Los padres de hijos divorciados se enfrentan a un riesgo doble de accidente cerebrovascular de por vida, según un estudio

Pero los investigadores enfatizan que no es seguro que haya una relación causal
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LUNES, 22 de noviembre (HealthDay News/HolaDoctor) -- Los hijos de padres divorciados parecen tener más del doble de riesgo de por vida de experimentar un accidente cerebrovascular (ACV) que aquellos de padres cuyo matrimonio permanece intacto en la niñez, según sugiere una investigación reciente.

El hallazgo proviene de una encuesta de más de 13,000 canadienses, de los cuales alrededor del diez por ciento sufrió el divorcio de sus padres cuando eran niños pequeños o adolescentes.

"Ciertamente no quiero que se crea que esto significa que los hijos de hogares divorciados están condenados a sufrir ACV", enfatizó la autora del estudio, la Dra. Esme Fuller-Thomson, profesora y catedrática Sandra Rotman en las facultades de trabajo social, medicina y enfermería de la Universidad de Toronto.

"Se trata de un factor de muchos que podrían aumentar el riesgo de ACV", señaló. "Y no sabemos si es causal, o sea si el divorcio lleva al accidente cerebrovascular. Tal vez cosas relacionadas con el divorcio tengan que ver, pero no el divorcio en sí. Simplemente, aún no lo sabemos".

Fuller-Thomson presentará los hallazgos del equipo el lunes en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Gerontología (Gerontological Society of America) en Nueva Orleáns.

Para explorar el tema, los autores estudiaron datos que Statistics Canada, el equivalente canadiense de la Oficina de Censos de EE. UU., recolectó en 2005.

El estudio actual se enfocó en los participantes de la encuesta de dos provincias canadienses, Manitoba y Saskatchewan.

Casi 1,400 de los 13,000 encuestados habían vivido el divorcio de sus padres, y poco menos de dos por ciento (248) dijeron que en algún momento habían sufrido un ACV.

El equipo de investigación observó una amplia variedad de factores de influencia potenciales, entre ellos la edad, la raza, el sexo, el estatus socioeconómico, los antecedentes educativos, la historia de salud mental en la adultez, los antecedentes de abuso físico en la niñez, el desempleo de los padres a largo plazo, problemas de estilo de vida (como obesidad y conductas de consumo de tabaco y alcohol) y antecedentes de diabetes.

En última instancia, los investigadores determinaron que ninguna de esas variables explicaban el hallazgo final: los hijos de padres divorciados parecen tener aproximadamente 2.2 veces más riesgo de por vida de sufrir un accidente cerebrovascular.

"Esto debe replicarse varias veces para asegurar que realmente hay una relación", advirtió Fuller-Thomson. "Pero si se sostiene, una explicación posible es que las experiencias infantiles adversas pueden grabarse físicamente en la forma en que se reacciona al estrés más adelante, sobre todo en términos de disfunciones en los niveles de corticol, que tiene que ver con el mecanismo de lucha o huida. Es posible. Pero en este momento, es tan sólo una hipótesis", añadió.

"La otra cosa importante a tomar en cuenta es que aunque se pruebe que el divorcio causa ACV, muchas de estas personas que evaluamos que sufren de ACV tienen ahora 60, 70 u 80 años", anotó. "Eso significa que experimentaron un divorcio en las décadas de los 30, los 40 y los 50, cuando las consecuencias y el contexto del divorcio eran bastante distintos. Así que no podemos tomar su experiencia y proyectarla al futuro, dado que hoy día ser hijo de divorciados es muy distinto. Esto es novedoso e interesante, pero realmente no hay que entrar en pánico".

Por otro lado, el Dr. Kirk Garratt, director clínico de investigación cardiovascular intervencionista del Hospital Lenox Hill de North Shore-Long Island Jewish Systems en la ciudad de Nueva York, concurrió en que es prematuro sacar conclusiones en base al hallazgo.

"Pero ciertamente estimula la discusión, porque deseamos comprender cuál es el mecanismo real que lo subyace, sobre todo dado que el divorcio en sí probablemente no sea un factor de riesgo modificable. O sea, no se le puede decir a la gente que no se divorcie porque provocarán ACV en sus hijos", explicó.

"Lo que vale la pena ver no es el tema socialmente cargado del divorcio en sí, sino cuál es el trauma social particular que podría conllevar el divorcio que quizás altere algo fisiológicamente en los hijos de parejas divorciadas. Y eso podría dar alguna dirección a estudios sobre el estrés, y cómo el estrés puede causar daño físico real".

Más información

Para más información sobre el divorcio, los niños y el estrés, visite la Nemours Foundation.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor

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