MIÉRCOLES, 29 de junio de 2016 (HealthDay News) -- Se acabó la escuela y las temperaturas están en aumento: eso significa que más gente acudirá a playas, lagos y piscinas a refrescarse. Pero un nuevo informe revela que los padres y cuidadores deben estar extra atentos cuando los niños están cerca del agua.
Casi 800 niños se ahogaron en Estados Unidos en 2014, y más de la mitad tenían menos de 5 años, según un informe investigativo de Safe Kids Worldwide, una organización global sin fines de lucro. Dos tercios de los ahogamientos ocurrieron entre mayo y agosto, señaló el informe.
El ahogamiento es la principal causa de muertes de niños de 1 a 4 años. E incluso cuando los niños crecen, el ahogamiento sigue siendo preocupante. Los ahogamientos accidentales son la segunda causa de muerte de niños de 5 a 14 años, y la tercera causa de muerte de los adolescentes de 15 a 17, anotó el informe.
El riesgo de ahogamiento de los niños se ve afectado por su edad y el lugar, encontró el informe. Los bebés de menos de un año de edad son más propensos a ahogarse en una bañera o una cubeta. Los niños de 1 a 4 años son más propensos a ahogarse en una piscina. Por otro lado, a partir de los 5 años, los niños tienen más probabilidades de ahogarse en una masa de agua natural, como un estanque, lago o río, señalaron los investigadores.
Hay ideas erróneas persistentes sobre la seguridad en el agua, que ponen a los niños en riesgo de ahogarse, advirtió el informe. Algunas incluyen:
Mito: Cuando los niños se están ahogando, se puede escuchar como chapotean, luchan o gritan.
Hecho: El ahogamiento ocurre en silencio. En general, hay pocas señales de chapoteo, movimiento de brazos o gritos cuando un niño se está ahogando. Lamentablemente, muchos padres o cuidadores creen que escucharán a su hijo si tiene dificultades en el agua o se está ahogando cerca. El informe enfatizó que no sucede así.
Mito: Mirar hacia otro lado o dejar de prestar atención a los niños que nadan durante apenas un par de minutos no es peligroso.
Hecho: El ahogamiento sucede con rapidez. Una vez un niño comienza a tener dificultades en el agua, los padres o cuidadores podrían tener menos de 60 segundos para actuar y responder.
Mito: Los padres no tienen que vigilar a sus hijos si hay un socorrista.
Hecho: Los socorristas no vigilan de cerca a ningún niño en específico. Están entrenados para hacer que se cumplan las reglas de la piscina, vigilar, rescatar y reanimar. Los padres siguen siendo responsables de sus propios hijos mientras nadan o juegan en el agua.
Mito: Los niños que han recibido clases de natación no se ahogan.
Hecho: Incluso los niños que saben nadar pueden ahogarse. Los niveles de habilidades de natación de los niños varían. De hecho, una revisión de niños que se habían ahogado en una piscina reveló que casi la mitad de los que tenían entre 10 y 17 años sabían nadar.
El informe también ofreció los siguientes consejos para mantenerse seguro en el agua:
Más información
La Cruz Roja Americana tiene más información sobre la seguridad en el agua.
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