El cambio climático y el esmog podrían significar más bebés prematuros, según un estudio

smog in china
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JUEVES, 18 de junio de 2020 (HealthDay News) -- Más malas noticias asociadas con el cambio climático: las mujeres embarazadas expuestas a la contaminación del aire o las olas de calor se enfrentan a un riesgo más alto de tener un bebé prematuro o con bajo peso, encuentra una nueva revisión de la investigación.

La revisión de 68 estudios de todas partes de Estados Unidos encontró que la gran mayoría llegaron a la misma conclusión: los bebés tenían un riesgo más alto cuando sus madres vivían en áreas con una peor calidad del aire o un calor más bochornoso.

"En su mayor parte, los datos apuntan en la misma dirección", señaló el investigador principal, el Dr. Bruce Bekkar, médico de salud de las mujeres, jubilado del Grupo Médico Permanente del Sur de California, en San Diego.

No es posible "cuantificar" los riesgos, dijo Bekkar. Todos los estudios de la revisión se realizaron de forma distinta, y observaron distintos resultados. En vez de ello, los investigadores deseaban observar si los estudios eran constantes en las asociaciones que encontraron.

"Y hubo una asociación positiva constante y potente entre la contaminación del aire y la exposición al calor, y estos malos resultados del embarazo", apuntó Bekkar.

Y todo esto plantea preocupaciones sobre los posibles efectos de salud del cambio climático, comentó Bekkar. El calentamiento global, anotó, no solo fomenta unos "eventos climáticos extremos" (como las olas de calor, las sequías y las inundaciones), sino que también se relaciona estrechamente con la contaminación del aire, y ambas cosas se impulsan entre sí.

"No puedo pensar en un grupo que debamos proteger más que a las mujeres embarazadas y a sus hijos", enfatizó Bekkar.

Él y sus colaboradores reportaron los hallazgos en la edición en línea del 18 de junio de la revista JAMA Network Open.

La revisión incluyó a 68 estudios realizados en varios estados de EE. UU., que abarcaron a un total de casi 32.8 millones de nacimientos.

De 57 estudios que observaron la contaminación del aire, un 84 por ciento encontraron que las mujeres en las áreas más contaminadas tenían un riesgo más alto de un resultado negativo del embarazo. Lo mismo sucedió con nueve de cada 10 estudios sobre la exposición al calor.

La mayoría de los estudios observaron el riesgo de los recién nacidos de ser prematuros o de tener un peso insuficiente. Pero algunos examinaron a los mortinatos, y en gran medida encontraron un riesgo más alto con una mayor exposición al aire contaminado y al calor.

Los estudios no pudieron medir la exposición real de las mujeres embarazadas a los contaminantes en sus vidas diarias. En vez de ello, Bekkar dijo que observaron unos patrones más amplios, por ejemplo si los nacimientos prematuros eran más comunes en los códigos postales con un aire de peor calidad.

Es difícil distinguir entre los efectos del aire contaminado o del calor de los muchos factores adicionales que afectan a los resultados del embarazo, según el Dr. Rahul Gupta, director médico de March of Dimes, una organización sin fines de lucro.

Sin embargo, Gupta apuntó que "observamos una cantidad creciente de datos que demuestran una asociación".

Más allá de esto, dijo Gupta, hay motivos biológicos por los cuales tanto el aire contaminado como unas temperaturas altas pudieran ser riesgosos para las futuras madres.

Los minúsculos trozos de materia contaminada que se encuentran en el aire contaminado se pueden inhalar profundamente en los pulmones, y provocar una inflamación generalizada en el cuerpo. Las mujeres con afecciones crónicas de la salud, como el asma, quizá sean particularmente susceptibles, anotó Gupta. En consonancia con esto, la revisión encontró que el vínculo entre el aire contaminado y las complicaciones del embarazo fue más potente entre las mujeres con asma.

El calor bochornoso es un problema en parte porque el embarazo altera la capacidad del cuerpo de regular la temperatura, explicó Gupta. La investigación sugiere que el calor podría contribuir al parto prematuro o a un peso bajo al nacer al alterar el flujo sanguíneo a la placenta, o al provocar deshidratación, entre otras rutas.

La Dra. Linda Giudice escribió un editorial que se publicó junto con la revisión. Afirmó que los hallazgos son "llamativos", porque a pesar de las muchas diferencias en la forma en que se realizaron los estudios, la mayoría llegaron a la misma conclusión general.

Giudice es fundadora del Programa de Salud Reproductiva y el Ambiente de la Universidad de California, en San Francisco. Apuntó a algunas medidas que las mujeres pueden tomar para protegerse: no fume, e intente evitar el humo de segunda mano y la contaminación del tráfico.

Pero para las personas que desean ver unas iniciativas más amplias, tanto Giudice como Bekkar recomendaron propugnar políticas dirigidas al cambio climático, y que voten en consecuencia.

De hecho, el cambio climático es un problema de salud pública que requiere una respuesta de la sociedad, aseguró Gupta.

En general, las mujeres con unos ingresos bajos y las mujeres de color tienen las tasas más altas de nacimientos prematuros y de peso bajo al nacer en Estados Unidos. También se exponen al aire contaminado de forma desproporcionada, lamentó Gupta. Sin embargo, añadió, cuentan con menos recursos para protegerse.

Más información

La Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (International Federation of Gynecology and Obstetrics) ofrece más información sobre el cambio climático y la salud.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2020, HealthDay

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