Nueva prueba de colesterol mide el riesgo cardiaco de los niños

Aún así, un experto asegura que la nueva herramienta podría ser demasiado engorrosa para algunos médicos

DOMINGO 13 de mayo (HealthDay News/HispaniCare) -- Bien sea que la cultura de juegos de video y comidas rápidas de los EE.UU. sea la responsable o que se trate de otro conjunto de factores, no hay duda de que la salud de los adolescentes está en riesgo.

Sorprende poco, entonces, que un grupo de investigadores haya comenzado a observar seriamente las consecuencias a largo plazo para la salud de la inactividad de los chicos. Y están usando los niveles de colesterol para atisbar el futuro de estos jóvenes.

La obesidad, la inactividad y el colesterol están estrechamente relacionados. Los datos de la reciente U.S. National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES) señalan que el 17 por ciento de los adolescentes tienen exceso de peso. Apenas uno de cada cuatro estudiantes de secundaria realiza suficiente actividad física durante el día y el 12 por ciento hace muy poco o ningún ejercicio, según los U.S. Centers for Disease Control and Prevention.

Así, medir el colesterol de los chicos de manera bastante detallada podría tener sentido.

"Existe una evidencia creciente que señala que los niveles de colesterol de la infancia y la adolescencia tuvieron que ver con el desarrollo de placa en las arterias, una indicación clara de riesgo de enfermedad cardiovascular", explicó Ian Janssen, líder del estudio y profesor asistente de la Facultad de kinesiología y estudios sanitarios de la Universidad Queens de Ontario, Canadá.

"Tenemos evidencia contundente que señala que los niños y los jóvenes que tienen hipercolesterolemia continuarán teniéndola en la adultez", agregó. "Así, es importante comenzar el tratamiento y los esfuerzos de prevención desde el principio".

Con datos del NHANES sobre más de 6,000 niños entre los 12 y los 20, Janssen y sus colegas desarrollaron puntos de referencia específicos a la edad y al sexo para el colesterol total, el colesterol LDL (el "malo"), el HDL (el "bueno") y los niveles de triglicéridos. Las nuevas tablas, publicadas el año pasado en Circulation, tienen en cuenta fluctuaciones en el colesterol y la grasa que tienen lugar mientras el chico madura.

Los nuevos datos de referencia existen para mejorar las guías actuales, publicadas por el U.S. National Cholesterol Education Program, que no tienen en cuenta las fluctuaciones relacionadas con la edad.

Aún así, Janssen reconoce que las guías no se han adaptado rutinariamente a los ambientes de atención clínica de los EE.UU. "Este tipo de cambios en la práctica clínica por lo general tardan años en manifestarse", dijo.

El Dr. Marc S. Jacobson, director del Centro de prevención de la ateroesclerosis del Hospital Infantil Schneider de New Hyde Park, Nueva York, aseguró que no está claro cómo serán recibidas las nuevas tablas en los EE.UU.

"Le complica la vida a personas como yo que tratan adolescentes con problemas de lípidos porque, en lugar de tener una sola cifra, hacen falta cuatro gráficas y clasificarlos por edad", dijo.

"En lugar de tener un punto de corte", continuó, "tenemos una gráfica que hay que trazar con percentiles. Con cada perfil de lípidos, hay que decidir qué percentil es según la edad del paciente. Y cuando sube o baja, ¿fue por el tratamiento? ¿Fue por el avance de la pubertad?

El reto, entonces, es interpretar la información, explicó. "El argumento es que casi hay que tener esto en cuenta porque se podría decir que si el LDL cambia, podría tratarse del tratamiento o de un cambio de la pubertad".

Actualmente, el gobierno federal recomienda evaluar el colesterol de los niños y adolescentes para los que al menos uno de los padres tenga hipercolesterolemia o antecedentes familiares de enfermedad cardiaca precoz.

"Se debe evaluar a los adolescentes de alto riesgo típicos, quizá cada año o cada dos", opinó Janssen. "Un adolescente de alto riesgo sería uno para quien uno de sus padres o abuelos haya teniendo enfermedad cardiovascular precoz o hipercolesterolemia, o un adolescente que tenga otros factores de riesgo, como obesidad e hipertensión".

Otros factores de riesgo, como la presión arterial, la diabetes y el tabaquismo, también suscitarían pruebas de colesterol en el consultorio médico, "lo que cubriría a buena parte de los chicos de hoy", anotó Jacobson.

Este asunto está destinado a atraer mayor atención cuando un panel del U.S. National Heart, Lung, and Blood Institute (NHLBI) actualice sus guías sobre evaluación del colesterol en niños y adolescentes. Se espera que la guía sea publicada en abril de 2008, aseguró el Dr. Rae-Ellen Kavey, funcionario médico principal del programa de reducción del riesgo cardiovascular pediátrico de la oficina de prevención, educación y control del NHLBI.

"Manténgase alerta", recomendó Kavey", porque realmente habrá nueva información".

Más información

Para saber más sobre el colesterol, visite el U.S. National Heart, Lung, and Blood Institute.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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