El quince por ciento de los adolescentes de EE. UU. piensa que morirá joven

La relación entre la conducta arriesgada y una perspectiva pesimista sorprende a los expertos
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LUNES, 29 de junio (HealthDay News/Dr. Tango) -- Un nuevo estudio encontró que casi el quince por ciento de los adolescentes estadounidenses cree que morirá antes de los 35 años, una perspectiva muy relacionada con conductas arriesgadas, y algo que desafía la idea de que tales conductas reflejan un sentimiento juvenil de inmortalidad.

"Investigaciones anteriores han mostrado que, por lo general, los adolescentes no son peores que los adultos en cuando a la percepción de su propia vulnerabilidad y afortunadamente la mayoría de los adolescentes de este país no consideran que su riesgo de muerte precoz sea alto", anotó la autora del estudio, la Dra. Iris Wagman Borowsky, profesora asociada de pediatría de la Universidad de Minnesota. "Pero encontramos que más de uno de cada siete jóvenes tiene una perspectiva pesimista sobre la mortalidad futura y es más propenso a tomar riesgos".

"Entonces, como pediatra, esto me dice que debo evaluar la capacidad de mis pacientes jóvenes para verse a sí mismos en el futuro", añadió Borowsky. "Y cuando veo un problema, intento averiguar cómo transmitir optimismo y esperanza, ya que sé que un punto de vista pesimista podría ser un indicador de conductas arriesgadas en el futuro".

Los hallazgos, que aparecen en la edición de julio de la revista Pediatrics, se basan en un seguimiento de tres años de las actitudes y conductas entre 20,594 adolescentes que estaban entre el séptimo y el duodécimo grado cuando comenzó el estudio.

Se entrevistó a los adolescentes de forma periódica para medir sus opiniones sobre la mortalidad personal y para evaluar qué tanto participaban en conductas como intentos de suicidio, uso de drogas ilegales, sufrir heridas relacionadas a pleitos que requirieran atención médica, tener relaciones sexuales sin protección, ser arrestados por la policía y contraer VIH o SIDA.

Las entrevistas revelaron que casi el quince por ciento de los adolescentes consideraba que tenía apenas 50 por ciento de probabilidades de llegar a los 35 con vida.

La raza y el estatus económico parecieron afectar el riesgo de esa creencia. Alrededor del diez por ciento de los adolescentes blancos tenía este punto de vista pesimista, frente al quince por ciento de los asiáticos, el 21 por ciento de los hispanos, el 26 por ciento de los afroestadounidenses y el 29 por ciento de los indígenas estadounidenses.

El estudio también encontró que el estado mental y la conducta de un adolescente se influenciaban de manera mutua. Por ejemplo, un adolescente que preveía una vida corta durante una entrevista temprana tenía más probabilidades de luego participar en conductas arriesgadas y los adolescentes que participaban en tales conductas durante el primer año del estudio eran más propensos a desarrollar un punto de vista pesimista sobre el futuro.

Borowsky sugirió que los esfuerzos para prevenir ese ciclo de percepciones sesgadas y conductas arriesgadas entre los adolescentes deben enfocarse en factores críticos para crear optimismo entre los jóvenes.

"Sabemos que la escuela es importante, al igual que el hogar y los padres", aseguró. "El concepto de la conexión con los padres y la familia es tan importante para los jóvenes. Divertirse con la familia y tener padres con los que puedan comunicarse y que les digan que les quieren. Y tener escuelas que creen un clima en que los estudiantes se sientan conectados y seguros es muy importante. Los mensajes mediáticos positivos también tienen que ver. Se trata de cosas que podrían prevenir el desarrollo de un punto de vista pesimista en los jóvenes".

Freya Sonenstein, profesora y directora del Centro de promoción de la salud y prevención de enfermedades en adolescentes de la Facultad de salud pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, apuntó que abordar los problemas de percepción resaltados en el estudio amerita tanto consejería personal como un reconocimiento de esos problemas sociales de mayor envergadura que tal vez estén haciendo bajar el optimismo de los adolescentes.

"Particularmente en los lugares en donde hay una concentración grande de personas que viven en la pobreza, con frecuencia jóvenes de minorías que viven en barrios pobres con índices muy elevados de violencia y uso de drogas, este tipo de hallazgo no resulta sorprendente", señaló Sonenstein. "Para comprenderlo, lo único que hay que hacer es ver la ciudad de Baltimore, donde vivo".

"Así que es importante pensar en estrategias (programas de intervención como los que tenemos que trabajan con niños en temas de salud mental) para lograr que los jóvenes sean más optimistas", enfatizó. "También es muy importante que los médicos y otros profesionales clínicos reconozca estas expectativas de muerte temprana como marcador de conductas de alto riesgo".

"Pero también hay que buscar un poco más a fondo y ver la situación estructural que hace que estos chicos pierdan el optimismo en primer lugar", aconsejó Sonenstein. "Es igual de importante".

Más información

El Instituto Nacional de Salud Mental de los EE. UU. tiene más información sobre la salud mental de los adolescentes.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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