Los niños discapacitados están en mayor riesgo de abuso, encuentra un estudio

Ciertas afecciones se vinculan con mayores probabilidades de negligencia y acoso
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LUNES, 6 de marzo de 2017 (HealthDay News) -- Los niños con ciertos trastornos mentales o conductuales tienen un riesgo más alto de abuso o negligencia, sugiere un nuevo estudio.

Los hallazgos amplían las evidencias respecto a que los niños con discapacidades se enfrentan a unos mayores riesgos de abuso. Pero también sugieren que esos riesgos varían según el tipo de trastorno del que el niño sufre.

"Hace años que sabemos que los niños con discapacidades tienen un riesgo más alto de abuso", comentó el Dr. Vincent Palusci, pediatra en el Centro Médico Langone de la NYU, en la ciudad de Nueva York.

Pero el nuevo estudio "hizo una exploración más profunda", aseguró.

En general, los investigadores encontraron que los niños con autismo, síndrome de Down o ciertos defectos congénitos (como la espina bífida) no tenían un riesgo más alto de abuso.

Pero los niños con discapacidades intelectuales sí. Lo mismo sucedió con los niños que caían en la categoría amplia de un "trastorno mental o conductual", que incluía problemas desde la depresión y la ansiedad hasta retrasos en el desarrollo y trastornos de la personalidad.

Palusci, que no participó en la investigación, se especializa en tratar a niños que han sufrido abusos o negligencia.

Dijo que si los pediatras saben qué niños con discapacidades tienen el riesgo más alto de abuso, pueden tomar medidas para ayudar a reducir las probabilidades. Por un lado, dijo, pueden intentar preparar a los padres para algunos de los factores estresantes a los que podrían enfrentarse al gestionar las necesidades especiales de su hijo.

Palusci anotó que los niños pueden estar en mayor riesgo cuando sus padres se sienten abrumados y sin respaldo.

Melissa O'Donnell, investigadora principal del estudio, se mostró de acuerdo.

"Los que trabajan con familias que tienen un hijo con una discapacidad deben ser conscientes del respaldo adicional que esas familias necesitan, para ayudar a satisfacer las necesidades de salud y de desarrollo del niño", planteó O'Donnell, investigadora en el Instituto Telethon Kids de la Universidad del Oeste de Australia.

Los padres quizá necesiten ayuda adicional para "manejar el ambiente de crianza, que con frecuencia es más complejo", añadió.

Pero los mismos padres no siempre son los perpetradores del abuso, apuntó Palusci. Puede tratarse de cualquier cuidador.

"Así que también debe tener mucho cuidado sobre con quién deja a su hijo", enfatizó Palusci.

Otros niños también pueden ser los culpables. Un estudio reciente de EE. UU. encontró que los niños con discapacidades tenían más probabilidades de ser acosados en la escuela, en comparación con otros niños.

Los nuevos hallazgos provienen de datos de más de 500,000 niños nacidos en el oeste de Australia entre 1990 y 2010. Poco menos de un 5 por ciento tenían una alegación registrada en servicios de protección del menor de abuso o negligencia. El abuso incluía abuso físico, sexual o emocional.

El equipo de O'Donnell encontró que mientras que los niños con discapacidades eran alrededor de un 10 por ciento de la población, conformaban alrededor de una cuarta parte de todas las alegaciones de maltrato, y un 29 por ciento de todas las alegaciones sustanciadas.

Cuando los investigadores observaron con más detalle, vieron que el riesgo variaba según el tipo de discapacidad.

Los niños con discapacidades intelectuales tenían el riesgo más alto. Presentaban el doble de probabilidades que los niños sin discapacidades de tener una alegación de maltrato registrada. Pero incluso entre esos niños, el panorama era variado. Los que sufrían de discapacidades graves no tenían un riesgo elevado, pero los que sufrían de problemas más leves sí, mostraron los hallazgos.

De forma similar, los niños con autismo, síndrome de Down y defectos congénitos no tenían un mayor riesgo, dijeron los autores del estudio.

Según O'Donnell, hay algunas explicaciones potenciales. Una es que las familias de los niños con esos tipos de discapacidades quizá reciban más respaldo. Además, los padres de los niños con autismo y síndrome de Down tienden a tener más edad y unos ingresos más altos, en comparación con otros padres, lo que podría significar que cuentan con más recursos.

De hecho, según O'Donnell, los niños con las discapacidades más firmemente vinculadas con el abuso con frecuencia presentaban otros factores de riesgo. Eran más de dos veces más propensos a tener padres jóvenes, con ingresos bajos o con sus propios problemas de salud mental.

Respecto a qué sucede primero (el abuso o el trastorno del niño) no siempre fue obvio. "Sin duda podría tratarse" de que el abubo contribuyera, o empeorara, los problemas conductuales o los síntomas de salud mental de algunos niños, señaló O'Donnell.

Pero en otros casos, como en la discapacidad intelectual, el abuso claramente fue posterior, añadió.

Los hallazgos apuntan a la necesidad de una mayor "colaboración" entre los servicios de protección del menor y las personas que cuidan a los niños con discapacidades, planteó O'Donnell.

En Estados Unidos, esos servicios podrían ser distintos según el estado y la localidad. Pero en general, dijo Palusci, hay una concienciación creciente de que muchos niños que sufren de negligencia o abuso son también "médicamente frágiles".

Entonces, un niño con una discapacidad quizá se ubique en un hogar de acogida preparado para manejar sus necesidades especiales.

"Está mejorando", dijo Palusci. "Pero aún debemos hacer mucho más".

Los resultados del estudio aparecen en la edición en línea del 6 de marzo de la revista Pediatrics.

Más información

El Departamento de Educación de EE. UU. ofrece recursos para los padres de niños con necesidades especiales.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2017, HealthDay

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