El ritmo circadiano nunca se ajusta al horario de verano

Los expertos señalan que no se puede engañar a la Madre Naturaleza

MIÉRCOLES 24 de octubre (HealthDay News/Dr. Tango) -- Cambiar al horario de verano podría darle a mucha gente una hora más de luz solar, pero parece que el reloj interno nunca se ajusta realmente a ese cambio, según informan investigadores alemanes.

De hecho, el horario de verano puede causar molestias de temporada significativas que podrían tener otros efectos sobre nuestros organismos, según el informe que aparece en la edición en línea del 24 de octubre de Current Biology.

"Cuando se cambian los relojes al horario de verano, no se cambia nada relacionado con el horario solar", explicó el investigador principal Till Roenneberg, de la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich. "Es una de esas arrogancias humanas, que podemos hacer lo que deseamos siempre y cuando tengamos disciplina. Nos olvidamos de que existe un reloj biológico que es tan antiguo como los organismos vivos, un reloj que no puede engañarse. El cambio puramente social de la hora no puede engañar al ritmo circadiano".

El ritmo circadiano de las personas sigue al sol y cambia dependiendo de dónde se vive. En realidad cambia en intervalos de cuatro minutos, exactamente el tiempo que el sol tarda en cruzar una línea de longitud, explicó Roenneberg.

"El reloj circadiano no cambia con el cambio social", señaló Roenneberg. "Durante el invierno, hay un hermoso seguimiento del amanecer en la conducta de sueño humana, que se interrumpe de manera completa e inmediata cuando se introduce el horario de verano en marzo", afirmó. Añadió que vuelve a la normalidad este año cuando regrese el horario estándar el cuatro de noviembre.

El horario de verano podría ser una causa de lo que Roenneberg llama nuestra falta de temporalidad. Por temporalidad, se refiere a que nuestro reloj interno está en sintonía con el cambio natural de la luz durante el año. "Esto podría tener efectos a largo plazo", afirmó.

En el estudio, el grupo de Roenneberg recolectó datos de los patrones de sueño de 55,000 personas de Europa central. Los investigadores encontraron que el horario de sueño en los días libres de trabajo cuando entraba en efecto el horario de verano seguía la progresión estacional del amanecer bajo el horario estándar, pero no bajo el horario de verano.

En otro estudio, el grupo de Roenneberg evaluó el horario de sueño y actividad durante ocho semanas durante el cambio al horario de verano en cincuenta personas, tomando en cuenta las preferencias naturales de horario, o "cronotipo", de cada persona, lo que varía desde aquellos que prefieren la mañana hasta los amantes de la noche.

Tanto para los que gustaban de la mañana como de la noche, el horario de sueño y de actividad máxima se ajustaba fácilmente cuando el horario de verano terminaba en otoño. Sin embargo, nunca se ajustaba al regreso del horario de verano en la primavera. Esto fue especialmente verdad para los amantes de la noche, los que se acuestan tarde y se levantan tarde.

"Si no cambiáramos al horario de verano, la gente se ajustaría al amanecer durante el verano y una vez más en otoño", afirmó Roenneberg. "Pero el horario de verano interrumpe este ajuste natural", dijo.

Un experto considera que el horario de verano es sólo una de las maneras en que tratamos de engañar el reloj biológico.

"No es sorprendente que cuando se cambie el horario para responder a algo además del sol y la luz diurna, los distintos cronotipos tengan dificultades", señaló el Dr. Louis Ptacek, investigador del Instituto médico Howard Hughes y profesor distinguido de enfermedades neurodegenerativas John C. Coleman de la Universidad de California en San Francisco.

"Antes de la iluminación artificial, los humanos tendían a vivir con mayor dependencia del ciclo solar", apuntó Ptacek. "Ahora, la gente permanece despierta toda la noche y enciende las luces, lo que afecta nuestro reloj biológico. No hay duda de que hemos estado cambiando nuestros relojes mucho antes de que empezáramos con el horario de verano".

Así que no es sorprendente que el horario de verano afecte nuestro reloj interno, dijo Ptacek. Sin embargo, no es más antinatural que nuestro uso de luz artificial, anotó.

Ptacek añadió que no hay motivo para abandonar el horario de verano. "El horario de verano podría tener beneficios para la sociedad, como ahorrar energía", apuntó. En cualquier caso, no es más problemático que otras cosas que hacemos para manipular el horario, afirmó.

Sin embargo, otro experto considera que el horario de verano en realidad no es útil.

"No creo que cambiar al horario de verano sea valioso", afirmó Ralph Downey III, jefe de medicina del sueño del Centro médico de la Universidad de Loma Linda, California. "Para el reloj del cuerpo, las cinco en punto son las cinco en punto", dijo. "Pero socialmente, las cosas cambian, y eso también es algo que da tiempo".

Más información

Para más información sobre el ritmo circadiano, visite los U.S. National Institute of Mental Health.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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