El bebé en la habitación, pero no en la cama: es un buen consejo, ¿pero los padres escuchan?

baby in crib
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LUNES, 10 de febrero de 2020 (HealthDay News) -- Hace mucho que se les dice a los padres que los bebés deben dormir en su propia cuna para reducir el riesgo de muertes infantiles súbitas e inesperadas (MISI), pero casi 1 de cada 5 bebés sigue durmiendo en la cama de sus padres, encuentra un estudio reciente.

Para reducir el riesgo de MISI, o síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) recomienda que los padres compartan su habitación con el bebé durante al menos 6 meses, e idealmente durante 1 año. La AAP también desaconseja compartir la cama, pero los nuevos padres quizá estén obteniendo consejos variados sobre compartir la cama de sus pediatras, sugirió el estudio.

Alrededor de un 59 por ciento de las nuevas mamás dijeron que tenían la intención de compartir su habitación sin compartir cama. Pero apenas un 45 por ciento de las que dijeron que planificaban compartir solo la habitación lo habían hecho en las dos semanas anteriores.

"Encontramos que muchas madres están compartiendo la cama a pesar de las recomendaciones de la AAP de compartir habitación sin compartir cama", señaló la autora principal del estudio, la Dra. Ann Kellams, profesora de pediatría de la Universidad de Virginia.

Kellams dijo que los padres podrían seguir eligiendo llevar al bebé a su cama por varios motivos. "Hay un subconjunto de personas que de verdad sienten que compartir la cama es necesario para la lactancia materna y, culturalmente, que los bebés compartan la cama de forma rutinaria es a veces la norma social", comentó. Y anotó que algunas familias simplemente no tienen un espacio separado seguro para que el bebé duerma.

¿Por qué es tan importante no meter al bebé a la cama? "Nos preocupa la asfixia accidental. En nuestra cultura occidental, nos encantan nuestros colchones blanditos, mantas gruesas y almohadas. Son cosas que plantean un riesgo de ahogamiento y estrangulación. Las personas piensan que se despertarán, pero cuando los bebés se asfixian, usualmente es un evento muy tranquilo y silencioso", explicó Kellams.

La Dra. Jillian Parekh, pediatra del Hospital Pediátrico de Montefiore, dijo que compartir la cama es uno de los mayores factores de riesgo de la MISI. Parekh no participó en el estudio.

"Que los adultos se den la vuelta o que algo cubra la boca del bebé puede asfixiarlo, pero incluso dormir al lado de una persona conduce a una reducción en los niveles de oxígeno que pone a los bebés en un mayor riesgo", advirtió Parekh.

El estudio incluyó a casi 3,300 madres recientes de 32 hospitales de EE. UU. Completaron una encuesta cuando sus bebés tenían entre 2 y 6 meses de edad, y la mayoría tenían entre 8 y 11 semanas. Las madres respondieron a preguntas sobre los lugares donde sus bebés habían dormido en las dos semanas anteriores, y sobre dónde planificaban que durmieran en las dos semanas siguientes.

Dos tercios de las madres reportaron que habían compartido cama al menos parte del tiempo. Un 51 por ciento de las madres dijeron que compartían exclusivamente la habitación con sus bebés. Un 11 por ciento adicional dijeron que sus bebés dormían exclusivamente en otra habitación.

Un 20 por ciento de las madres dijeron que compartían cama con el bebé al menos parte del tiempo. Un 10 por ciento dijeron que compartían cama exclusivamente, y un 18 por ciento compartían tanto la habitación como la cama.

Cuando se les preguntó sobre los hábitos de sueño que pretendían practicar en las dos próximas semanas, ligeramente más madres iban a poner a sus bebés a dormir en otra habitación, y alrededor de un 24 por ciento de las madres dijeron que pensaban compartir cama.

Las madres negras e hispanas eran menos propensas a planificar que sus bebés durmieran en otra habitación que las madres blancas.

Cuando los médicos les dijeron a las mujeres que compartieran habitación sin compartir cama, fueron ligeramente menos propensas a planificar compartir cama.

Kellams dijo que esperaba que el estudio resaltara las posibles diferencias entre lo que los padres planifican hacer y lo que en realidad hacen. "Los pediatras deben ser habilidosos en estas conversaciones para averiguar cuáles barreras podrían impedir un sueño seguro. Idealmente, estas conversaciones deben suceder ante de que los padres sufran el agotamiento y el estrés de tener a un nuevo bebé", enfatizó.

"Pasamos mucho tiempo preparando a las madres para el nacimiento, y eso dura apenas entre unos minutos y un par de días. Pero casi no pasamos nada de tiempo preparando a las personas para ser padres", lamentó Kellams.

Parekh se mostró de acuerdo en que tener un plan es clave. "El estudio mostró que incluso con las mejores intenciones, seguir las mejores prácticas de sueño puede resultar difícil. Comience a pensar sobre esto y sobre el sueño seguro antes de que el bebé haya llegado, y comprométase con un plan seguro. Tenga una cuna o un moisés en la habitación para que la lactancia sea más accesible", aconsejó.

Si el costo es un problema para tener una cama separada para el bebé, Parekh recomendó hablar con un pediatra. Añadió que hay programas que ofrecen cunas seguras para los bebés.

El estudio se publicó el 7 de febrero en la revista Pediatrics.

Más información

Aprenda más sobre las prácticas seguras de sueño infantil en la Academia Americana de Pediatría.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2020, HealthDay

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