LUNES 12 de junio (HealthDay News/HispaniCare) -- Contradiciendo los informes recientes de que podrían aumentar el riesgo de suicidio entre sus usuarios, un estudio importante reciente encuentra que los antidepresivos conocidos como inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) en realidad han salvado miles de vidas previniendo suicidios desde que fueron lanzados al mercado en 1988.
Los beneficios de los ISRS fueron particularmente pronunciados entre las mujeres, según afirmaron los autores de un estudio independiente que aparece en la edición de junio de la publicación PLoS Medicine.
"A medida que la cantidad de recetas [de ISRS] aumenta, la cantidad de suicidios disminuye", explicó el Dr. Julio Licinio, presidente del departamento de psiquiatría y ciencias de la conducta de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami. "No veo cómo estos medicamentos podrían estar causando suicidios si los índices [de suicidio] están en realidad disminuyendo".
Licinio fue el autor principal del estudio, que fue llevado a cabo mientras trabajaba en la Universidad de California en Los Ángeles.
Los hallazgos parecen concordar con la experiencia clínica de otros trabajadores psiquiátricos.
"He visto cómo es de tremenda la ayuda de los ISRS para las personas", afirmó Helen Stavros, trabajadora social del departamento de psiquiatría del Sistema de Salud Ochsner de Nueva Orleáns. "Nunca he visto a nadie volverse suicida por de tomar antidepresivos". Stavros comenzó a trabajar en la Ochsner en 1987, poco antes de la aprobación del primer ISRS, Prozac.
Otro experto declaró que el hallazgo es interesante, pero añadió una advertencia.
"Los resultados de este estudio coinciden con informes anteriores. Afortunadamente, los índices de suicidio han estado en declive desde el principio de los 90. Si bien esto se correlaciona con el aumento en el uso de antidepresivos ISRS, entre ellos la fluoxetina, ese hallazgo por sí mismo no demuestra una relación causal", señaló el Dr. David Fassler, profesor clínico de psiquiatría del Colegio de Medicina de la Universidad de Vermont, en Burlington.
Añadió que "hay muchas variables más que intervienen, entre ellas factores socioeconómicos, acceso a medicamentos, alcohol y armas de fuego, así como mejoras en la atención médica de emergencia".
En los últimos años se ha visto un debate prolongado sobre la seguridad del uso de antidepresivos, especialmente en niños y adolescentes.
En octubre de 2004, la U.S. Food and Drug Administration indicó a los fabricantes de ISRS que revisaran sus etiquetas e incluyeran una advertencia de "recuadro negro" que advirtiera a los proveedores de atención sanitaria sobre un aumento en el riesgo de suicidio entre niños y adolescentes.
En julio de 2005, la FDA publicó una notificación de salud pública que presentaba la posibilidad de que el riesgo de suicidio también aplicara para los adultos que tomaban ISRS, luego de que varios estudios apuntaran a tal posibilidad.
Mientras tanto, la European Medicines Agency (EMEA) concluyó el jueves que niños de hasta ocho años pueden recibir Prozac.
El grupo declaró que el medicamento es seguro para los jóvenes, a pesar de preocupaciones de que pueda desencadenar sentimientos suicidas en los pacientes. El mandato añadió que Prozac debe ser administrado sólo en niños que tengan depresión entre moderada y grave que no hubieran respondido a varias sesiones de psicoterapia. También señalaba que el medicamento sólo debía ser administrado en dosis pequeñas y que debe ser usado en conjunto con psicoterapia.
Las autoridades sanitarias británicas también declararon que ningún antidepresivo, excepto Prozac, debería ser utilizado en niños o adolescentes.
El trastorno depresivo mayor, para el que con frecuencia se recetan ISRS, afecta a alrededor del 10 por ciento de los hombres y el 20 por ciento de las mujeres estadounidenses en algún momento de sus vidas. En cualquier momento, el 3 por ciento de la población sufre del trastorno (y el 10 por ciento de las personas de mayor edad).
Para este estudio, los autores analizaron los datos federales sobre los índices de suicidio desde 1960, junto con las ventas de la fluoxetina (Prozac) desde que comenzó a estar disponible en 1988. El análisis continuó hasta 2002.
"Usamos Prozac como parámetro para esta clase de medicamentos", explicó Licinio.
Entre principios de los 60 y 1988, los índices de suicidio se mantuvieron relativamente estables y fluctuaron entre 12.2 por 100,000 y 13.7 por 100,000.
Sin embargo, desde 1988, los índices de suicidio han estado en declive gradual, con el punto más bajo de 10.4 por 100,000 en 2000. Durante el mismo periodo de tiempo, las recetas de Prozac aumentaron, de 2,469,000 en 1988 a 33,320,000 en 2002.
Usando modelos matemáticos, los investigadores estimaron los índices de suicidio si las tendencias anteriores a 1988 hubieran continuado.
"En promedio, calculamos que si las tendencias anteriores a 1988 se hubieran mantenido, habrían habido 33,600 suicidios adicionales", afirmó Licinio. "Consideramos que esto [los ISRS] ha tenido un impacto sustancial en la cantidad de suicidios".
Con esto en mente, las medidas para restringir el uso de antidepresivos ISRS podrían tener un efecto perjudicial, afirmaron los investigadores.
Más información
Para más información sobre la depresión, diríjase a la U.S. National Alliance on Mental Illness.
