Más evidencia de que las camas de bronceado podrían ser adictivas

Un estudio halló que ante la presencia de la radiación UV, los centros de recompensa de los cerebros de los 'tanoréxicos' se activan

LUNES, 15 de agosto (HealthDay News) -- Las personas que se broncean bajo techo con frecuencia podrían mostrar cambios en el cerebro similares a los que se observan en personas adictas a las drogas y al alcohol, según un estudio reciente que incrementa un creciente cuerpo de evidencia que sugiere que el bronceado bajo techo podría ser adictivo.

Cerca de 30 millones de estadounidenses acuden a centros de bronceado bajo techo a pesar de los riesgos bien publicitados de cáncer de piel asociados con la práctica. La Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE. UU. está considerando actualmente una prohibición del bronceado bajo techo para las personas menores de 18 años, y la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) ha apoyado esa legislación públicamente.

Los nuevos hallazgos, publicados en línea como avance de la publicación en una próxima edición impresa de la revista Addiction Biology, sugieren que el bronceado bajo techo activa el "centro de recompensa" del cerebro.

"Observamos cambios en el cerebro que son coherentes con otras cosas que se consideran recompensas, como el dinero, la comida o las drogas", explicó el autor del estudio, el Dr. Bryon Adinoff, profesor de psiquiatría del Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern en Dallas. "Las mismas áreas del cerebro se activan, y sabemos que si algo es una recompensa para el cerebro, hay un potencial de adicción".

En el nuevo estudio participaron siete personas que se bronceaban bajo techo a menudo, que dijeron que habían usado camas de bronceado alrededor de 27 días de los 90 anteriores, en promedio.

Los investigadores pidieron a cada participante usar una cama de bronceado durante sesiones de diez minutos bajo una de dos condiciones. En una sesión, el participante se expuso a radiación ultravioleta (UV), mientras que en la otra sesión, unos filtros especiales bloqueaban esa exposición. Los voluntarios no sabían cuál sesión de bronceado tenía radiación UV y cuál no.

Antes y después de cada sesión se preguntó a los participantes qué tanto deseo tenían de broncearse. También recibieron un compuesto intravenoso que permitió a los investigadores medir el flujo sanguíneo al cerebro durante las sesiones de bronceado.

El resultado: Las sesiones de bronceado bajo techo con radiación UV desencadenaban una activación en la región del estrato dorsal y en la corteza orbitofrontal medial del cerebro, áreas que tienen que ver con la recompensa y el reforzamiento. Las sesiones en que se bloqueó la radiación UV mostraron menos de este tipo de activación cerebral, halló el equipo.

Los hallazgos tienen sentido para la Dra. Heidi Waldorf, profesora clínica asociada de dermatología del Centro Médico Mount Sinai en la ciudad de Nueva York. "Como otros adictos, los 'tanoréxicos' siguen bronceándose bajo techo a pesar de las claras advertencias sobre los peligros", señaló. "En mi consulta, he visto a mujeres que siguen bronceándose tras una cirugía por cáncer de piel y tras gastar miles de dólares en procedimientos cosméticos para rejuvenecer su piel dañada por la luz".

Pero John Overstreet, director ejecutivo de la Indoor Tanning Association, un grupo comercial con sede en Washington, D.C. que representa al sector del bronceado bajo techo, dijo que la luz UV es esencial para la supervivencia.

"Algunas personas exageran, pero eso no quiere decir que sean adictas", aseguró. "La moderación es la clave, ya sea que la exposición a UV sea en una cama de bronceado o bajo el sol".

Más información

Para más información sobre los peligros de la radiación UV, visite la Skin Cancer Foundation.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2011, HealthDay

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