El dividendo de la felicidad: unas vidas más largas y sanas

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LUNES, 15 de julio de 2019 (HealthDay News) -- La felicidad de verdad podría ser una de las mejores medicinas que tenemos disponibles, sugiere un nuevo estudio.

Las personas que están felices consigo mismas y con su bienestar tienden a vivir unas vidas más largas y sanas que las que están perpetuamente tristes, informan unos investigadores británicos.

Las mujeres en la cincuentena que reportaron que disfrutaban de sus vidas tenían una esperanza de vida proyectada de 37 años más, en comparación con solo 31 años entre las que se sentían deprimidas e infelices con sus vidas, según investigadores del Colegio Universitario de Londres.

Lo mismo sucedía entre los hombres en la cincuentena: los que eran felices tenían una esperanza de vida de 33 años más, en comparación con unos 27 años entre los hombres abatidos.

Los hombres y las mujeres más felices también tendían a envejecer de forma más gentil y a disfrutar de más años libres de discapacidad o enfermedad crónica, encontraron los investigadores.

El nuevo estudio es "uno de muchos que apuntan en la misma dirección general: que las personas que son más felices y más optimistas y tienen un mayor grado de satisfacción vital tienden a estar más sanas y a vivir más tiempo", señaló James Maddux, profesor emérito de psicología clínica en la Universidad de George Mason, en Fairfax, Virginia. Maddux no participó en el estudio.

Los resultados del estudio se publicaron en la edición en línea del 10 de julio de la revista JAMA Network Open. En el estudio, los investigadores analizaron datos de una encuesta con casi 9,800 participantes en el Estudio longitudinal inglés sobre el envejecimiento. La información se recolectó entre 2002 y 2013, y la edad promedio era de 64 años.

El equipo observó en específico el reporte de "bienestar subjetivo" de cada participante, es decir, qué tanto disfrutaban de la vida y cómo se sentían sobre su propia salud y estado de ánimo.

Nancy Mramor, una psicóloga de Pittsburgh que se especializa en la salud, el estrés y el bienestar, afirmó que "se trata de la percepción de qué tan bien uno está, no del hecho real de qué tan bien uno está". Mramor no formó parte del estudio.

Entonces, los investigadores monitorizaron a los participantes para ver qué tan bien su sentido de su propio bienestar encajaba con su salud real.

Las personas con una actitud más positiva no solo añadieron más años a su vida, sino que también tendían a disfrutar de una mejor salud, mostraron los resultados del estudio.

Por ejemplo, los hombres de 50 años que estaban completamente felices con sus vidas podrían prever que vivirán casi 30 años más libres de discapacidad y 21 años libres de enfermedad crónica. Esto es en comparación con 20 y 11 años, respectivamente, entre los hombres deprimidos que no disfrutan de la vida.

Las mujeres de 50 años que disfrutan de la vida pueden anticipar que vivirán 31 años más libres de discapacidad y 22 años más libres de enfermedad crónica, en comparación con unos 21 años y 12 años entre las que son infelices y están deprimidas.

La ventaja de salud asociada con una actitud positiva persistió a medida que las personas envejecían. A los 60, 70 y 80 años, los que disfrutaban mucho la vida y no tenían depresión vivieron más y con una mejor salud que los que no la disfrutaban.

Todavía no hay una explicación clara del motivo de esta asociación entre la felicidad y la salud, apuntaron los expertos. Y el estudio no prueba una relación de causal.

Una posibilidad es que un estado de infelicidad constante produzca mucho estrés, apuntó Mramor.

"Los pensamientos negativos automáticos crean una respuesta de estrés en el sistema nervioso, lo que crea desgaste en el cuerpo", advirtió Mramor. "Si uno piensa que su salud es excelente, aunque no lo sea, está enviando esas señales positivas al cuerpo. Hay evidencias de que estar libre de estrés libera al cuerpo de una gran carga".

También es posible que las personas que son más felices simplemente tiendan a llevar unas vidas más sanas, planteó Maddux.

"Las personas más felices tienen algo por qué vivir", dijo Maddux. "Les gustan sus vidas, así que tienden a cuidarse más que las personas infelices".

Las personas pueden cambiar su actitud vital si lo desean, concurrieron Mramor y Maddux.

Mramor planteó que "sin duda el pensamiento puede reentrenarse. Pero hay que reconocer que debe hacerlo, y hay que tener el deseo de hacerlo".

La terapia cognitivo conductual y la psicoterapia pueden ayudar a los adultos a ajustar su perspectiva sobre sus vidas y a responder al estrés, señaló Maddux.

Es incluso mejor si nos enseñan la forma de manejar el estrés y a enfocarnos en los placeres de la vida en la niñez, aseguró Mramor.

"Es mucho más difícil cambiar unas antiguas creencias negativas o pesimistas que entrenar unas positivas en primer lugar", dijo Mramor, que enseña técnicas de gestión del estrés a niños. "Mientras más joven comienzan, más rápido aprenden y más profundamente se fijan esos patrones de pensamiento. Lo que logro en seis semanas con los niños puede tardar seis meses con los adultos".

Pero no hay garantías de que cambiar la perspectiva alargue el tiempo de vida sana. Maddux anotó que la genética también tiene un rol en si una persona es optimista o pesimista.

"Quizá los mismos ingredientes genéticos que producen a personas que son en generales felices y optimistas y alegres programen a sus cuerpos para vivir más tiempo y estar más sanos", añadió Maddux.

Más información

La Facultad de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard ofrece más información sobre la felicidad y la salud.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2019, HealthDay

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