Asocian anormalidades vasculares del cerebro a una menor expectativa de vida

Estudio señala que el exceso de materia blanca puede ser un signo de presión sanguínea elevada

JUEVES 2 de marzo (HealthDay News/HispaniCare) -- Tener grandes cantidades de materia blanca en el cerebro, junto con áreas agrandadas abiertas llenas de líquido espinal, parece estar asociado a enfermedades cardiovasculares y a menores expectativas de vida para las personas mayores.

Estos hallazgos plantean la posibilidad de que controlar la presión sanguínea deba tomar un mayor papel en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares y la mortalidad prematura.

"Esto sugiere que mantener controles estrictos de la presión sanguínea durante toda la vida es un determinante importante de la longevidad", señaló el autor del estudio, el Dr. Lewis Kuller, profesor de epidemiología de la Facultad de Postgrados de Salud Pública de la Universidad de Pittsburgh.

"Necesitamos ser más agresivos en el tratamiento", agregó el Dr. Jesse Weinberger, director del laboratorio neurovascular de la Facultad de Medicina Mount Sinai en la ciudad de Nueva York. Los hallazgos también coinciden perfectamente con la información existente sobre cómo la presión sanguínea afecta diferentes sistemas del cuerpo, agregó.

La investigación fue presentada el jueves en la conferencia anual de la American Heart Association sobre Epidemiología y Prevención de Enfermedades Vasculares en Phoenix.

La "materia blanca" no es más que las fibras nerviosas que llevan los mensajes desde las neuronas, o las células nerviosas del cerebro, al resto del organismo. Las áreas abiertas llenas de líquido en el cerebro se llaman ventrículos. A medida que una persona envejece, va perdiendo neuronas a medida que los ventrículos se vuelven cada vez más grandes.

Kuller y sus colegas habían mostrado anteriormente que la presión sanguínea y la enfermedad vascular están asociadas con la demencia. Otros investigadores habían mostrado que la función renal era un factor pronóstico de mortalidad así como de ataque cardiaco y accidente cerebrovascular. Desde entonces, los expertos han estado jugando con la idea de que los pequeños vasos del riñón y del cerebro que se han dañado como resultado de la presión sanguínea elevada son los responsables de estas conexiones.

El nuevo estudio forma parte del Estudio de Salud Cardiovascular, patrocinado por los National Institutes of Health, que analiza los factores relevantes para la enfermedad cardiovascular.

Más de 3,200 personas, con una edad promedio de 75 años, recibieron exámenes de imagen por resonancia magnética del cerebro. Posteriormente, se les hizo un seguimiento de 12 años, el mayor periodo de seguimiento de esta naturaleza hasta ahora. El sesenta por ciento de los participantes eran mujeres y el 14.5 por ciento de raza negra (quienes tienen una mayor incidencia de presión sanguínea elevada).

A cada cerebro se le asignó una "puntuación de materia blanca" (WMG, por sus siglas en inglés) de uno a nueve, y una puntuación ventricular (VG). Durante el periodo de seguimiento de 12 años, la mortalidad aumentó conjuntamente con las puntuaciones.

Las mujeres en el punto más joven del espectro (de 65 a 74 años) con un WMG inferior a dos tenían una tasa de mortalidad total de 12.2 por 1,000, en comparación a 57.9 por 1,000 para aquéllas con un WMG superior a cinco.

En general, los participantes que puntuaron por debajo del promedio en ambas escalas tenían un 57 por ciento menos de riesgo de morir en comparación con los participantes por encima del promedio.

Las puntuaciones de la materia blanca y del ventrículo también pronosticaron la presencia de enfermedad cardiovascular.

La supervivencia promedio de un participante de 75 años con puntuaciones inferiores al promedio y sin enfermedad cardiovascular se estimaba en casi 18 años, frente a 11.9 años para aquéllos con puntuaciones de materia blanca y ventriculares por encima del promedio más enfermedad cardiovascular prematura.

"Esto era un factor pronóstico independiente de longevidad", dijo Kuller.

Aunque los hallazgos sí subrayan la necesidad de un control más estricto de la presión sanguínea y posiblemente limitar el consumo de sal en la dieta, aún hacen falta más estudios, agregó.

"Necesitamos centrarnos en individuos más jóvenes para ver si podemos prevenir la progresión de la enfermedad cardiovascular", destacó Kuller. "Creemos que una gran parte de la enfermedad y discapacidad se puede prevenir mediante el tratamiento agresivo de la enfermedad cardiovascular. Esto es prevenible potencialmente".

Más información

El National Heart, Lung, and Blood Institute tiene más información sobre cómo reducir su presión sanguínea.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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