Cigarrillos con sabor, la nueva gran batalla

Los críticos señalan que están diseñados para los más jóvenes aunque las grandes compañías de tabaco lo niegan

DOMINGO 15 de enero (HealthDay News/HispaniCare) -- Sus nombres suenan como si se tratara de yogures, gomas de mascar o barras de dulces.

Pero Twista Lime, Warm Winter Toffee y Midnight Berry son tan sólo nuevos sabores de cigarrillos. Y los críticos opinan que en realidad se trata de esfuerzos poco camuflados por la industria de tabaco estadounidense para atraer a los niños al consumo de cigarrillos.

Los fabricantes de tabaco han rechazado esta acusación de manera enfática, aunque los críticos tienen sus dudas y recomiendan a los padres que se pongan en contacto con sus legisladores para prohibir la venta de estos cigarrillos.

Es necesario, añaden los expertos, ayudar a convencer a los niños para que no inicien el hábito. Esto es algo crítico, de acuerdo con la American Lung Association, debido a que el uso de tabaco empieza principalmente en las primeras etapas de la adolescencia. Un tercio de los fumadores entra en contacto con su primer cigarrillo a la edad de 14 años.

Los cigarrillos con sabor datan de 1999. Pero en los últimos años han experimentado un "gran auge" en su comercialización, señaló Paul Billings, vicepresidente de política y abogacía nacional de la American Lung Association.

Varios estados han introducido leyes para prohibir la venta de estos cigarrillos con sabor, dijo Billings, entre los que se encuentran Connecticut, Illinois, Massachusetts, Minnesota, Nueva Jersey, Nueva York, Carolina del Norte, Texas y Virginia Occidental.

"Apoyamos firmemente esta ley", agregó.

La proliferación de estos nuevos productos con sabor no es para nada casual, de acuerdo con el informe de un grupo de investigadores de Harvard que aparece en la edición de noviembre y diciembre de la publicación Health Affairs.

"El desarrollo de nuevas marcas con sabores llega en un momento en el que las restricciones publicitarias y de mercadotecnia hacen que sea más difícil dirigirse a los fumadores jóvenes", señalaron los investigadores, liderados por Carrie Carpenter, analista de investigación de la Facultad de Salud Pública de Harvard.

Carpenter se refirió a los términos del Acuerdo Transaccional Principal (Master Settlement Agreement) de 1998 entre los procuradores generales de los estados y los principales fabricantes estadounidenses de tabaco. Los fabricantes de tabaco acordaron cambiar la manera de comercializar sus productos y pagar a los estados una suma estimada de $206 mil millones. Las compañías también acordaron financiar una campaña antitabaco por valor de $1.5 mil millones, sacar a la luz documentación guardada en secreto y disolver grupos de industrias que los procuradores generales acusaran de conspirar en la ocultación de datos de investigación perjudiciales para el público.

El equipo de Carpenter estudió detenidamente los documentos internos de la industria de tabaco así como las patentes estadounidenses, tanto las solicitudes concedidas como las pendientes de aprobación.

"Ahora contamos con evidencia a partir de esos documentos de que ese concepto de cigarrillos con sabor ha estado asociado a la captación de un mercado de nuevos fumadores y cada vez más jóvenes", dijo Carpenter, haciendo referencia a lo que describió como un informe de R.J. Reynolds Tobacco de 1998, que identifica a los jóvenes adultos fumadores como la "necesidad estratégica más crítica" de la compañía. Debido a que el sabor desagradable que deja el cigarrillo fue catalogado por los jóvenes fumadores como un asunto de preocupación, uno de los métodos para contrarrestar el problema es la "tecnología de bolitas" usada en algunos productos con sabor. Se introduce una bolita en el área del filtro para lograr una liberación controlada del filtro, destacó.

"Estas bolitas podrían implicar riesgos para la salud", señaló Carpenter.

Pero un vocero para la compañía R.J. Reynolds Tobacco dijo que el objetivo de estos nuevos productos no son los menores.

"Nuestra única y sola audiencia, independientemente del estilo o la marca, son los adultos en edad legal para tomar la decisión de fumar", declaró Fred McConnell, gerente de comunicaciones de la R.J. Reynolds.

"No queremos que los niños fumen", agregó, "no sólo porque es ilegal vender este producto a menores de edad en cada estado, sino debido a que también carecen de madurez para evaluar los riesgos de salud que se derivan del tabaco".

Billings sugiere a los padres a que adviertan a sus hijos menores de edad sobre los riesgos para la salud derivados de fumar, y que presionen a los legisladores para que prohíban los cigarrillos con sabor.

Más información

Para más información, visite la American Lung Association.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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