Los niños que duermen poco tienden a ser más gorditos

Un estudio encuentra que sólo 45 minutos más de sueño por noche podría hacer una diferencia

LUNES 5 de noviembre (HealthDay News/Dr. Tango) -- Aunque la conexión entre el peso de un niño y las horas de sueño tal vez no sea inmediatamente aparente, una investigación reciente ha encontrado una potente correlación entre ambos.

Los niños de sexto grado que promediaban menos de 8.5 horas de sueño por noche tenían un índice de obesidad de 23 por ciento, mientras que sus compañeros bien descansados que promediaban más de 9.25 horas de sueño tenían un índice de obesidad de apenas doce por ciento, según un estudio reciente.

"Encontramos que los niños que dormían menos eran más propensos a ser obesos", afirmó la Dra. Julie Lumeng, autora principal del estudio y científica asistente de investigación del Centro de crecimiento y desarrollo humano de la Universidad de Michigan.

Lumeng dijo que incluso tras compensar por otros factores, como el ambiente en el hogar, la relación entre menos sueño y más peso seguía siendo aparente.

Los hallazgos del estudio aparecen en la edición de noviembre de Pediatrics.

Lumeng aseguró que hay tres motivos probables por los que menos sueño podría afectar el peso. En primer lugar, si los niños no duermen lo suficiente en la noche, será menos probable que se muevan y hagan ejercicio durante el día. En segundo lugar, cuando los niños están cansados, son más irritables y podrían recurrir a la comida basura para ayudar a regular su estado de ánimo. Y finalmente, algo que Lumeng denominó como un "área candente para investigaciones futuras", la posibilidad de una conexión entre el sueño y el metabolismo de la grasa. Apuntó que ha habido estudios en adultos que han mostrado que una falta de sueño podría interrumpir la secreción de hormonas que tienen que ver con el apetito y el metabolismo, como la leptina y la insulina.

En el nuevo estudio participaron 785 niños que estaban en tercer grado al comienzo del ensayo. La mayoría eran blancos (81 por ciento) y la mitad eran del sexo femenino.

Los padres fueron entrevistados sobre los hábitos de sueño de los niños cuando éstos estaban en tercer grado y una vez más cuando estaban en sexto. Los investigadores también midieron la estatura y el peso. La obesidad se definió como tener un índice de masa corporal (IMC, una proporción entre el peso y la estatura) superior al quinto percentil para la edad y el sexo, según Lumeng. El dieciocho por ciento de los niños eran obesos en el sexto grado.

Los investigadores también tomaron en cuenta la educación materna, la raza, la calidad del ambiente del hogar y las habilidades de crianza para determinar si esos factores afectaban el peso de los niños.

Sin importar cuánto pesaba el niño en tercer grado, la falta de sueño se correlacionó con ser obeso en sexto grado. Y una duración corta de sueño en el sexto grado también se correlacionó con peso excesivo en el mismo grado, según el estudio.

Los niños de tercer grado que dormían menos de nueve horas y 45 minutos por noche tenían una prevalencia de obesidad de alrededor del veinte por ciento, mientras que los que dormían más de nueve horas y 45 minutos tenían índices de obesidad de alrededor de doce por ciento, señaló Lumeng.

Los que dormían poco en tercer grado tenían cuarenta por ciento más probabilidades de ser obesos en el sexto, y los de sexto que no dormían lo suficiente eran veinte por ciento más propensos a ser obesos, en comparación con sus compañeros que descansaban bien.

Lumeng apuntó que los investigadores no pudieron encontrar una asociación estadística entre la calidad del sueño y la obesidad. Pero dijo que sin un estudio de sueño en el laboratorio, es difícil evaluar objetivamente la calidad del sueño, de manera que podría haber una relación que este estudio no pudo establecer.

El Dr. Stephen Sheldon, director del Centro de medicina del sueño del Hospital memorial infantil de Chicago, dijo que le hubiera gustado ver estudios de sueño que permitieran a los investigadores saber sobre la calidad del sueño de estos niños, como la cantidad de sueño REM y la fragmentación de su sueño.

Pero señaló que la moraleja es que "los pediatras y padres realmente necesitan comenzar a prestar más atención a los hábitos de sueño y la vigilia. En esta sociedad, valoramos el estar despierto y esa valoración podría hacernos daño a largo plazo. El sueño podría ser tan importante como los alimentos para nuestra salud y bienestar", afirmó Sheldon, quien también es profesor de pediatría de la Facultad de medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern.

Tanto Lumeng como Sheldon recomendaron intentar mantener un horario de sueño constante. Tanto la hora de dormirse como la de levantarse son importantes para niños y adultos. Sheldon señaló que está bien variar los horarios de sueño un poco los fines de semana, alrededor de una hora, pero advirtió que "dejar que el niño duerma hasta el mediodía o la mitad de la tarde es invitar problemas".

Lumeng también recomendó que los niños no tengan un televisor en la habitación porque esto puede dificultar que se queden dormidos.

Más información

Para leer más sobre la conexión entre el sobrepeso y el sueño, visite la National Sleep Foundation.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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