Persiste confusión entre consumidores sobre seguridad analgésicos

Algunos pacientes han dejado la terapia con los cox-2, mientras que otros han reducido su consumo debido a las dudas

LUNES 21 de marzo (HealthDay News/HispaniCare) -- Tras meses de debate público sobre la seguridad de los inhibidores de la cox-2 y a pesar de las recomendaciones de un panel asesor federal para mantenerlos en el mercado, los consumidores aún están más confundidos que nunca sobre estos analgésicos tan potentes.

Encuestas recientes muestran que muchos han reducido o suspendido el consumo de estos analgésicos debido a su inseguridad respecto a si los riesgos cardiacos observados en estos medicamentos superan a los beneficios.

En un sondeo de pacientes con dolor de espalda, casi dos tercios señaló que había suspendido el consumo de los medicamentos de la cox-2. El cuarenta y dos por ciento de ellos afirmó que optaron por otros tipos de analgésicos, el 9 por ciento los sustituyó por analgésicos no farmacológicos y el 13 por ciento no estaba tomando ninguna medicación, halló una encuesta de Spine-health.com.

Por separado, el Rippe Lifestyle Institute de Boston publicó los resultados de una encuesta que mostraba que casi la mitad de los pacientes con artritis entrevistados había dejado o reducido el uso de analgésicos fruto de su confusión con relación a las opciones de tratamiento más seguras.

"Mi percepción sería que el público entiende que ésta sigue siendo una clase importante de medicamentos", dijo el Dr. John H. Klippel, presidente y CEO de la Arthritis Foundation. Las personas simplemente desean están informadas sobre los riesgos potenciales a fin de poder tomar decisiones, agregó.

La postura de Merck al retirar a Vioxx del mercado el pasado septiembre aumentó inicialmente la porción de mercado de productos rivales, a medida que los médicos optaron por cambiar los pacientes bajo Vioxx a terapias con Celebrex o Bextra y los nuevos pacientes empezaron tratamientos con esas dos terapias de la cox-2, de acuerdo a IMS Health, una compañía de información farmacéutica.

A finales de año, el mercado completo comenzó a reducirse. Las recetas de la cox-2 se redujeron cerca de un 6 por ciento al pasar de 53,890 el año anterior a 50,742 en 2004, reportó la compañía.

Las estadísticas finales para enero y febrero aún no están disponibles. Y no es más que una conjetura cómo los patrones de receta podrían haber cambiado el mes pasado, tras la decisión del panel asesor de la U.S. Food and Drug Administration de dar luz verde a los medicamentos, pero con etiquetas de advertencia.

"Es el mes de marzo el que será más interesante para todos nosotros", afirmó el Dr. A. Mark Fendrick, profesor de administración sanitaria y política de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Michigan.

Dados los hallazgos relativamente positivos del panel, Fendrick señaló que no estaría sorprendido en ver un repunte inicial de las recetas de la cox-2 o al menos una reducción en su declive.

El Dr. Scott D. Solomon, director de cardiología no invasiva en el Brigham y Women's Hospital, tuvo una reacción similar: "De forma paradójica, los hallazgos del panel de la FDA el mes pasado podrían haber atenuado lo que muchos consideraban como una reacción inicial exagerada a las noticias originales [con relación a la seguridad de los medicamentos de la cox-2]".

Los inhibidores de la cox-2 pertenecen a una familia de medicamentos conocida como medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINES). La variedad de la cox-2 reduce el dolor y la inflamación, como cualquier AINES tradicional, incluyendo la aspirina, Advil, Motrin y Aleve, pero están diseñados para ser más seguros para el estómago.

Aún así los pacientes tienden a poner en un mismo saco a todos los AINES, porque no saben diferenciar entre los AINES tradicionales y los nuevos medicamentos de la cox-2, dijo el investigador sobre el dolor, Allan Basbaum, presidente del departamento de anatomía de la Universidad de California en San Francisco.

"De manera anecdótica, conozco a amigos que han optado por no consumir ibuprofén. Estamos ante un serio problema", destacó. Aunque puede que sea solamente temporal, hasta que los pacientes se den cuenta de que no existen otras opciones mejores. "El acetaminofén no es tan efectivo para tantas cosas como los AINES", explicó.

El panel de la FDA ayudó a establecer la diferencia entre los cox-2 y otros AINES el pasado mes cuando absolvió al naproxeno del riesgo cardiaco. El naproxeno se vende sin receta bajo los nombres de marca Aleve y Naprosyn. Aunque Fendrick teme que el mensaje pueda haberse perdido entre el escrutinio gubernamental de los analgésicos con receta.

"Se incluyó en el embrollo cuando en un primer lugar nunca debió estar en la palestra", declaró.

Aún para las personas con factores de riesgo cardiaco o aquellos que toman aspirina para prevenir un ataque cardiaco o apoplejía, los AINES tradicionales, como el naproxeno, constituyen una mejor opción que los inhibidores de la cox-2, insistió Fendrick.

"Lo que he estado diciendo todo el tiempo es que tenemos que ir de vuelta al futuro, y en vez de usar un cox-2, se debe usar un AINES tradicional más un inhibidor de la bomba de protones (para proteger el estómago)", indicó.

Más información

El Federal Citizen Information Center tiene más información sobre los inhibidores de la cox-2 y los AINES.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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