Escuelas luchan para controlar el uso de esteroides

Asustar a los estudiantes no funciona, pero los programas de educación entre iguales dan esperanzas

MIÉRCOLES 12 de mayo (HealthDayNews/HispaniCare) -- Según los expertos, el abuso en las escuelas de los EE.UU. de esteroides y otras sustancias para desarrollar los músculos está trascendiendo el atletismo, pues los muchachos y muchachas están aumentando el consumo para alcanzar lo que ellos creen que es un cuerpo "perfecto".

"Al mirar los estudios nacionales, comprobamos que entre medio y un millón de jóvenes de secundaria han usado o usan esteroides", afirmó el Dr. Linn Goldberg, experto en abuso de esteroides en la Universidad de Ciencias de la Salud Oregon de Portland. "Al mirar los datos sobre deportistas, se observa que han pasado del cuatro al doce por ciento en cada estado, en algunos estados se observan más problemas que en otros".

Los administradores de las escuelas secundarias están comenzado a darse cuenta de que tienen relativamente pocas armas para luchar contra el incremento del abuso de esteroides. Realizar pruebas antidoping "no es viable", agregó Goldberg, porque el precio promedio de un chequeo de esteroides es de más de $100 por muestra. A algunas "escuelas en los Estados Unidos apenas les alcanza para comprar libros", anotó.

Las pruebas pueden resultar incluso contraproducentes, afirmó Mitch Finnegan, director de salud y educación física en las Escuelas públicas Weston al este de Massachusetts.

"Desde ciertos puntos de vista, las pruebas casi sirven para normalizan su uso", afirmó. "Si soy un deportista escolar y de pronto hay tanta preocupación que me están realizando pruebas cada año o cada temporada para asegurarse de que no estoy usándolos, probablemente voy a suponer que hay muchos deportistas que los están usando".

Pero el problema sigue creciendo, impulsado por el encubrimiento en las primeras planas de los periódicos de deportistas profesionales que han sido sorprendidos usando esteroides o precursores esteroides como la androestenediona, la cual se asocia con el récord del bateador de cuadrangulares, Mark McGwire, en la temporada de 1998.

Los esteroides empezaron a "aparecer en escena" en los Juegos Olímpicos de verano de 1988, continuó Goldberg, luego de que el velocista canadiense Ben Johnson estableció nuevos récords, antes de que se le quitaran sus medallas cuando su prueba de esteroides dio positiva. Goldberg, quien también es el jefe del equipo de vigilancia de drogas del Comité olímpico de los EE.UU., agregó que el escándalo de Johnson efectivamente "respondió a la pregunta ¿'funcionan los esteroides'?".

Desde entonces, los escándalos relacionados con esteroides y complementos que involucran a jugador tras jugador sólo han ayudado a incrementar el halo de misterio de las drogas.

"Me parece que los deportistas profesionales tienen una gran responsabilidad como modelos de conducta, independientemente de si lo queremos ver así o no", puntualizó Finnegan. "Es casi como si, a nivel profesional, todo vale para mejorar el desempeño, el cual incrementa tus oportunidades como deportista".

Pero el precio de este desempeño mejorado puede ser peligrosamente alto. Entre los posibles efectos secundarios del abuso de esteroides se encuentran presión alta y enfermedades del corazón, daño y cánceres en el hígado, derrame y coágulos, náusea y vómitos, acné severo y calvicie. Además, los esteroides pueden reducir la producción de esperma, encoger los testículos y causar impotencia y aumento irreversible del tamaño del pecho en muchachos y hombres. Las muchachas y las mujeres pueden desarrollar características más masculinas, como engrosamiento de la voz y vello corporal excesivo, según los National Institutes of Health.

Finnegan y Goldberg están de acuerdo en que incluso si las mayores estrellas deportivas advierten a los jóvenes sobre los peligros de los esteroides, eso no va a frenar el abuso de las sustancias para desarrollar la musculatura.

Y cada vez más adolescentes están tomando esteroides, no para pertenecer al equipo, sino simplemente para verse musculosos y atractivos.

"Las estadísticas a escala nacional muestran claramente que el uso de esteroides no se limita a los deportistas", dijo Finnegan. "Hay mucho jóvenes que no son deportistas que están usando esteroides para hacer que su cuerpo se vea como el de las revistas".

Las muchachas también están tomando esteroides: la encuesta de los U.S. Centers for Disease Control and Prevention en escuelas de secundaria de Luisiana halló que el 11.2 por ciento de los muchachos está consumiendo drogas, mientras que el 5.7 de las muchachas lo hace.

Goldberg dijo que las muchachas "las usan por diferentes razones. Los entrenadores le dicen con frecuencia a las muchachas 'sabes, serías más rápida si perdieras algo de peso'. Es un asunto de moldear el cuerpo, incrementas el tejido muscular y pierdes grasa".

Entonces, ¿qué están haciendo los administradores escolares para luchar contra el abuso de esteroides y complementos? Goldberg y su equipo de investigadores cree haber encontrado la solución. Con fondos del National Institute on Drug Abuse, han desarrollado un programa en las escuelas de educación entre iguales llamado Adolescent Training and Learning to Avoid Steroids (ATLAS o Entrenamiento y aprendizaje para adolescentes para prevenir esteroides), que parece que está funcionando.

Las charlas desalentadoras de entrenadores y deportistas profesionales pueden cambiar las mentes de los chicos en la escuela primaria y en la escuela media, "pero cuando llegan a la secundaria, las influencias de los compañeros son mayores", continuó Goldberg. En el ATLAS, los mayores hablan de igual a igual con los menores.

"Hay una gran diferencia entre un chico de 14 y otro de 17. El último ejerce un gran poder. Estos chicos tienen mucha mayor influencia que un mariscal de campo reconocido a escala nacional, un Barry Bonds, un Phil Jackson", explicó Goldberg. Estudios recientes sugieren que el programa ATLAS puede provocar una reducción del 50 por ciento en el abuso de esteroides en la secundaria.

En Capitol Hill, los legisladores están trabajando para mantener los esteroides y otros complementos fuera del alcance de los niños. La Steroid Act de 2003, patrocinada por Sens. Joseph Biden (D-Delaware) y Orrin Hatch (R-Utah) buscan abolir la venta de andro y otros precursores esteroides y patrocinar programas como ATLAS y ATHENA en las escuelas.

Y en marzo, la U.S. Food and Drug Administration tomó enérgicas medidas contra las ventas de Andro en Internet. Eso es ir en la dirección correcta, concluyó Finnegan, porque la Internet "es donde los chicos están comprando sus complementos en estos días".

Más Información

Para mayor información sobre los peligros de los esteroides, visite la American Academy of Pediatrics. Y para más detalles sobre el programa ATLAS, vaya a la Oregon Health & Science University.

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