Los niños sí pueden comer sano

Iniciativas desde clases de cocina hasta 'jardines de enseñanza' pueden lograr que suceda

JUEVES, 27 de diciembre (HealthDay News) -- La idea de que algo "es más fácil de decir que de hacer" podría haberse concebido para la tarea de lograr que los niños coman alimentos sanos.

Pero los expertos en salud advierten que las consecuencias pueden ser graves si los niños no aprenden a que les guste, por ejemplo, la espinaca fresca, en lugar de una dieta rica en alimentos procesados.

Más de 23 millones de niños estadounidenses tienen sobrepeso o son obesos, según los estimados del gobierno, y muchos niños más están en riesgo. Los niños con sobrepeso se enfrentan a graves problemas de salud que eran desconocidos en la niñez hace apenas una generación, entre ellos la diabetes tipo 2, la hipertensión, la enfermedad cardiaca e incluso el accidente cerebrovascular antes de la adultez.

Mientras antes comiencen los niños a comer bien, mejor, según la Dra. Pooja Tandon, pediatra del Hospital Pediátrico de Seattle. "Las conductas sanas se inician a una edad muy temprana", anotó.

¿Qué deben hacer los padres? Numerosas iniciativas públicas y privadas, desde el nivel local hasta el gobierno federal, han surgido para dar a los padres algo de ayuda para fomentar una alimentación sana.

Muchos expertos consideran que si los niños están más conectados con la comida (ya sea cultivándola o ayudando en la preparación de las comidas) es más probable que elijan una alimentación sana.

Uno de los movimientos más importantes para enseñar a los niños sobre una alimentación sana se ha enfocado en hacer que los jóvenes participen en el cultivo de su propia comida. La Primera Dama Michelle Obama ha invitado a niños a ayudar a cultivar el jardín de verduras de la Casa Blanca, el Departamento de Agricultura de EE. UU. tiene un programa llamado "Jardines del pueblo" diseñado para ayudar a las comunidades a establecer jardines locales, y el programa "Jardines de enseñanza" de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) ha ayudado a establecer jardines en los patios de las escuelas primarias de todo el país como parte de sus esfuerzos por combatir la obesidad infantil.

Los esfuerzos por despertar el interés de los niños en unos alimentos más sanos y en aumentar su acceso a ellos se han ampliado para que los niños también participen en la preparación de la comida.

Denise Hunter, presidenta de la organización sin fines de lucro FAME Assistance Corporation, inició la iniciativa Let's Move to California (Mudémonos a California) en junio, y una de sus primeras actividades fue una serie de clases de cocina para padres e hijos. "Cuando uno llega a la clase, hay una demostración sobre cómo preparar la comida, y al final de la clase, se suministra una bolsa llena de los ingredientes", dijo Hunter. "Esto significa que puede ir a casa y poner lo que acaba de aprender en práctica, y preparar una comida sana de inmediato para la familia", explicó.

"Lo que realmente esperamos crear es un lugar donde padres e hijos comprendan que deben elegir opciones sanas, y que se convierta en parte de la cultura familias", planteó. "Ninguno obliga al otro. Eligen opciones saludables de alimentación y de estilo de vida juntos".

Algunos defensores de salud pública también creen que las clases de cocina, que antes eran omnipresentes en la escuela intermedia, deberían reinstaurarse en todas las escuelas públicas. Un estudio que apareció en la revista Journal of Nutrition Education and Behavior halló que un programa de educación en nutrición, llamado Cocinando con los niños, no solo mejoró las habilidades de cocina y nutricionales de los niños, sino que también incorporó lecciones de geografía, matemáticas, ciencias y cultura, y mejoró las habilidades sociales de los niños a través del trabajo en conjunto para preparar una comida y su disfrute en compañía.

Mejorar el acceso a las frutas y a las verduras, un problema en algunos vecindarios más pobres, también ha recibido cierta atención en los esfuerzos por mejorar las dietas de los niños. Aunque los mercados de productores han ayudado a satisfacer esa necesidad en algunas ciudades, sus alimentos tienden a ser más costosos.

Para contrarrestar esto, y hacer que la comida cultivada localmente esté más disponible para las familias de bajos ingresos, la ciudad de Nueva York introdujo un programa que da a los receptores de los cupones alimentarios un cupón llamado "Healthy Buck" (algo así como "dólar sano") por cada cinco dólares en cupones alimentarios que gastan en un mercado de productores. Cada Healthy Buck equivale a dos dólares más para alimentos comprados en un mercado de productores.

Pero gran parte de lo que los niños comen proviene de alimentos disponibles en sus escuelas. A principios de año, el gobierno de EE. UU. actualizó los estándares de nutrición escolar, la primera actualización en quince años. Los nuevos estándares incluyen ofrecer frutas y verduras todos los días, añadir más alimentos de granos integrales al menú y servir solo leche sin grasa o baja en grasa. Las escuelas también deben limitar la cantidad de grasa saturada, grasas trans y sal en las comidas.

Sin embargo, una investigación de la Universidad de Cornell publicada en julio sugiere que quizás las escuelas también deban eliminar los alimentos "desencadenantes" de su menú. Cuando se ofrecieron alimentos súper dulces, como compota de manzana o coctel de frutas, los niños eran más propensos a comer más galletas, helado y pasteles, hallaron los investigadores. Pero si en su lugar se ofrecían bananas y judías verdes, los niños tendían a elegir opciones alimentarias más sanas.

Además, aunque las reglas gubernamentales sobre las comidas escolares han cambiado, alrededor de la mitad de las escuelas primarias siguen ofreciendo un acceso ilimitado a alimentos malsanos como los refrescos, los refrigerios salados y los dulces, según un estudio que aparece en la revista Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine.

Pero algunas escuelas están trabajando arduamente para reducir el acceso a la comida basura. Un estudio que aparece en la revista International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity reportó sobre un programa que reemplazó las recompensas con alimentos y comidas en las aulas con pequeños premios. Y en lugar de ventas de productos horneados y fiestas de pizza, las escuelas recurrieron a eventos saludables como las carreras para captar fondos, y de hecho ganaron más dinero, halló el estudio.

Los estudiantes en las escuelas participantes también redujeron la cantidad de comida basura que consumían en un 30 por ciento, según el estudio.

Sin embargo, los intentos por limitar el acceso a la comida basura se han ampliado más allá del hogar y la escuela. Por ejemplo, la Disney Corporation dijo en junio que ahora requeriría que los anunciantes cumplan con unos estrictos estándares nutricionales para que se les permita anunciar en sus canales de televisión, estaciones de radio y sitios web. Además, Disney dijo que reduciría significativamente la cantidad de sodio en las comidas infantiles en los parques de atracciones de Disney.

Quizás una de las medidas más controversiales para mejorar las dietas de los niños (y de los adultos) provino hace poco de Michael Bloomberg, alcalde de la ciudad de Nueva York. Propuso una prohibición de la mayoría de bebidas azucaradas, como los refrescos y las bebidas de fruta, de más de 16 onzas que se venden en la ciudad. Según la propuesta, "por cada bebida azucarada adicional que un niño bebe a diario, sus probabilidades de hacerse obeso aumentan en un 60 por ciento". En septiembre, un panel de la ciudad votó para implementar la prohibición.

Más información

La iniciativa "We Can" del gobierno de EE. UU. ofrece más medidas que usted puede tomar en casa para comer sano.

Para más información sobre los "jardines de enseñanza", haga clic aquí.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2011, HealthDay

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