Un estudio revela que Los planes de respuesta al terrorismo pueden fallar

Señalan que no tienen en cuenta los miedos ni la actitud de la gente

MARTES 14 de septiembre (HealthDayNews/Hispanicare) -- Un estudio revela que si se declarara una emergencia por viruela hoy en los Estados Unidos, apenas dos de cada cinco estadounidenses atenderían las instrucciones de las autoridades de dirigirse a un lugar de vacunación pública para inmunizarse contra esta mortal enfermedad.

Si hubiera un ataque con una bomba radiactiva, apenas tres quintos de los ciudadanos se quedarían quietos en un edificio que no hubiera sido afectado, como lo recomiendan las directrices actuales.

El punto es que, según los expertos, la preparación local, estatal y del gobierno federal para responder a una emergencia podría estar condenada al fracaso si cosas así realmente ocurrieran.

"Las autoridades centran sus planes en lo que ellos suponen que a la gente le importa y cómo reaccionaría. Pero lo que nuestro estudio muestra es que esas suposiciones, que si acaso son buenos intentos, no son correctas", afirmó la Dra. Roz Lasker, directora del Centro para el Avance de las Estrategias de Colaboración en Salud, parte de la Academia de Medicina de Nueva York.

La Academia dio a conocer su informe, Redefining Readiness: Terrorism Through the Eyes of the Public, (Redefinición de la disposición: El terrorismo a los ojos del público) en una rueda de prensa realizada en Washington el martes.

Los ataques del 11 de septiembre de 2001, la avalancha de cartas rociadas con ántrax que sobrevino después y los temores constantes de que los terroristas podrían usar armas químicas o biológicas contra el público desprevenido han llevado al gobierno a establecer planes de preparación para las emergencias.

Ahora, ¿qué tan eficaces resultarían esos planes en la vida real? Para establecerlo, Lasker y sus colegas llevaron a cabo entrevistas de profundidad con los planificadores del sector público y privado. Luego, haciendo uso de grupos de discusión y de una encuesta telefónica con más de 2,500 adultos de los Estados Unidos, examinaron la respuesta de la gente a los planes actuales encaminados a minimizar la amenaza de dos actos terroristas hipotéticos, un brote de viruela y la detonación de una bomba radiactiva.

En el caso de la viruela, el protocolo actual recomienda a los ciudadanos dirigirse inmediatamente al centro de vacunación para ser inmunizados contra esta enfermedad altamente contagiosa.

"Sin embargo, nos encontramos con que son más las personas que están seriamente preocupadas acerca de la vacuna (el doble) que las que están preocupadas por contagiarse con viruela si el brote tuviera lugar", relató Lasker. Dos tercios de los encuestados también dijeron que simplemente tendrían miedo de tener que estar cerca de tantos desconocidos por temor a contagiarse.

En general, tres de cada cinco adultos encuestados afirmó que probablemente no seguiría las instrucciones de dirigirse a un sitio de vacunación.

Lasker afirmó que las preocupaciones acerca de la vacuna están "bien fundadas" debido a que se estima que cerca de cincuenta millones de personas están en riesgo de tener complicaciones por la vacuna, incluidas las personas con VIH o eccema, las mujeres embarazadas y los niños más pequeños.

Aún así, según el plan actual, dijo Lasket, "las personas sólo sabrían que tienen alguna de esas contraindicaciones en el sitio de vacunación y para entonces es posible que ya hubieran estado expuestas a personas con viruela, por lo que ya no se pueden vacunar".

Pero hay maneras de apaciguar estos temores y asegurarse de que la mayor cantidad posible de ciudadanos se haga vacunar, aseguró Lasker.

"Estamos buscando estrategias que le ayudarían a todas las personas del país a conocer su situación de riesgo para la vacuna con anticipación", dijo.

En caso de un ataque con una bomba radiactiva, los planificadores del gobierno también supusieron mal acerca de las actitudes de la gente sobre un caso así, continuó Lasker.

Las directrices actuales recomiendan que aquellos que estén en áreas amenazadas por la explosión de una bomba radiactiva permanezcan en un edificio que no hubiera sido afectado.

"Pero es muy posible que estos ataques ocurran durante el día, cuando los padres están trabajando y los niños están en la escuela", señaló Lasker. En ese caso, dos de cada cinco adultos encuestados afirmaron que no estarían dispuestos a permanecer en su sitio si no se sintieran seguros acerca de dónde pueden estar y qué tan seguros estén sus seres queridos.

"El problema es que [con los planes actuales] las personas no saben eso ahora. Buena parte de eso se debe al hecho de que los planes para tener refugios seguros todavía no se han hecho", declaró Lasker. "Eso es importante para otras situaciones, como lo que sucedió con los apagones del verano pasado en Nueva York y en la costa oriental".

Para ayudar a la gente a estar calmada y bien informada en caso de un ataque, Lasker recomienda organizar refugios seguros con mucha anticipación y promoverlos en lugares públicos. Estos planes también podrían incluir contingencias importantes, como asegurar un suministro adecuado de comida y una comunicación clara con otros centros.

¿Cuánto costaría todo esto?

"El punto es que, con todo el dinero que se está gastando ahora en logística, tecnología y equipos de respuesta, estos planes de todos modos no funcionarían", advirtió Lasker. "Así que, de alguna manera, es dinero botado a la basura".

Más Información

Para leer el informe completo, diríjase a la Academia de Medicina de Nueva York.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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