VIERNES, 10 de julio (HealthDay News/Dr. Tango) -- Un mayor número de niños estadounidenses recibe las vacunas recomendadas y tiene seguro de salud en comparación con años anteriores, pero un nuevo informe del gobierno pinta un cuadro heterogéneo de la salud general de los niños del país.
Y debido a la recesión, este cuadro podría volverse aún menos prometedor, señalan los expertos.
El informe examina el bienestar infantil en las áreas del ambiente familiar y social, las circunstancias económicas, la atención de la salud, el entorno físico y la seguridad, el comportamiento, la educación, la salud y las necesidades especiales de salud.
Desde el punto de vista económico, los hallazgos no son estimulantes, dijo el Dr. Duane Alexander, director del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. "Aunque los indicadores son anteriores a la depresión económica actual, muestran que los niños están perdiendo terreno", dijo durante una teleconferencia el miércoles.
En 2007, el 18 por ciento de los niños vivía en la pobreza, en comparación con el 17 por ciento de 2006, apuntó. El número de niños con al menos un padre laboralmente activo también descendió en 2007. Algunos expertos esperan que la recesión socavará aún más los logros conseguidos en materia de bienestar infantil.
"La idea de este informe era ofrecer una visión general anual sobre el estado de los niños y jóvenes de los Estados Unidos", dijo Alexander.
En 2007, de los 73.9 millones de niños en Estados Unidos, el 89 por ciento tenía seguro de salud, en comparación con 88 por ciento en 2006. Pero en 2007, aún habían 8.1 millones, 11 por ciento, de niños sin seguro.
Cerca del nueve por ciento de los niños sufría de asma en 2007, y alrededor del cinco por ciento había tenido uno o más ataques de asma el año anterior. El asma afectó al 15 por ciento de los niños negros y puertorriqueños, destacó el informe.
En 2007, más de las tres cuarta parte de los niños (77 por ciento) de 2 a 17 años había visitado a un dentista el año anterior. No obstante, entre 2003 y 2004, el 25 por ciento de estos niños tenía caries sin tratar, en comparación con el 21 por ciento de 1999 a 2002.
El porcentaje de bebés prematuros y de bajo peso al nacer descendió un poco, pero podría ser el comienzo de una caída, dijo Alexander. En 2007, el 12.7 por ciento de los bebés nació antes de tiempo, en comparación con el 12.8 por ciento en 2006. El porcentaje de bebés que nacieron con bajo peso fue de 8.2 por ciento en 2007, frente a 8.3 por ciento en 2006.
"En este punto, no sabemos si estos descensos son el comienzo de una tendencia o sólo una fluctuación menor", dijo Alexander.
La mortalidad infantil se redujo a 6.7 por ciento por 1,000 nacimientos, frente a 6.9 por ciento en 2005.
En cuanto a la salud mental, el 8 por ciento de los adolescentes de 12 a 17 años tuvo un episodio de depresión importante en 2007, en comparación con el 9 por ciento en 2005. Asimismo, el número de adolescentes tratados por depresión se mantuvo muy estable, 39 por ciento en 2007, 40 por ciento en 2004.
Cerca del 14 por ciento de los niños de EE. UU. tenían problemas especiales de salud entre 2005 y 2006, por lo que necesitaban más medicamentos recetados y servicios que la mayoría de los niños, terapias especiales o limitaban su capacidad para hacer las cosas que otros niños podían hacer.
Las afecciones más comunes eran las alergias, el asma, el trastorno por déficit de atención, la depresión, la ansiedad u otros problemas emocionales, migrañas o dolores de cabeza frecuentes.
Más de la mitad de estos niños tenía dos o más de estas afecciones y casi el 11 por ciento tenía cuatro o más afecciones, dijo el Dr. Peter C. van Dyck, administrador asociado de salud materno-infantil de la Administración de Servicios y Recursos de Salud en el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., durante la teleconferencia.
Otros puntos destacados por el informe:
Daniel Armstrong, profesor de pediatría y psicología de la Facultad de medicina Miller de la Universidad de Miami en Florida, cree que la recesión actual podría afectar negativamente la salud de los niños.
"Hay que analizar la historia para ver lo que ocurrió durante otras recesiones", dijo Armstrong. "La historia nos dice que habrá áreas que cambiarán".
El estrés económico adicional, por ejemplo, podría incrementar los problemas de salud mental entre los niños, dijo. También podría afectar la cobertura de seguro de salud, agregó.
"Este año, el Congreso aprobó el programa SCHIP [Programa de seguro de salud infantil estatal], que proporcionará a muchos más niños un seguro de salud. Uno de los desafíos es que el SCHIP exige una contribución estatal. Si los estados están bajo una crisis presupuestaria severa, no habrá forma de garantizar que la aprobación del proyecto de ley del SCHIP tenga algún impacto sobre los que no tienen seguro", dijo.
Más información
Para ver el informe completo, visite el Federal Interagency Forum on Child and Family Statistics.