Los problemas sociales en la juventud contribuyen a la ansiedad y la depresión

Un estudio señala que los que son aceptados desde un principio por los amigos crecen más sanos que los que son rechazados

MIÉRCOLES 26 de marzo (HealthDay News/Dr. Tango) -- Una investigación sugiere que los niños que tienen problemas para forjar relaciones sociales y ser aceptados por los amigos son más propensos a la ansiedad y a la depresión que cuando ocurre lo contrario, sobre todo durante la transición de la adolescencia a la adultez temprana.

El estudio, realizado por investigadores de las universidades de Vermont y Minnesota, halló que los jóvenes que inicialmente tenían más problemas "de interiorización" como la ansiedad y la depresión eran más propensos a tener esos problemas en la adolescencia y en la primera etapa de la juventud. Pero los que eran socialmente competentes desde un comienzo tenían estas mismas habilidades a medida que crecían.

Además, el estudio, publicado en la edición de marzo y abril de Child Development, halló evidencia de efectos secundarios, en los que los problemas sociales contribuían a incrementar la interiorización de los síntomas con el tiempo.

"En términos generales, nuestra investigación sugiere que la habilidad social, tal como ser aceptado por los compañeros y forjar relaciones sanas, es una influencia clave en el desarrollo futuro de problemas interiorizados como ansiedad y depresión, sobre todo en los años de transición de la adolescencia a la edad adulta", dijo el autor principal del estudio Keith Burt, profesor de psicología de la Universidad de Vermont. "Estos resultados sugieren que aunque los problemas de interiorización logran cierta estabilidad con el tiempo, también hay espacio para la intervención y el cambio. Más específicamente, los jóvenes en riesgo de problemas de interiorización podrían beneficiarse de intervenciones que se centran en la creación de relaciones saludables con los compañeros".

El estudio hizo seguimiento a 205 individuos desde la infancia intermedia (de 8 a 12 años) hasta la edad adulta de más de 20 años. Los investigadores se valieron de entrevistas detalladas con los participantes e informes de los padres, profesores y compañeros de clase para crear medidas de los llamados problemas de interiorización (ansiedad, estado de ánimo deprimido e introversión) y la habilidad social (qué tan bien se relaciona un individuo con otras personas, sobre todo respecto a cómo se lleva con los demás y forma relaciones estrechas). Luego examinaron cómo estas medidas se correlacionaban a lo largo del tiempo.

Los niños que eran menos competentes socialmente en la infancia eran más propensos a tener síntomas de ansiedad o un estado de ánimo deprimido en la adolescencia, de acuerdo con los hallazgos. Del mismo modo, los jóvenes que eran menos competentes socialmente en la adolescencia estaban en mayor riesgo de síntomas de ansiedad y depresión en la primera etapa de la adultez. Los resultados fueron generalmente los mismos para ambos sexos.

Los hallazgos continuaron siendo los mismos después que los investigadores tomaron en cuenta otras posibles explicaciones, tales como el funcionamiento intelectual, la calidad de la crianza, la clase social y problemas tales como peleas, mentiras y robos.

Más información

El U.S. National Institute of Mental Health tiene más información sobre la salud mental en la infancia y la adolescencia.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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