Lo nuevo para los que regresan a la escuela: vacunas contra la meningitis y la tos ferina

Investigadores señalan que ofrecen una mayor protección contra estas dos preocupantes enfermedades

JUEVES 18 de agosto (HealthDay News/HispaniCare) -- A menudo regresar a la escuela significa volver a visitar el médico para las vacunas recomendadas.

Pero este año, los expertos en salud están aconsejando vacunas avanzadas para la meningitis y la pertusis, también conocida como tos ferina.

En ambos casos, las vacunas son lo suficientemente seguras para el uso en niños de 11 años, ofreciendo a los jovencitos la protección que no han tenido hasta este momento, afirman los médicos.

Las vacunas han erradicado la viruela en los Estados Unidos, eliminado el virus de la poliomielitis y reducido significativamente el número de casos de sarampión, difteria, rubéola así como de otras enfermedades, de acuerdo con la National Partnership for Immunization. Sin embargo, decenas de miles de estadounidenses aún mueren a causa de estas y otras enfermedades que se pueden prevenir con vacunas.

Y el hecho más frustrante para los médicos es que el 15 por ciento de los adultos aún no cree que las inoculaciones son necesarias para prevenir ciertos tipos de enfermedades. Y un rumor persistente que relaciona la vacunación con el autismo ha impedido que algunos padres inmunicen a sus hijos.

Si reaparecieran desapercibidamente de nuevo enfermedades como el sarampión, difteria y la tos ferina miles de niños que no han sido vacunados morirían en los Estados Unidos.

"Somos muy complacientes con las enfermedades prevenibles por vacunas, básicamente porque las vacunas son tan efectivas que raras veces vemos casos de estas enfermedades", dijo David Neumann, director ejecutivo de la National Partnership for Immunization. "Es una especie de ojos que no ven, corazón que no siente".

La nueva vacuna meningocócica es un avance importante porque ha resultado ser efectiva durante un largo periodo de tiempo, destacó el Dr. Paul Offit, director de enfermedades infecciones del Hospital Infantil de Filadelfia.

"El problema consistía en que las vacunas anteriores no causaban una inmunidad a largo plazo", apuntó Offit. "Eran necesarios refuerzos frecuentes".

La meningitis es una infección viral o bacterial de las membranas y el líquido cerebroespinal que rodea al cerebro y la médula espinal. Cada año, ocurren cerca de 3,000 casos de enfermedad meningocócica en los Estados Unidos, según los U.S. Centers for Disease Control and Prevention. La mortalidad general es casi del 10 por ciento, pero a veces es mayor en los jóvenes.

El resultado más peligroso de la bacteria meningocócica es la sepsis o infección en la sangre, alegó Offit. "Se puede estar bien un minuto, y muerto cuatro horas más tarde", aclaró. "Los antibióticos no pueden hacer nada para ayudar porque no pueden ser administrados lo suficientemente rápido para ser efectivos".

La meningitis mata a menos personas, pero puede resultar en discapacidades permanentes a largo plazo tales como pérdida auditiva y daño cerebral.

La enfermedad se transmite por la tos, estornudos, besos o por compartir un vaso. Los estudiantes universitarios de primer año que viven en dormitorios muchas veces duermen poco, lo que baja aún más su inmunidad contra los gérmenes, según los expertos.

Entre los síntomas encontramos fiebre de 101 grados (38 grados Celsius) o más, tortícolis, erupción cutánea amoratada, vómitos y dolor de cabeza.

Los CDC recomiendan administrar la nueva vacuna a los niños de 11 años; a niños de 15 años si no han recibido la vacuna anteriormente; y a estudiantes universitarios que viven en condiciones de hacinamiento en residencias de estudiantes.

Además, la nueva vacuna contra la pertusis es un alivio para los médicos, ya que la tos ferina es la única enfermedad prevenible con vacuna que no ha sido derrotada. En 1998, hubo 7,405 casos reportados; en 2002, hubo 9,771 casos en los Estados Unidos.

Los médicos creen que el problema estaba en la vacuna, que no pudo ser administrada a niños mayores.

"El problema con la vacuna original se encontró cuando se administró a niños mayores de 7 años, causando algunas reacciones muy graves", especificó Offit.

Eso significaba que los niños recibirían hasta cinco combinaciones de vacunas contra la difteria, el tétano y la pertusis para los 7 años, pero después sólo un refuerzo contra la difteria y el tétano. Su vacunación contra la pertusis era buena, pero no perfecta, ya que la efectividad de la vacuna se deterioró luego de cinco años.

Existe un riesgo muy bajo de muerte a causa de la pertusis, pero puede producir una tos tan fuerte que lleve a una ruptura de las costillas.

Esta nueva forma de la vacuna es segura para los niños de 10 a 18 años, y obtuvo la aprobación de la U.S. Food and Drug Administration en mayo.

"La comunidad de salud pública está muy emocionada con esta nueva vacuna de refuerzo", apuntó Neumann. "Nos sentimos optimistas de que las tasas de incidencia se reducirán. El desafío será lograr que esos niños de 11 años regresen por su vacuna de refuerzo".

Este desafío se extiende a convencer a todos los padres sobre la importancia de las vacunas, luego de que un artículo publicado en 1998 citara estudios realizados en 12 niños con trastornos generales del desarrollo, principalmente autismo. Ocho de los niños mostraron problemas conductuales que empezaron luego de que recibieran la vacuna contra el sarampión, la papera y la rubéola, de acuerdo con sus padres y médicos.

Un informe publicado el año pasado por el Institute of Medicine recopiló toda la evidencia disponible y no halló conexión entre las vacunas y el autismo.

Pero esto no ha hecho ninguna diferencia en muchos padres, señaló Neumann.

"No hemos observado evidencia para los efectos alegados que han sido relacionados con la vacuna", destacó. "Desafortunadamente, las personas que han oído hablar de las alegaciones sobre las vacunas han ignorado la ciencia. El rumor aún persiste".

Más información

Para saber más sobre las vacunas, visite la National Partnership for Immunization.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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