Dormir podría ayudar a los niños a mantenerse en forma

Según un estudio, los niños que descansan más son menos propensos a los problemas de peso

MIÉRCOLES 7 de febrero (HealthDay News/HispaniCare) -- Comer correctamente y ser activo son maneras bien conocidas de mantener el peso de un niño bajo control. Sin embargo, un estudio reciente apunta a otra arma potencial en la lucha contra la obesidad infantil, el sueño.

Investigadores de la Universidad Northwestern encontraron que los niños que duermen más tienden a tener un índice de masa corporal (IMC, una proporción entre el peso y la estatura) más bajo y son menos propensos al exceso de peso cinco años más adelante, frente a los niños que duermen menos.

Dormir una hora adicional por noche redujo la probabilidad de tener sobrepeso de 36 a 30 por ciento en los niños pequeños y de 34 a 30 por ciento en los niños mayores.

El estudio aparece en la edición de enero y febrero de la revista Child Development.

"Nuestro estudio complementa la creciente literatura sobre la conexión entre el sueño y el peso", señaló Emily Snell, autora principal del estudio y estudiante doctoral del departamento de desarrollo humano y políticas sociales de la Northwestern. "Otros estudios han encontrado que el sueño y el peso están relacionados en los adultos y los niños, pero no está claro si el sueño afecta el peso o viceversa. Lo explicamos al tomar en cuenta cuánto pesaban ya los niños", apuntó Snell.

Los investigadores lo hicieron al recolectar los datos en dos tandas. Comenzaron observando a 2,281 niños de una encuesta nacional conocida como Suplemento de desarrollo infantil de la encuesta de panel de dinámica de ingresos. Los niños tenían entre 3 y 12 años de edad al comienzo del estudio y se recolectó la información de seguimiento cinco años después. A los padres y/o los niños se les dieron "diarios de tiempo" para registrar información de sueño, como la cantidad total de horas que el niño dormía, la hora de acostarse y la hora de levantarse.

El análisis de los diarios mostró que los niños que dormían menos, se acostaban más tarde o se levantaban más temprano durante la primera evaluación tenían IMC más alto cinco años más adelante, así como más probabilidades de exceso de peso. La investigación también mostró que una hora posterior para acostarse tenía un mayor efecto en si los niños entre los 3 y los 8 años de edad adquirían sobrepeso, mientras que una hora de levantarse anterior era más importante para los niños entre los 8 y los 13 años.

"El efecto del sueño sobre el peso de los niños más pequeños provino de la hora de acostarse. Acostarse más temprano parecía importar más y la hora de acostarse es algo que los padres pueden controlar", señaló Snell. "Para los niños de mayor edad, la hora de levantarse importó más. No estoy segura de qué tan cómoda me sienta diciéndole a los distritos escolares que si comienzan la escuela temprano, los niños acabarán siendo gordos. Pero sí añade a la evidencia de que un horario de inicio muy temprano (a las 7 a.m. o antes), sobre todo para los preadolescentes y adolescentes, no está en línea con los relojes biológicos de los adolescentes".

Snell añadió que el estudio también encontró una tendencia desalentadora en cuanto al tiempo que los niños duermen, sobre todo durante la semana. Para los 7 años de edad, los niños dormían menos de 10 horas entre semana en promedio y esto caía a 8.5 horas para los 14. El 16 por ciento de los adolescentes entre los 13 y los 18 dormía menos de siete horas entre semana.

La National Sleep Foundation recomienda que los niños entre los 5 y los 12 años duerman entre 10 y 11 horas cada noche, y que los adolescentes duerman entre 8 y 9.

El Dr. Shahrad Taheri, profesor de medicina y endocrinología de la Universidad de Bristol, Gran Bretaña, apuntó que la falta de sueño no sólo afecta el peso de un niño sino que también puede tener otras ramificaciones.

"Comprendemos cada vez más que el sueño tiene funciones múltiples", aseguró. "La falta de sueño se ha relacionado con un mal rendimiento escolar, con el uso y la adicción al alcohol, con malas respuestas inmunológicas, con hipertensión, con diabetes y con enfermedad cardiovascular".

Los investigadores no saben por qué el sueño y la obesidad infantil podrían estar relacionados, pero Snell señaló que hay varias vías potenciales que relacionan a ambos. Por ejemplo, no dormir lo suficiente puede hacer que un niño esté cansado y tenga entonces menos probabilidades de ser activo. Además, estar despierto durante más horas da más tiempo para comer.

La falta de sueño también afecta a las hormonas que influyen sobre el metabolismo y el hambre.

"La literatura sugiere que con las restricciones en el sueño se dan cambios en ciertas hormonas que podrían alterar la ingesta de alimentos", declaró el Dr. Robert Vorona, especialista en sueño y profesor asociado de la Escuela de medicina de Virginia Orientla en Norfolk, Virginia. "La leptina (que disminuye la ingesta alimentaria) y la grelina (que la aumenta) se reducen y aumentan, respectivamente, con la falta de sueño".

Pero los investigadores no recomiendan que los padres esperen a comprender del todo la relación entre el sueño y la obesidad para tomar medidas. "Si los niños duermen mejor, tal vez podamos hacer un cambio real en las estadísticas de obesidad", aseguró Taheri. "Basta un exceso de 100 calorías al día para aumentar de peso de manera significativa con el tiempo, así que cada medida, por pequeña que sea ayuda".

Más información

Para más información sobre los niños y el sueño, visite la National Sleep Foundation.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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