El consumo de cigarros aumenta entre los adolescentes

Una investigación encuentra que captan el mensaje sobre los peligros de los cigarrillos, pero no de los puros

DOMINGO 25 de febrero (HealthDay News/HispaniCare) -- Con lentitud pero con certeza, los niños estadounidenses han captado el mensaje de que fumar cigarrillos es un hábito maloliente y peligroso para la salud.

Ahora sólo falta que crean lo mismo sobre los cigarros.

Mientras el consumo de cigarrillos declinó en los Estados Unidos en 10 por ciento de 2000 a 2004, el consumo de cigarros aumentó en 28 por ciento, según un informe reciente que aparece en el American Journal of Public Health.

Otros estudios han encontrado que los adolescentes que fuman cigarros definitivamente forman parte de ese aumento. Por ejemplo, una encuesta de 2004 llevada a cabo en Cleveland encontró que el 23 por ciento de los 4,409 adolescentes encuestados preferían los cigarros, frente al 16 por ciento que eligió cigarrillos.

Y el aumento podría no haber llegado aún a su punto máximo, advirtió John Banzhaf, director ejecutivo de Action on Smoking and Health, una organización de acción legal antitabaquismo con sede en Washington, D.C.

"Muchos de los factores que desencadenaron el aumento [en los cigarros] aún están activos", señaló Banzhaf. Entre éstos se encuentran la percepción de que los cigarros están a la moda y el hecho de que políticos y otras personalidades de alto perfil son vistos fumándolos de forma regular, aseguró.

"Tenemos a Arnold (Schwarzenegger, gobernador de California) fumando cigarros, y de vez en cuando a Bill Clinton", apuntó. "Cada vez más mujeres fuman cigarros".

Pero no es sólo los políticos y las mujeres los que fomentan la imagen de que los cigarros están de moda, afirmó Scott Goold, director de Tobacco Freedom, un grupo con sede en Alburquerque, Nuevo México. "Nuestra cultura popular está llena de imágenes de cigarros", dijo.

Por ejemplo, cuando la familia tiene un nuevo bebé, el vecino invita a fumarse un cigarro. Y los hombres de negocios los fuman cuando cierran un trato, anotó.

Para los adolescentes sin mucho dinero, las finanzas podrían desempeñar un papel en su elección de tabaco, aseguró Banzhaf. "Muchos estados aumentan los impuestos de los cigarrillos, pero no los de los cigarros", afirmó.

También está la percepción de que los cigarros simplemente no son tan peligrosos como los cigarrillos en cuanto al riesgo de cáncer, una percepción que Banzhaf y otros expertos afirman es incorrecta.

Banzhaf señaló que aunque es difícil comparar de manera directa los cigarrillos y los cigarros en cuanto al riesgo de salud, está claro que ambos conllevan riesgos. Fumar cigarros se asocia fuertemente con una variedad de cánceres mortales de los labios, lengua, boca, garganta, esófago, laringe y pulmón. Según datos de los U.S. National Institutes of Health, fumar tan sólo uno o dos cigarros al día duplica el riesgo de cáncer oral y esofágico, y aumenta el riesgo de cáncer de laringe seis veces.

Los riesgos son aún mayores si los usuarios deciden inhalar el humo del cigarro. Frente a los no fumadores, los fumadores de cigarros que inhalan profundamente tienen un riesgo 27 veces mayor de cáncer oral y 53 veces mayor de cáncer de la laringe, según el informe de los NIH.

Entonces, ¿qué funciona y qué no para un padre que trata de convencer a un adolescente de evitar los cigarros y otros productos de tabaco?

Usualmente, las peroratas sobre los riesgos de cáncer a largo plazo (que podrían contraer cáncer a los 40) no son efectivas, señaló Banzhaf, porque el adolescente típico considera que para cumplir los 40 falta una eternidad.

A los adolescentes también se les dificulta personalizar el riesgo. Tienden a pensar que son inmunes a los peligros de la vida, que algo malo podría pasarle a otra persona, pero no a ellos.

En vez de esto, los padres deben enfocarse en los motivos por los que los chicos comienzan a fumar. "A los niños les gusta comenzar a fumar no tanto por el sabor, si no porque es una señal de que están creciendo", apuntó Banzhaf. La presión del grupo también desempeña un papel.

"Si los padres pueden comenzar a convencer a los niños que fumar hace que uno huela mal, no que sea sexy y sofisticado, eso puede tener un gran impacto", afirmó.

Goold aconseja a los padres mantener un diálogo continuo con sus hijos, de la misma manera que lo hacen cuando hablan sobre no usar drogas. Pasar tiempo juntos como familia, tal como cenar juntos, puede ayudar a que esa conversación fluya de manera más natural, añadió.

Más información

Para aprender más sobre los ambientes libres de tabaco, visite Action on Smoking and Health.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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