Ratones bebés que toman antidepresivos crecen deprimidos

Un estudio halla que también desarrollan ansiedad cuando se les administra Prozac genérico

MARTES 26 de octubre (HealthDayNews/HispaniCare) -- Los ratones que recibieron el equivalente genérico del Prozac desde su nacimiento eran más propensos a desarrollar ansiedad y depresión como adultos, según las conclusiones de una nueva investigación.

Aunque el estudio no fue realizado en humanos, plantea preguntas sobre la seguridad de los antidepresivos en mujeres embarazadas y niños pequeños.

"Parece una conclusión razonable el hecho de que estos medicamentos probablemente actúan de manera diferente en un sistema nervioso poco desarrollado que en uno desarrollado", afirmó el Dr. Jay Gingrich, autor principal del estudio que aparece en la edición del 29 de octubre de Science. Gingrich presentó los resultados en la reunión de la Society for Neuroscience celebrada el martes en San Diego.

Los hallazgos aparecen menos de dos semanas luego que la U.S. Food and Drug Administration hiciera obligatorias advertencias más fuertes de "caja negra", la alerta de seguridad más contundente del gobierno, para todos los antidepresivos. Ese paso fue básicamente resultado de una controversia que continúa sobre el uso de antidepresivos en niños y adolescentes.

El año pasado, las autoridades británicas declararon que ningún antidepresivo salvo Prozac debería ser utilizado en niños o adolescentes. A principios de este año, la FDA pidió a los fabricantes de medicamentos que cambiaran la etiqueta de 10 medicamentos para que reflejaran la necesidad de monitorear a los pacientes jóvenes más de cerca. Y en agosto, la FDA desplegó información sobre un análisis realizado por un gran epidemiólogo de la FDA que encontró que, en general los niños que utilizaban antidepresivos eran 1.8 veces más propensos a tener tendencias suicidas que los niños deprimidos que tomaban placebos.

Prozac (nombre genérico fluoxetina) es la única medicación aprobada para tratar la depresión en niños y adolescentes. Sin embargo, se usan otros medicamentos en base a la evidencia de su efectividad en ensayos clínicos.

La fluoxetina es un inhibidor selectivo de la reabsorción de serotonina (ISRS) y funciona bloqueando un transportador de serotonina, de manera que la serotonina esté disponible más fácilmente para los receptores que la necesiten. La serotonina es un neurotransmisor que controla un número de funciones, incluyendo el ánimo, el apetito y los niveles de energía.

Los investigadores han demostrado previamente que ratones alterados genéticamente con el transportador neutralizado muestran más depresión y ansiedad al crecer. Esto fue lo contrario de lo que los científicos habían predicho. "Pensamos que podrían actuar como si recibieran dosis crónicas de ISRS", declaró Gingrich.

Poco tiempo después, investigadores de Nueva Zelanda encontraron que los humanos con una variación genética que alteraba el nivel de expresión de este transportador sufrían de ansiedad y depresión de adultos si eran expuestos a mucho estrés, tales como un divorcio o la pérdida de un trabajo.

Los investigadores actuales han encontrado esencialmente lo mismo en los ratones.

Trataron a los ratones bebés de cuatro a 21 días de nacidos con fluoxetina, dejaron que el grupo creciera con "normalidad", y luego los examinaron cuando alcanzaron la edad adulta. "Los ratones manifestaron casi el mismo comportamiento que los ratones alterados genéticamente. Hubo más comportamiento relacionado con la depresión o la ansiedad", indicó Gingrich.

Parece que la interrupción del transportador de serotonina, incluso una interrupción temporal, podría afectar posteriormente el desarrollo cerebral.

El periodo de desarrollo cerebral estudiado en los ratones correspondía aproximadamente desde el último trimestre de embarazo hasta los 8 años de edad en un humano. "Desconocemos si periodos más cortos o más largos producirían lo mismo", señaló Gingrich.

Otros expertos han advertido que a los niños de esta edad no se les debería recetar un antidepresivo.

Sin embargo, todavía queda pendiente la cuestión de que una madre embarazada consuma ISRS. "El porcentaje de mujeres y niños expuestos a medicamentos parece estar en aumento, y esto me preocupa", declaró Gingrich. "Estos resultados aparecen en ratones. No sabemos si se pueden extrapolar a los humanos, pero, si es así, podría tratarse de algo muy serio. Estamos hablando de efectos a largo plazo no previstos que pueden incrementar el riesgo de personas que ya están en un riesgo algo más alto".

La recomendación de Gingrich para las mujeres embarazadas es la misma: Los medicamentos antidepresivos deberían ser considerados únicamente después de que se hayan intentado otras opciones. "Una vez éstas se agoten, se encuentra en una situación en la que simplemente se debe tomar la mejor decisión", añadió. "No será una decisión fácil. Lo que esto si añade es quizá un hallazgo más en cuanto al aspecto negativo que las personas deben tomar en cuenta en términos de riesgo versus beneficio. Aunque se trata de un riesgo hipotético, sigue siendo un riesgo".

Más información

La U.S. Food and Drug Administration tiene más información sobre los antidepresivos utilizados en niños, adolescentes y adultos.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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