Las barreras del lenguaje podrían significar visitas repetidas al hospital

doctor and patient
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MIÉRCOLES, 23 de octubre de 2019 (HealthDay News) -- Las barreras del lenguaje entre los médicos y los pacientes podrían implicar volver a visitar el hospital por ciertas afecciones cardiacas o pulmonares, sugiere un estudio reciente.

El estudio se realizó en dos hospitales urbanos de Canadá, y encontró el aumento en los riesgos entre los pacientes con unas habilidades limitadas en inglés que sufrían de insuficiencia cardiaca o de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que incluye a la enfisema y a la bronquitis crónica.

De los pacientes con insuficiencia cardiaca, alrededor del 22 por ciento volvieron al departamento de emergencias en un plazo de 30 días después de una visita anterior, en comparación con un 15 por ciento de los pacientes que eran competentes en el inglés. El riesgo de readmisión al hospital también fue más alto.

Al mismo tiempo, los pacientes con EPOC y limitaciones respecto al inglés no tuvieron un riesgo más alto de otra visita a emergencias. Pero su tasa de readmisión al hospital fue más alta: de casi un 16 por ciento en un plazo de 30 días, frente a poco menos de un 12 por ciento entre los pacientes con un inglés fluido.

Los hallazgos, publicados el 22 de octubre en la revista Journal of the American Medical Association, amplían las evidencias de que las barreras del lenguaje pueden entorpecer la atención médica.

Y la investigadora principal, la Dra. Shalil Rawal, de la Universidad de Toronto, dijo que los hallazgos sugieren que sucede en particular en las afecciones complejas de la salud.

Esto se debe a que los pacientes con un inglés limitado no tuvieron un riesgo más alto de tener que volver al hospital por neumonía ni fracturas de la cadera. En términos relativos, señalaron los investigadores, esas afecciones agudas tienen un plan de tratamiento más sencillo. Al contrario, la insuficiencia cardiaca y la EPOC son enfermedades crónicas que requieren una gestión más compleja.

Eso tiene sentido, concurrió la Dra. Alicia Fernández, profesora de medicina de la Universidad de California, en San Francisco, que estudia las barreras lingüísticas en la atención de la salud.

"En la insuficiencia cardiaca o la EPOC, pedimos a los pacientes que tengan un alto nivel de autogestión", comentó Fernández, que no participó en el estudio.

Esto requiere una conversación, explicó, y no solo una traducción directa de indicaciones médicas.

¿Qué puede hacerse? Los centros médicos más grandes, incluyendo los hospitales del estudio, en general cuentan con servicios de interpretación, dijo Rawal. Esto incluye personal entrenado del hospital o servicios externos realizados por teléfono o video.

Pero un problema es que el personal del hospital con frecuencia no utiliza esos servicios.

"Incluso donde están disponibles, pocos pacientes en realidad los reciben", apuntó Rawal.

No está claro si, o con qué frecuencia, los pacientes de este estudio contaron con un intérprete. Pero otras investigaciones han apuntado a los beneficios de contar con ese tipo de servicio, por ejemplo unas estadías más cortas en el hospital, anotó Rawal.

Sin embargo, Fernández observó que aunque los servicios de interpretación son "muy útiles y necesarios", tienen límites cuando se trata de afecciones médicas complejas.

"Cuando se habla mediante un intérprete", dijo, "para el paciente es más difícil hacer preguntas y tener una conversación".

Hay evidencias de que a los pacientes les va mejor cuando su proveedor de atención de la salud maneja su lenguaje primario de forma fluida. En su trabajo, Fernández ha encontrado que cuando los pacientes hispanos con diabetes que tienen un inglés limitado cambiaban a un médico que hablaba español con fluidez, el control del azúcar en la sangre mejoraba, en promedio.

La diabetes, anotó Fernández, es otra afección con una gestión compleja.

Los hallazgos más recientes se basan en casi 9,900 pacientes tratados en uno de dos hospitales de Toronto a lo largo de 10 años. El dominio del inglés de poco más de 2,300 era limitado, según su expediente médico.

En general, esos pacientes eran mayores, tenían unos ingresos más bajos, y sufrían de más afecciones de salud coexistentes, en comparación con los pacientes que hablaban principalmente inglés.

Pero incluso cuando los investigadores tomaron en cuenta esas diferencias, los pacientes con un inglés limitado tenían un riesgo más alto de visitas repetidas al hospital.

Por ahora, apuntó Rawal, los pacientes pueden pedir un intérprete cuando van al hospital. Ese servicio debe ser gratuito, añadió.

¿Y si un familiar habla inglés con fluidez? "Animaría a los familiares a no asumir el rol de intérprete", dijo Rawal.

Esto se debe en parte a que los intérpretes profesionales están entrenados para transmitir información médica. E idealmente, señaló Rawal, los parientes deben escuchar la conversación, en lugar de intentar traducirla.

Pero en última instancia, hay una necesidad de proveedores de atención de la salud con habilidades lingüísticas diversas, planteó Fernández. Por ejemplo, los hospitales podrían tener enfermeros para dar el alta que tengan fluidez en los idiomas que sean comunes en el área local, añadió.

Más información

Para consejos sobre qué preguntas hacer al médico, en inglés y en español, visite la Agencia para la Investigación y la Calidad del Cuidado de la Salud.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2019, HealthDay

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