuerdo de 93 por ciento en los resultados", señaló Strauss.

El cinco por ciento de las personas que nunca han sido azotadas golpean a sus parejas, en comparación con el 25 por ciento de las que fueron azotadas con frecuencia.

Sin embargo, alrededor del noventa por ciento de los padres estadounidenses azota a sus bebés, según Strauss.

La revisión que será presentada en la reunión es la primera en evaluar la relación entre los azotes y la conducta sexual.

Encontró que los azotes y otros castigos corporales se relacionan con una mayor probabilidad de coerción verbal y física hacia la pareja con la que están saliendo para tener relaciones sexuales, relaciones sexuales arriesgadas como las prematrimoniales sin usar condón y sexo masoquista como los azotes durante las relaciones sexuales.

En esto funciona una "respuesta a la dosis". "Mientras más azotan los padres, mayores probabilidades hay de efectos secundarios perjudiciales", anotó Strauss.

Por supuesto, hay una respuesta a la dosis similar entre los fumadores. Pero si alguien llega a los 65 años de edad sin desarrollar cáncer de pulmón, eso no significa que fumar no sea dañino. Significa que la persona tuvo suerte.

Sucede lo mismo con los azotes. "Si una persona señala que fue azotada y que no tiene interés en el sexo masoquista o disciplinario puede tener la razón, pero no porque azotar esté bien, sino porque tuvo suerte".

Y azotar a un niño una vez podría ser como fumarse ese primer cigarrillo. "El problema es que si uno tiene un hijo de dos años, decide que es inevitable con bastante rapidez. El índice de reincidencia de cualquier 'crimen' que se corrija en un niño de dos años es de alrededor de cincuenta por ciento en un plazo de dos horas".

"He estado investigando el castigo corporal por treinta años, y durante ese periodo, la evidencia se ha acumulado de que no funciona mejor que el castigo no corporal y que además tiene efectos secundarios perjudiciales. He llegado a la conclusión de que los padres no deberían azotar jamás porque, aunque funcione, no es mejor que los métodos en que no se golpea y que no tienen efectos secundarios nocivos. Si hubiera una FDA para los azotes, aconsejaría usar una alternativa sin efectos secundarios negativos".

Más información

Para información sobre otras maneras de impartir disciplina a su hijo, visite el Center for Effective Discipline.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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