Un estudio con ratones respalda la idea de 'adicción al bronceado'

Las hormonas 'que hacen sentir bien' responden a la exposición a la luz UV, según unos investigadores

JUEVES, 19 de junio de 2014 (HealthDay News) -- A pesar de que los riesgos bien publicitados de los daños en la piel y de cáncer por tomar demasiado el sol, las personas siguen exponiéndose a la radiación ultravioleta al aire libre y en los salones de bronceado. Ahora un nuevo estudio con animales aporta más evidencias de que para algunos, el bronceado es una verdadera adicción.

En experimentos con ratones, los científicos descubrieron que exponer a los animales a una dosis diaria de luz UV aumentó sus niveles de betaendorfinas en la sangre en una semana. Las betaendorfinas son hormonas "que hacen sentir bien" y que actúan en las mismas vías cerebrales que los llamados opiáceos, como la heroína o la morfina.

Y en los ratones, esas endorfinas generadas por los rayos UV mostraron unos efectos: los animales se volvieron menos sensibles al tacto y a la temperatura, y cuando la estampida de endorfinas se bloqueó, mostraron los síntomas clásicos de abstinencia, incluyendo sacudidas, temblores y castañeteo de dientes.

Los expertos afirmaron que los hallazgos, publicados en la edición del 19 de junio de la revista Cell, se suman a las evidencias de que la "adicción al bronceado" es real.

"Esto respalda la idea de que la exposición a los rayos UV supone una recompensa para el cerebro, y podría tener el potencial para convertirse en una adicción", dijo el Dr. Bryon Adinoff, psiquiatra del Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern y del Sistema de Atención de Salud de VA del Norte de Texas, en Dallas.

Adinoff, que no participó en la investigación, dirigió un estudio en 2011 en el que observó la actividad cerebral en personas que habitualmente usaban camas de bronceado. Descubrieron que la exposición a los rayos UV activaba los centros de "recompensa" cerebrales, de un modo similar a las drogas, el alcohol o la comida.

Según Adinoff, los nuevos hallazgos con ratones sugieren un modo de cómo podría ocurrir: la radiación UV golpea la piel, donde se liberan las betaendorfinas, y esas sustancias químicas pueden entonces llegar a las regiones cerebrales de recompensa.

El estudio con ratones no ahondó realmente en los efectos producidos en el cerebro. Pero, en combinación con la investigación con humanos, dijo Adinoff, "da un gran respaldo a la idea de una conexión entre la piel y el cerebro. Lo que esto aporta es un mecanismo biológico que podría explicar por qué las personas se sienten de esta manera" cuando se exponen a la radiación UV.

El Dr. David Fisher, investigador principal del nuevo estudio, se mostró de acuerdo. "Esto sugiere que (el bronceado) no es puramente una decisión cosmética", dijo Fisher, jefe del servicio de dermatología del Hospital General de Massachusetts, en Boston.

Dado que la radiación UV hace que la piel sintetice la vitamina D, Fisher especuló con que los seres humanos podrían haber evolucionado para obtener una recompensa de la radiación UV. Eso podría estar bien, si no fuera por el hecho de que tomar demasiado el sol (o el bronceado bajo techo) puede resultar en un cáncer de piel.

"A la piel le afecta más el cáncer que a cualquier otro órgano del cuerpo humano", dijo Fisher. Es particularmente preocupante, añadió, el aumento de la incidencia del melanoma, la forma menos común, pero más grave de cáncer de piel.

Según los datos del gobierno estadounidense, la tasa nacional de melanoma se ha triplicado desde 1975: hasta aproximadamente 24 casos por cada 100,000 personas en 2010.

Adinoff dijo que saber que el bronceado podría ser adictivo quizá haría que algunas personas se lo pensaran dos veces antes de ir a un salón de bronceado o de tumbarse al sol. Pero probablemente sea demasiado temprano para que los que los grandes adoradores del sol busquen tratamiento para la adicción.

Adinoff y Fisher afirmaron que no eran conscientes de la existencia de ningún tratamiento para la "adicción al bronceado" en el mundo real. Pero ambos comentaron que se trata de una posibilidad que debería estudiarse para las personas a quienes les gusta broncearse y que aparentemente no pueden dejar de hacerlo; por ejemplo, los que lo hacen a pesar de tener antecedentes de cáncer de piel.

En cuanto a mantener los niveles adecuados de vitamina D, Fisher recomendó los alimentos fortificados o un multivitamínico. "La vitamina D es vital. No hay duda de ello", dijo. "Pero eso no es una excusa para ir a broncearse".

Más información

La Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. ofrece más información sobre la radiación UV.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2014, HealthDay

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