Relacionan el sueño irregular e insuficiente con la obesidad infantil

Un estudio halla que recuperar el sueño perdido los fines de semana parece ayudar

LUNES, 24 de enero (HealthDay News/HolaDoctor) -- Un estudio sugiere que dormir hasta tarde los fines de semana podría ayudar a los niños a combatir la obesidad.

Dormir poco pone a los niños en riesgo de obesidad y de otras afecciones de salud, pero recuperar el sueño perdido durante los fines de semana y días de fiesta puede mitigar los efectos de la privación del sueño por semana, señalan los investigadores.

"En Estados Unidos, nuestros niños no duermen lo suficiente", apuntó el investigador principal, el Dr. David Gozal, director de pediatría del Hospital Infantil Corner en la Universidad de Chicago.

El equipo de Gozal monitorizó los patrones de sueño de 308 niños durante una semana y comparó sus patrones de sueño con su índice de masa corporal (IMC), que es la medida que toma en cuenta el peso y la estatura. Los niños, que tenían entre 4 y 10 años, dormían una media de ocho horas por noche.

"Esto es mucho menos que la cantidad de sueño recomendada para los niños, que debe ser de 9.5 a 10 horas a esta edad", apuntó Gozal.

Entre los niños que durmieron las horas recomendadas, el riesgo de obesidad, diabetes y problemas cardiovasculares fue casi nulo, señaló Gozal.

"Pero a medida que la cantidad de sueño se reducía y el sueño se volvía más irregular, el riesgo de obesidad aumentaba", apuntó.

"Los niños que dormían menos horas y tenían un horario de sueño desorganizado tenían un riesgo cuatro veces mayor de ser obesos", apuntó.

Estos niños también tenían un mayor riesgo de problemas cardiovasculares y prediabetes, señaló Gozal.

Sin embargo, si estos niños por costumbre dormían más horas los fines de semana para compensar el sueño perdido, el incremento en el riesgo de obesidad y problemas metabólicos se reducía a 2.8 veces. "No lo normalizaba. Aún había riesgo, pero no tanto como si se duerme también poco los fines de semana", apuntó Gozal.

Es esta combinación de falta de sueño y sueño irregular lo que parece dar lugar a problemas metabólicos, como azúcar alto en sangre, señaló.

El informe aparece en línea el 24 de enero antes de la edición impresa de febrero de Pediatrics.

Gozal señala que otros estudios han demostrado que la falta de sueño tiene efectos biológicos, tales como el azúcar alto en sangre y deseos de comer dulces y alimentos ricos en grasa. El sueño insuficiente también dificulta la pérdida de peso, apuntó.

"Todo esto sugiere que el sueño es un importante regulador del metabolismo", apuntó Gozal. "Si abusamos de nuestro sueño al no dormir lo suficiente, entonces es probable que paguemos el precio de tener sobrepeso y estar en riesgo de problemas cardiovasculares y otras complicaciones metabólicas", comentó.

Los niños duermen menos por varias razones, señaló Gozal. Los ajetreados horarios familiares y los medios electrónicos, como celulares, computadoras y la televisión, interfieren con las rutinas saludables para dormir. El resultado es que el sueño sufre, apuntó, porque aunque posterguen la hora de dormir, todavía tienen que levantarse a la misma hora.

"Los niños necesitan tener un horario [de sueño] regular", dijo Gozal. "Si siguen las reglas del sueño, será feliz", destacó.

Frederick J. Zimmerman, del departamento de servicios de salud de la Universidad de California en Los Ángeles, dijo que el estudio confirma en gran medida una investigación anterior que encontró que el sueño insuficiente era un factor de riesgo para la obesidad entre los niños.

La nueva investigación "sugiere que el sueño que es insuficiente tanto en la cantidad de horas como en su regularidad puede tener efectos metabólicos adversos", añadió. Sin embargo, no explica por qué se relacionan la obesidad y el sueño, señaló Zimmerman.

"Es posible que la obesidad cause trastornos del sueño o que el sueño insuficiente aumente el riesgo de obesidad. También podría haber un tercer factor, como ver televisión por la noche, que puede conducir a la obesidad y a un mal hábito de sueño", apuntó.

A pesar de estas dudas, el consenso es que los padres deben crear un entorno en el que los niños pueden tener siempre un sueño adecuado y reparador, apuntó Zimmerman.

"Tan difícil como es para los padres hacer que sus hijos se vayan a la cama temprano, todavía es una de las formas más fáciles de lograr que los niños sean más felices y saludables", agregó.

Así que preste atención al reloj, señalan los expertos. El estudio encontró que los padres tienden a sobreestimar la cantidad de horas que duermen sus hijos, por lo general entre 60 y 90 minutos, apuntó Gozal.

Más información

Para más información sobre los niños y el sueño, visite la Nemours Foundation.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor

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