La seguridad alimentaria en los EE.UU.: Una lista de compras de soluciones

Entre las propuesta se encuentra crear una 'superagencia', aumentar la financiación de la FDA y el fomento de alianzas globales
Tercera entrega de tres

MIÉRCOLES 16 de enero (HealthDay News/Dr. Tango) -- Con cada nueva retirada de otro producto básico de la dieta estadounidense, las demandas de una solución para el problema de la seguridad alimentaria se vuelven más estridentes.

Las propuestas de soluciones varían desde la reconstrucción de la U.S. Food and Drug Administration para convertirla en una agencia de vigilancia más poderosa hasta reformar el sector alimentario para que pueda monitorizarse mejor a sí mismo.

Todas las ideas buscan modernizar un sistema que parece haberse vuelto completamente anticuado.

"La comida no se produce, procesa ni distribuye como hace veinte o treinta años", señaló el Dr. Pascal James Imperato, ex comisionado de salud de la ciudad de Nueva York, que ahora dirige el departamento de medicina preventiva y salud comunitaria del Centro médico del sur del estado de la Universidad de Nueva York, en esa ciudad. "La agricultura es ahora una agroindustria importante y eso introduce una variedad de problemas que no existían antes. Es algo mucho más complicado y no puede abordarse mediante regulaciones escritas hace treinta años".

El creciente apetito por alimentos importados al país recarga aún más los esfuerzos por proteger a los consumidores de los EE.UU. Los estadounidenses consumen actualmente $70 mil millones de alimentos extranjeros, frente a $36 mil millones hace apenas una década.

La confusa mezcla actual de regulaciones alimentarias simplemente se adoptaron a medida que se presentaba la necesidad, señalan los expertos.

"Tenemos un sistema que se desarrolló orgánicamente desde principios del siglo [XX]", explicó Jessica Milano, quien escribió un informe sobre la seguridad alimentaria llamado Spoiled: Keeping Tainted Food Off America's Tables (Contaminados: Manteniendo los alimentos contaminados lejos de las mesas estadounidenses), que fue publicado en septiembre por la organización sin fines de lucro Progressive Policy Institute. "A medida que las economías se desarrollaron con más fabricantes comerciales de alimentos y productos de ingredientes múltiples, hay ciertos solapamientos y redundancias".

Esos solapamientos y redundancias han dejado a los reguladores y productores incapaces de garantizar la seguridad de todos los alimentos en los Estados Unidos, afirman los críticos.

Las soluciones al problema caen en dos amplias categorías, las reformas ordenadas por el gobierno y las que genera el sector alimentario mismo. La forma de implementación de tales reformas depende de si los alimentos se cultivan en el país o en el exterior.

Las reformas más discutidas incluyen crear una nueva "superagencia" que supervisaría la seguridad alimentaria (en estos momentos la responsabilidad se divide entre la FDA y el U.S. Department of Agriculture), aumentar la financiación y por tanto el personal de la FDA y darle a la FDA autoridad para realizar retiradas de productos alimentarios contaminados.

Por su parte, la Grocery Manufacturers Association, que representa a los principales productores de alimentos de la nación, develó un plan de cuatro partes en septiembre que afirmó que estaba diseñado para proteger mejor la importación de alimentos. Entre sus características estaba conceder a las empresas extranjeras y a los países que tuvieran buenos antecedentes de seguridad autorizaciones aceleradas en las inspecciones en los EE.UU., lo que le permitiría así que la FDA se "enfoque más en los productos que representan el mayor riesgo", y aumentar los esfuerzos en otros países por mejorar los estándares de seguridad.

Una 'superagencia' federal con poderes de supervisión

La reforma más frecuentemente mencionada conlleva que una sola entidad sea responsable por la inspección de alimentos. Actualmente, la FDA y el USDA trabajan en áreas separadas que con frecuencia se solapan para supervisar la seguridad alimentaria. Algo que complica más el asunto es que el USDA recibe el ochenta por ciento del presupuesto de seguridad alimentaria para regular el veinte por ciento de los alimentos, mientras que la FDA recibe el veinte por ciento del presupuesto para supervisar el ochenta por ciento de la comida del país.

La idea de una "superagencia" tiene muchos defensores, entre ellos el Senador Carl Levin (D-Mich.), presidente del Subcomité permanente de investigaciones del Comité de asuntos gubernamentales y seguridad nacional.

"[Las agencias federales] se entorpecen entre sí", afirmó Milano. "Hay una magnífica oportunidad para aumentar la eficiencia al tener una agencia con una misión clara".

Michael Doyle, microbiólogo y director del Centro de seguridad alimentaria de la Universidad de Georgia en Griffin, se mostró de acuerdo.

"Realmente tiene que haber una sola agencia de seguridad alimentaria para que no se tenga todo ese ridículo solapamiento y duplicación", afirmó. "Cuando se separa en distintas agencias hay mucha lucha interna burocrática".

Tal fusión también resolvería el desequilibrio actual en los presupuestos y responsabilidades de las agencias. La división de inspección alimentaria de la FDA (que, según coincide la mayoría, cuanta con fondos demasiado exiguos) tiene la responsabilidad de inspeccionar todos los alimentos, menos la carne, las aves y los huevos, que son responsabilidad del USDA, que cuenta con una mejor financiación.

Aunque el concepto de "superagencia" ha sido implementado en otros países, muchos observadores dudan de que esto suceda en los EE.UU.

"Parece que el sector no lo apoya, así que no sucederá", afirmó Michael Hansen, científico principal de Consumers Union.

"Tiene que haber voluntad en el Congreso para hacerlo y la rama ejecutiva tiene que estar dispuesta a enfrentarse al problema", dijo Imperato. "A menos que lo hagan, las cosas seguirán igual, lo que he visto hasta ahora".

Cuando se le preguntó sobre una agencia de supervisión para las inspecciones alimentarias, Michael Rogers, director de la Oficina de investigaciones de campo de la FDA, aseguró que un espíritu de cooperación, y no de confusión, es lo que mejor describe la relación entre las dos agencias. "Creo que ambas agencias comprenden sus papeles y responsabilidades", destacó.

La contraparte de Rogers en el USDA se mostró de acuerdo. "En este momento, la meta es continuar aumentando la colaboración entre las agencias y mejorando el sistema de seguridad alimentaria", dijo el Dr. Roger Raymond, subsecretario de Seguridad alimentaria de la agencia.

Llamamiento para que la FDA tenga autoridad de retirada

También está el problema de la FDA y la autoridad para realizar retiradas obligatorias. Todas las retiradas recientes, desde la espinaca hasta el chocolate de repostería, han sido voluntarias por parte del fabricante o distribuidor. El único artículo alimentario que la FDA tiene la autoridad de retirar es la fórmula para bebés.

Una solución obvia sería concederle tal autoridad. ¿Es probable que suceda?

En noviembre, las autoridades de la FDA emitieron una serie de propuestas conocidas como el Plan de protección de alimentos, que proponía tener autoridad para retirar productos alimentarios, pero el plan sigue en proceso en el Congreso.

"Me parece que algún día la FDA recibirá autoridad para obligar las retiradas, pero podría ser dentro de uno o dos años", dijo Doyle. "Se necesitará una ley del Congreso para darle autoridad de retirada a la FDA".

Sin embargo, un ex comisionado de la FDA no considera que la autoridad de retirada representaría mucha diferencia.

"Es útil, pero los profesionales de la FDA señalan que a la autoridad de retirada se le da demasiada importancia porque la FDA por lo general acude al productor y le informa que hay un problema con los alimentos y que deben ser retirados, cosa que el productor siempre hace", señaló Bill Hubbard, quien fue comisionado asociado de la FDA durante catorce años antes de retirarse en 2005.

Supervisión de los alimentos importados

Las soluciones a los problemas con los alimentos importados básicamente son iguales que para los domésticos, es decir, crear una superagencia de supervisión general, una distribución más equilibrada de la financiación y las responsabilidades de la FDA y el USDA, y otorgar a la FDA autoridad para las retiradas.

La necesidad de soluciones toma una urgencia añadida por el aumento en el consumo de alimentos importados en los últimos diez años. Las estadísticas gubernamentales muestran que sólo entre 2003 y 2005, las importaciones de alimentos aumentaron de 9.3 millones de envíos a 13.8 millones de envíos al año. Actualmente, los alimentos importados conforman el trece por ciento de la dieta estadounidense típica.

Pero según Milano "debido a que el volumen de las importaciones sigue creciendo pero la cantidad de inspectores [de la FDA] no lo hace, el porcentaje de alimentos que en realidad se comprueba está disminuyendo".

Las estadísticas de la propia FDA muestran que sus inspectores muestren apenas el 1.3 por ciento de todos los alimentos enviados a los Estados Unidos desde otros países.

Aparte de crear una "superagencia" federal, hay otra solución obvia. Darle a la FDA, sobre todo, más dinero para aumentar la cantidad de inspectores e inspecciones de bienes importados.

Suena sencillo. Sin embargo, consta en el registro del testimonio ante una audiencia del Congreso reciente sobre el problema de la seguridad alimentaria que el secretario del U.S. Department of Health and Human Services Mike Leavitt dijo que "no podemos inspeccionar hasta alcanzar la seguridad".

"El gobierno federal no puede, y no debe, intentar inspeccionar físicamente todo producto que entre a los Estados Unidos", afirmó. "Hacerlo paralizaría el comercio internacional de este país".

Aún así, los críticos de la agencia afirman que una mayor financiación y poderes más amplios para monitorizar los alimentos extranjeros sólo podría beneficiar a la FDA.

La tercera alternativa, la menos radical, para mejorar la supervisión de alimentos importados es darle a la agencia autoridad para las retiradas. La FDA rutinariamente retira del mercado los medicamentos nocivos, pero no tiene tal jurisdicción sobre los alimentos nocivos, excepto para la leche de fórmula.

"Entonces, si se es una empresa de China pequeña, se sabe que [la FDA] no tiene autoridad para obligar las retiradas y es probable que nadie lo descubra, se puede enviar los productos menos regulares a los EE.UU. con poco temor sobre quién los rastreará o reforzará", apuntó Milano.

Los inspectores de EE.UU. defienden su desempeño

Las tres recomendaciones, además de otras como etiquetar según el país de origen e instituir los llamados estándares de equivalencia que exigirían que los alimentos importados sean tan seguros como los productos domésticos, ya están en vías de implementación en el Congreso como parte de un proyecto de ley introducido por el Rep. John Dingell, demócrata de Michigan y presidente del Comité de energía y comercio.

El proyecto de ley también limitaría la cantidad de puertos estadounidenses donde los alimentos extranjeros pueden ingresar a exclusivamente aquellos que están equipados con laboratorios de la FDA para ayudar a reducir lo que se conoce como "comparación de puertos", en la que los importadores mueven sus productos dudosos de un puerto a otro, esperando eventualmente pasarlos sin que los inspectores lo noten.

Por su parte, los inspectores federales afirman que pueden enfrentarse a los desafíos de la monitorización de los alimentos importados.

Rogers, cuya oficina supervisa la inspección de bienes importados, dijo que su agencia "realiza una excelente labor, teniendo en cuenta nuestros desafíos en recursos".

"Ciertamente, admitiría que una agencia que tenga más puede hacer más", dijo Rogers. Pero, añadió, más inspecciones "no son la panacea para la protección total de la salud pública". "Hay oportunidades para interactuar con gobiernos extranjeros, colaborar con los estados, interactuar con otras agencias que tienen responsabilidades que se solapan, todo es parte de una red".

Raymond agregó que los equipos del USDA ya están trabajando con funcionarios del U.S. Department of Homeland Security and Customs and Border Control en un sistema computarizado que debería aumentar la detección de bienes importados peligrosos.

En cuanto a conceder a la FDA autoridad para las retiradas, Rogers opinó que tal vez no sea necesario. Señaló que los productos fabricados por empresas extranjeras se resistan a la supervisión de la FDA son rápidamente objeto de inspección en la frontera por parte de la agencia. En ese sentido, "una inspección determina si una empresa tendrá o no acceso al mercado de EE.UU.", explicó.

Los esfuerzos por mejorar la seguridad de la comida importada también dependerán de asociaciones globales.

Un ejemplo de ello es que en octubre, el Dr. Andrew von Eschenbach, comisionado de la FDA, y otros se reunieron con sus contrapartes chinas para discutir sobre la seguridad de las importaciones. En diciembre, los dos países firmaron un acuerdo que establece nuevos requisitos de inspección y registro para diez productos alimenticios exportados por empresas chinas. Entre los productos se encuentran algunos alimentos en conserva, alimentos para mascotas y pescado cultivado, los cuales se sospecha que han estado contaminados.

A pesar de los informes continuos sobre retiradas de alimentos y contaminación, los Estados Unidos sigue teniendo el abastecimiento de comida más seguro del mundo, enfatizó von Eschenbach.

"Pero nos damos cuenta de que el mundo está cambiando", reconoció von Eschenbach durante una teleconferencia en noviembre de 2007 después de que la FDA presentó su Plan de protección de alimentos a la Casa Blanca. "Hubo un tiempo en que producíamos la comida nosotros mismos. Ahora, hemos notado que mucha de esa comida nos llega los 365 días del año porque está siendo producida en otras partes del mundo.

La globalización ha cambiado radicalmente nuestro abastecimiento de comida y la cadena alimentaria", añadió von Eschenbach. Y eso significa, dijo, que la FDA necesita ponerse al día con tales cambios.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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