El abuso infantil en las guarderías y grupos de jóvenes es menos común de lo que se pensaba, según una encuesta

Los niños están en un riesgo más alto en casa que mientras los atienden en esas organizaciones, encuentra un estudio
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MARTES, 2 de febrero de 2016 (HealthDay News) -- Con frecuencia a los niños se les enseña a tener cuidado con las personas que no forman parte de su familia. Pero una nueva encuesta encuentra que los adultos en las escuelas, guarderías y organizaciones como las iglesias y los grupos de exploradores son menos propensos que los familiares a abusar de los niños o a maltratarlos.

En general, las organizaciones que ofrecen servicios a jóvenes "no parecen ser ambientes particularmente riesgosos", comentó el coautor del estudio, David Finkelhor, director del Centro de Investigación sobre los Crímenes Contra los Niños de la Universidad de New Hampshire. Esto contradice las percepciones de algunas personas que "piensan que estos sitios son como imanes para los abusadores", comentó.

El tema era quién tenía más probabilidades de maltratar y abusar de los niños, y qué tanto riesgo corren los niños en casa y en el mundo exterior. Los investigadores observaron en concreto las agresiones físicas, el abuso sexual, la agresión verbal y la negligencia.

"Sabemos que el miedo a los extraños es exagerado, y que los familiares, conocidos y otros jóvenes suponen un riesgo mayor de lo que se pensaba", dijo Finkelhor. "Pero todavía no sabemos suficiente sobre la seguridad relativa de los distintos ambientes específicos, como las guarderías y los campamentos de verano".

Para obtener más información nueva, Finkelhor y sus colaboradores examinaron los resultados de las Encuestas Nacionales sobre la Exposición de los Niños a la Violencia de EE. UU. Los investigadores escudriñaron información de 2008, 2011 y 2014. El estudio se enfocó en las respuestas de más de 13,000 niños de hasta 17 años de edad. Los niños y adolescentes de 10 a 17 años respondieron ellos mismos a las preguntas de la encuesta, realizadas por teléfono, mientras que los cuidadores respondieron por los niños más pequeños.

Menos de un 0.5 por ciento dijeron que habían experimentado algún tipo de abuso el año anterior por parte de un adulto que conocían en una organización, "como un maestro, entrenador o líder de un grupo de jóvenes". Casi el 1 por ciento dijeron que habían sufrido ese tipo de abuso en el transcurso de sus vidas, mostraron los hallazgos.

El abuso sexual pareció ser poco común en estos niños, aunque quizá los jóvenes estén menos dispuestos a reconocer un crimen tan íntimo, apuntaron los autores del estudio. Cinco niños dijeron que habían sido abusados sexualmente por un adulto de una organización, 70 dijeron que habían sufrido abuso verbal y 33 reportaron una agresión física, encontró la encuesta.

"Quizá no nos preocupen tanto los líderes, maestros y entrenadores que abusan emocionalmente como los que cometen abusos sexuales", sugirió Finkelhor.

En comparación, un 11 por ciento de los niños dijeron que habían experimentado algún tipo de abuso de parte de un familiar en el transcurso de sus vidas, y casi un 6 por ciento dijeron que habían sufrido ese tipo de abuso en el año anterior.

Finkelhor dijo que hablar con los niños directamente es una mejor forma de descubrir el abuso que preguntarle a los adultos sobre los eventos en su niñez. "Deseamos obtener información lo más cercana posible a los eventos", explicó. "Interrogar a adultos que intentan recordar lo que sucedió hace 20 o 30 años no es preciso".

Y los niños parecen responder a las preguntas, en lugar de resistirse a ellas, comentó. "Generalmente se piensa que el abuso familiar es el más grave y el más difícil de revelar. Pero nos hicieron muchas revelaciones de ese tipo", apuntó Finkelhor.

La Dra. Carole Jenny, profesora de pediatría del Hospital Pediátrico de Seattle, dijo que los hallazgos del estudio reflejan sus experiencias cuando trabaja con niños que han sufrido abusos. "La mayoría de los niños que atendemos que han sufrido abusos sexuales, éstos fueron realizados por sus familiares, por las parejas de sus madres, por amigos cercanos y por vecinos", señaló.

"Uno de los motivos de que las personas tengan ese miedo a las organizaciones de servicios para niños es que se trata de una violación tan inmensa de la confianza", añadió Jenny. "Y reciben mucha atención, mucho más que cuando un padre o un tío abusa sexualmente de un niño en casa".

Finkelhor dijo que las organizaciones que atienden a jóvenes se podrían enfocar más en la amenaza del abuso emocional. "Eduquen a los niños y al personal para denunciar y reportar al personal y a los otros niños que estén siendo emocionalmente abusivos, denigradores, hostiles y crueles", aconsejó.

En cuanto al riesgo de abuso sexual, Lucy Berliner, directora del Centro de Agresiones Sexuales y Estrés Traumático Harborview, en Seattle, ofreció el siguiente consejo a los padres: "Hable abiertamente sobre lo que está permitido y lo que no con respecto a las conversaciones y los contactos sexuales, o al uso de la coacción física. Esas conversaciones deben ser continuas en las familias para animar a los hijos a acudir a sus padres si algo les preocupa".

Además, Berliner señaló que "sin duda hay una señal de alarma cuando los proveedores de servicios para jóvenes comienzan a cultivar relaciones privadas con un niño o un grupo de niños en particular sin que los padres estén involucrados. También, los padres deben preguntar a las organizaciones sobre las políticas respecto a la revisión de antecedentes y la educación de los líderes juveniles sobre lo que está permitido y lo que no".

El estudio aparece en la edición de febrero de la revista JAMA Pediatrics.

Más información

Para más información sobre el abuso infantil, visite la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics).


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2016, HealthDay

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