Más evidencias de un aumento en el abuso de Xanax y Valium

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JUEVES, 27 de diciembre de 2018 (HealthDay News) -- Alrededor de una de cada cinco personas que toman Valium, Xanax y otras benzodiacepinas están utilizando mal unos medicamentos que son potencialmente adictivos, muestran datos de una encuesta en EE. UU.

Las estadísticas también revelaron que el uso de benzodiacepinas entre los adultos es más de dos veces más alto de lo que se había reportado antes, y que casi un 13 por ciento de las personas utilizaron los fármacos en el año anterior.

Estudios de 2013 y 2014 estimaron que entre un 4 y un 6 por ciento de los adultos tomaban benzodiacepinas, que también incluyen a Halcion y a Klonopin.

Los adultos jóvenes de 18 a 25 años de edad son los más propensos a utilizar mal las benzodiacepinas, que por lo general se recetan para tratar afecciones como la ansiedad y la depresión, señaló el investigador principal, el Dr. Donovan Maust, profesor asistente en el departamento de psiquiatría de la Universidad de Michigan.

"Si observan a los adultos mayores, básicamente el mal uso fue tan común como el uso recetado, lo que sin duda es bastante perturbador", aseguró Maust.

Esos resultados concuerdan con informes de principios de año que advertían que las muertes por sobredosis relacionadas con las benzodiacepinas han aumentado de forma exponencial en la última década, en paralelo con un aumento constante en las tasas de recetas.

Las sobredosis relacionadas con las benzodiacepinas se multiplicaron por siete entre 1999 y 2015, al pasar de 1,135 a 8,791 muertes, según un informe publicado en la edición de febrero de la revista New England Journal of Medicine.

También hay un vínculo con la crisis de opioides en curso en EE. UU. Casi una de cada tres sobredosis provocada por los opioides también implica a benzodiacepinas, según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE. UU.

Linda Richter, directora de investigación y análisis de políticas en el Centro de la Adicción, dijo que "el riesgo de intoxicación con las benzodiacepinas solas es muy alto, pero se agrava entre los que usan mal las benzodiacepinas (un depresor del sistema nervioso central) junto con opioides, que suprimen la respiración. Cuando se combinan con el alcohol, que también es un depresor, los efectos pueden ser igual de graves".

En el estudio, Maust y sus colaboradores revisaron los resultados de 2015 y 2016 de la Encuesta nacional sobre el uso de medicamentos y drogas y salud, que es una encuesta nacional financiada por la Administración de Abuso de Sustancias y Servicios de Salud Mental de EE. UU.

Las benzodiacepinas se recetan más comúnmente a los adultos mayores. Pero Maust apuntó que "no sabíamos casi nada sobre qué tan común era el mal uso entre los adultos mayores, una laguna importante en nuestro conocimiento".

Un mal uso significa utilizar las benzodiacepinas de cualquier forma que un médico no indicara, lo que incluye usar los fármacos sin una receta, tomar una dosis más alta que la recetada, o tomarlas con una mayor frecuencia o durante más tiempo de lo que se recetó.

En general, alrededor de 25.3 millones de adultos dijeron que usaron las benzodiacepinas según la receta en el año anterior, y otro 5.3 millones dijeron que habían utilizado mal los fármacos, mostraron los hallazgos.

A los investigadores les sorprendió encontrar que las personas de mediana edad, de 50 a 64 años, toman ahora benzodiacepinas con mayor frecuencia que cualquier otro grupo de edad, dado que poco más de un 14 por ciento reportaron algún uso en el año anterior.

Estudios anteriores han encontrado que el mayor uso de las benzodiacepinas era entre las personas mayores de a partir de 65 años, pero esta encuesta reportó que en ese grupo de edad un 13 por ciento tomaban los fármacos.

El mal uso fue más común entre los adultos jóvenes de 18 a 25 años, dado que un 5.2 por ciento reportaron que habían utilizado mal las benzodiacepinas en el año anterior, un número más alto que el 5 por ciento de ese grupo de edad que reportaron que utilizaban los medicamentos según la receta.

Richter explicó que "hay una percepción errónea general entre los jóvenes de que los medicamentos recetados son inherentemente más seguros que las drogas ilícitas, algo que sabemos que no siempre es verdad, y que la epidemia actual de opioides recetados ha demostrado que es una idea errónea potencialmente letal".

Añadió que "demasiados jóvenes recurren a estos fármacos para tratar ellos mismos síntomas de estrés y ansiedad, en parte porque las terapias y los tratamientos clínicos son demasiado costosos o inaccesibles, consideran que tardan demasiado tiempo, o que conllevan demasiado estigma".

Además, Richter apuntó que "muchos adultos jóvenes carecen de suficiente seguro; no tienen un médico de atención primaria; se siente abrumados y estresados por las obligaciones laborales, escolares, familiares o sociales; y se han criado en una época en que la norma es que hay 'una pastilla para todo'".

El mal uso de las benzodiacepinas se redujo con la edad, encontraron los investigadores. Fue de un 3.3 por ciento entre los que tenían entre 26 y 34 años, de un 1.7 por ciento entre las personas de 35 a 49, de un 1.4 por ciento entre las personas que tenían de 50 a 64, y de apenas un 0.6 por ciento entre las personas de a partir de 65 años de edad.

La mayor parte de las preocupaciones de seguridad sobre el uso de las benzodiacepinas se han enfocado en los adultos mayores, dijo Maust. Por ejemplo, los sedantes aumentan el riesgo de caídas y fracturas, y también de accidentes de coche y pérdida de la memoria.

Estos resultados muestran que el riesgo de sobredosis se debería considerar con igual ímpetu, en particular entre los grupos con una edad más joven, anotó.

"Si fuera un profesional clínico, mi lista sobre en quién desearía abordar el uso de benzodiacepinas estaría encabezada por las personas a quienes también se receta un opioide", planteó Maust. "La lista continuaría con las personas que beben alcohol, porque una vez más el problema con las benzodiacepinas gira alrededor de otras sustancias o medicamentos que son sedantes, y los malos efectos cuando se toman múltiples cosas que son sedantes".

Las benzodiacepinas se recetan con demasiada frecuencia, dado que las revisiones de las evidencias han mostrado que esos medicamentos tienen poco o ningún valor para tratar la ansiedad, los trastornos de pánico o el insomnio, aseguró Maust.

La terapia cognitivo conductual y la psicoterapia con frecuencia funcionan mejor que las benzodiacepinas, y se ha mostrado que esos fármacos en realidad interfieren con los efectos de esos tratamientos comprobados, añadió.

"Las benzodiacepinas para la ansiedad son como los opioides para el dolor crónico. Hay un pequeño subconjunto de pacientes con afecciones resistentes al tratamiento en los cuales el uso podría resultar adecuado", dijo Maust. "La cantidad actual de uso sobrepasa por mucho lo que la evidencia respaldaría".

El nuevo estudio aparece en una edición reciente en línea de la revista Psychiatric Services.

Más información

El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE. UU. ofrece más información sobre las benzodiacepinas.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2018, HealthDay

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