El aire contaminado daña la función pulmonar de los niños saludables

Un estudio encuentra que el carbón del humo de los vehículos llega a las vías respiratorias de los jovencitos

MIÉRCOLES 5 de julio (HealthDay News/HispaniCare) -- La contaminación del aire, que incluye las minúsculas partículas de carbón del humo de los motores, llega a las vías respiratorias de los niños y disminuye su función pulmonar, según afirman investigadores británicos.

En un informe en la edición del 6 de julio del New England Journal of Medicine, investigadores encontraron una reducción del 13 por ciento de la "capacidad vital forzada" (una medida de la función pulmonar) de los niños, por cada aumento de un micrómetro cuadrado del contenido de carbón en sus pulmones.

"Los niveles más altos de exposición [a las partículas de carbón] se asocian con niveles menores de función pulmonar", concluyó uno de los autores del estudio, el Dr. Jonathan Grigg, quien era profesor principal de pediatría de la Universidad de Leicester en Inglaterra cuando se llevó a cabo el estudio.

Las partículas de carbón negro son un importante componente del aire contaminado, según la información de trasfondo del estudio. Este tipo de contaminación proviene mayormente de las emisiones de los vehículos automotores. Investigaciones anteriores han sugerido que la contaminación con carbón podría dañar la función pulmonar de los niños.

Para confirmar la asociación, los investigadores reclutaron a 114 niños saludables de Leicester, una ciudad de mediano tamaño con calidad de aire que cae dentro del rango aceptable del Reino Unido.

Todos los niños tenían entre 8 y 15 años de edad, niveles normales de actividad física, y habían estado viviendo en sus hogares actuales durante por lo menos un año.

Los investigadores recolectaron muestras de esputo (moco) de los niños y evaluaron su función pulmonar usando un método llamado espirometría. Pudieron obtener muestras de tamaño suficiente de 64 niños.

Evaluaron las muestras de esputo para medir el contenido de carbón.

Grigg y sus colegas encontraron que mientras más carbón se encontraba en el esputo, más grande era la reducción en la función pulmonar.

Por cada aumento de un micrómetro cuadrado en el contenido del carbón, hubo una reducción del 17 por ciento en el volumen espiratorio forzado en un segundo y una reducción del 13 por ciento en la capacidad vital forzada. La capacidad vital forzada mide la velocidad e intensidad de una exhalación.

Según Grigg, la explicación más probable de esta disminución en la función es que estas partículas restringen el crecimiento de los pulmones de los niños.

La asociación se mantuvo incluso después de que los investigadores controlaran otros factores como la exposición al humo de segunda mano, el índice de masa corporal y el sexo.

Para asegurar que la función pulmonar reducida no causaba un aumento en los depósitos de carbón, los investigadores también midieron el contenido de carbón encontrado en los pulmones de nueve niños asmáticos, que tienen una función pulmonar naturalmente más baja que los niños saludables.

De manera sorprendente, los investigadores encontraron menos carbón en los pulmones de los niños que tenían asma. Grigg apuntó que los investigadores sospechan que esto podría deberse a que los asmáticos podrían procesar las partículas inhaladas de forma diferente a las personas que tienen pulmones saludables y que, en las asmáticas, el carbón podría depositarse en células diferentes.

El Dr. Jonathan Field, director de la clínica de alergias y asma infantiles del Centro Médico de la Universidad de Nueva York/Bellevue en la ciudad de Nueva York, dijo que, debido a que las personas asmáticas toman medicamentos que relajan sus vías respiratorias, podrían expulsar mejor estas partículas. O, especuló, "si ya hay una constricción de las vías respiratorias, tal vez entren menos partículas".

Grigg enfatizó que el daño en los pulmones de los niños es acumulativo. "La contaminación por partículas ejerce un pequeño efecto negativo en el crecimiento de la función pulmonar, pero debido a que el efecto es continuo, podría tener un gran efecto negativo cuando actúa durante varios años", aseguró. "Este estudio es otra pieza en el rompecabezas que muestra que el aire contaminado por el tráfico tiene consecuencias adversas", señaló.

Sin embargo, eso no significa que las personas que viven cerca de tráfico intenso necesiten mudarse, dijo Grigg. De manera individual, los cambios en la función pulmonar relacionados con la contaminación son bastante reducidos, señaló.

"No podemos evitar la contaminación de partículas inhaladas. Estos datos son importantes cuando se hacen análisis de costo y beneficio para combustibles diferentes y menos contaminantes. Este estudio nos recuerda que hay un costo de salud de quemar combustibles fósiles, aunque en el momento actual tales combustibles conlleven beneficios", agregó.

Sin embargo, las personas pueden tomar medidas sencillas para minimizar su exposición. Field dijo que las personas que viven en áreas de alta contaminación y tienen síntomas respiratorios deben minimizar su exposición al exterior en los días de alto ozono y contaminación. Las personas que tengan síntomas respiratorios que ya estén pensando en mudarse podrían considerar vivir en áreas con menos tráfico, menos contaminación, lejos de calles muy transitadas.

El estudio también subraya la necesidad de cambiar los vehículos dependientes de gasolina por modelos "híbridos" menos contaminantes, aseguró Field.

Más información

Para aprender más sobre el aire contaminado y sus efectos sobre la salud, visite la American Lung Association.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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