Los adolescentes que sufren de trastornos alimentarios se benefician de la ayuda de sus padres

Una investigación demuestra que la recuperación mejora con la participación de la familia

VIERNES, 26 de junio (HealthDay News/Dr. Tango) -- Cuando un adolescente padece un trastorno alimentario, no es el único que tiene un problema. Se trata de un problema de la familia.

Es por eso que los padres deben incorporarse al tratamiento, considera un creciente número de expertos.

Con la participación de los padres "es probable que mejoren los resultados", aseguró el Dr. Ovidio Bermudez, director médico del programa de trastornos alimentarios de la Clínica Psiquiátrica Laureada en Tulsa, Oklahoma, y miembro de la junta de directores de la National Eating Disorders Association.

En los EE. UU. hay casi diez millones de pacientes de trastornos alimentarios de sexo femenino, y un millón de sexo masculino, según la National Eating Disorders Association. Las estadísticas del gobierno federal muestran que más del 90 por ciento de estos pacientes son chicas entre los doce y los 25 años de edad.

Las personas que tienen bulimia se atracan de comida y luego se purgan, mientras que las que sufren de anorexia nervosa limitan los alimentos y se hacen peligrosamente delgadas, porque consideran que están demasiado gordas cuando en realidad no es así.

Pero las opiniones sobre las causas de los trastornos alimentarios y su tratamiento han completado un círculo, apuntó Bermudez. Hace muchos años, expertos culpaban a madres controladoras y padres distantes de los trastornos alimentarios, entre otras teorías. Pero hoy en día, por lo general están de acuerdo en que los trastornos no se deben a estos factores.

"Ahora sabemos que los trastornos alimentarios son enfermedades reales, no opciones de estilo de vida", subrayó Bermudez. Y actualmente, Bermudez y otros creen que los padres pueden desempeñar un papel crucial en la recuperación.

De hecho, los investigadores encontraron que los adolescentes podían controlar más su conducta alimentaria trastornada cuando contaban con el respaldo de la familia.

Un estudio en que participaron 80 adolescentes que tenían bulimia asignó a la mitad a un programa de tratamiento que incluía terapia familiar, y a los demás a una psicoterapia más tradicional. Seis meses después, el índice de éxito de los que recibieron terapia familiar fue el doble que para los demás.

Alrededor del 40 por ciento de los adolescentes cuyas familias participaron en el tratamiento había dejado de hartarse y purgarse, frente a 18 por ciento de los tratados sin participación familiar. El estudio apareció en la revista Archives of General Psychiatry.

Otro estudio, publicado en la revista Eating Disorders, dio seguimiento a 32 niñas adolescentes que sufrían de anorexia, y encontró que 75 por ciento de ellas tenía una remisión completa tres años tras un tratamiento que había incluido terapia familiar.

¿En qué consiste exactamente el tratamiento, conocido comúnmente como terapia conductual familiar?

"El terapeuta trabaja con la familia para dar a la familia la potestad de lograr que el niño [anoréxico] coma alimentos y recupere peso", explicó Bermudez. "La familia se convierte en el agente de cambio".

Apuntó que el método ha sido estudiado más en la anorexia que en la bulimia, pero que se usa para ambas.

En la bulimia, el papel de los padres en el hogar sería lograr que su adolescente coma comidas regulares, de manera que no se atraque y luego purgue, planteó Bermudez.

No siempre funciona, advirtió, pero por lo general se considera prometedor y eficaz.

Este método funcionó para la hija de Deborah, una madre de cincuenta y algo de años de Orlando, Florida. Ella y su esposo se sorprendieron grandemente cuando su hija, Allison, que ahora tiene 25 años, les dijo que necesitaba ayuda. "Había perdido mucho peso", recuerda Deborah.

Buscaron ayuda y participaron en un método de tratamiento centrado en la familia. "Estuve en la sesión de consejería con Allison y el terapeuta", recuenta Deborah. Afirma que la ayudó a comprender el trastorno, y cómo ayudar mejor.

Pero Deborah hizo mucho más que sentarse en las sesiones de consejería. "Construimos un equipo para Allison", apuntó. Además del terapeuta, el equipo incluía al médico de familia, un nutricionista, Allison y sus padres.

Los padres pueden tomar otras medidas para ayudar a un adolescente a recuperarse de un trastorno alimentario. Las sugerencias incluyen:

  • Infórmese. Deborah aseguró que "me ponía a leer de noche, para poder comprender a Allison y lo que experimentaba".
  • Ofrezca respaldo emocional. Deborah recuerda que, para su hija, saber que podía contar con la ayuda y el respaldo de sus padres ayudó mucho.
  • No caiga en la negación. Bermudez planteó que si alguien pensara que su hijo tiene cáncer, ¿no buscaría ayuda de inmediato? Es igual de crucial cuando se sospecha un trastorno alimentario.
  • Siga las indicaciones."Escuche a su equipo de tratamiento", aconseja Bermudez a los padres. Los mejores planes de tratamiento son individualizados.

El tratamiento centrado en la familia de Allison, que se inició al principio de su último año de secundaria, fue exitoso. En la universidad, comenzó a hablar sobre el tema, y ahora dirige la junta de directores jóvenes de la National Eating Disorders Association.

Más información

La National Eating Disorders Association tiene más información para los padres de adolescentes que sufren trastornos alimentarios.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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