Los bebés quizá no sean tan inmunes al sarampión como se pensaba

baby with eczema
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JUEVES, 21 de noviembre de 2019 (HealthDay News) -- Un sorprendente nuevo estudio cambia drásticamente la idea de que los anticuerpos que pasan de la madre al feto protegen a los bebés del sarampión durante hasta un año.

De hecho, la inmunidad de los bebés mengua mucho más rápido de lo que se pensaba, informan unos investigadores en la edición de diciembre de la revista Pediatrics. El hallazgo enfatiza la importancia de las inmunizaciones comunitarias.

"El sarampión es una enfermedad grave, sobre todo en los bebés. No solo tienen un riesgo más alto de infección, sino también de complicaciones y hospitalizaciones. También son los más vulnerables a morir", advirtió la autora sénior del estudio, Shelly Bolotin, científica de Public Health Ontario, en Toronto, Canadá.

En el estudio, los investigadores evaluaron muestras de sangre de 196 bebés menores de 12 meses para determinar la presencia de anticuerpos contra el sarampión. Los resultados fueron inesperados.

En el primer mes de vida, un 20 por ciento carecían de suficientes anticuerpos para protegerlos del virus, que es altamente contagioso, encontró el estudio. A los 3 meses, un 92 por ciento tenían unos niveles de anticuerpos inferiores al umbral de protección. A los 6 meses, ninguno tenía anticuerpos a niveles que pudieran protegerlos del sarampión.

En general, se ha dado por sentado que los bebés son inmunes al sarampión durante un año debido a los anticuerpos de sus madres.

Los autores atribuyeron la pérdida de inmunidad, que es más rápida de lo previsto, al tipo de protección que se recibe de la madre en el útero.

El sarampión ha estado eliminado en Canadá, donde se realizó el estudio, desde 1998. Entonces, es probable que las madres del estudio obtuvieran su protección de una vacuna y no mediante una infección anterior, que podría producir más anticuerpos. La inmunidad de las madres tampoco habría aumentado debido a la circulación del sarampión en la comunidad.

"Este estudio de verdad subraya la necesidad de proteger a los bebés el primer año de vida", señaló Bolotin.

El sarampión, una grave enfermedad viral cuyos síntomas iniciales incluyen un sarpullido y fiebre, es altamente contagioso, sobre todo en los niños muy pequeños. Aunque son raras, las complicaciones (como la neumonía, la pérdida auditiva y la muerte) son más comunes en las poblaciones vulnerables, como los bebés, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

En 2000, los CDC declararon que el sarampión se había erradicado en Estados Unidos, gracias en gran medida a un programa nacional de vacunación. Pero la enfermedad existe en otros países, y los visitantes sin vacunar a veces vuelven con el virus. Esto sucedió a principios de este año, provocando brotes repetitivos que amenazaron al estatus de erradicación del país.

Entre los más de 1,200 casos reportados durante los brotes de 2019, la mediana de edad de los individuos infectados fue de seis años. Mediana significa que la mitad eran más jóvenes y la mitad mayores. Más de un 90 por ciento de los casos ocurrieron en personas que no se habían vacunado o cuyo estatus de vacunación se desconocía, según los CDC.

El peor brote ocurrió en la ciudad de Nueva York, donde visitantes de Israel y Europa (lugares donde han ocurrido brotes recientes) socializaron con comunidades judías ortodoxas, donde muchas personas no están vacunadas.

Aunque lo más frecuente es que el rechazo a las vacunas se origine en las creencias religiosas de los padres, la tendencia "antivacunas" reciente, que ha sido popularizada por los famosos en los medios de comunicación, también puede influir en las decisiones de los padres respecto a las vacunas. La Organización Mundial de la Salud identificó hace poco a la renuencia a las vacunas como una de las 10 amenazas para la salud global.

El rechazo y la renuencia ante las vacunas amenazan a la inmunidad grupal, que es la resistencia comunitaria que ocurre cuando una alta proporción de las personas se vacunan. Más o menos un 95 por ciento de la población debe estar protegida para mantener la inmunidad grupal contra el sarampión, según el Dr. Sean O'Leary, experto en enfermedades infecciosas pediátricas.

"Si mantenemos una población altamente vacunada, los brotes de sarampión no serán un problema", aseguró O'Leary, profesor asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, en Aurora. "Si el sarampión no está circulando, sería raro que un bebé pequeño se expusiera al virus".

Esto se debe a que la inmunidad grupal protege a los individuos vulnerables, como los bebés, que son demasiado pequeños para vacunarse. Los CDC recomiendan que los bebés reciban las dos primeras vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubeola a partir de los 12 meses de edad.

Dadas las nuevas evidencias de que la inmunidad materna mengua antes de lo que se pensaba, ¿por qué no vacunar a los bebés antes?

O'Leary explicó que aunque los anticuerpos de mamá ya no alcancen un nivel protector, los que todavía quedan podrían evitar que una vacuna viva funcione muy bien. El bebé vacunado podría entonces ser incapaz de defenderse del sarampión si se expone, apuntó.

Por eso es tan importante que los individuos que pueden vacunarse contra el sarampión se vacunen, coinciden los expertos.

"Como se ha eliminado durante casi dos décadas, las personas no recuerdan los devastadores efectos del sarampión", añadió Bolotin, la autora del estudio.

Más información

Para más información sobre el sarampión, visite los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2019, HealthDay

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